(26 de enero del 2024. El Venezolano).- La oposición está en un dilema terrible: Gana la elección presidencial con Manuel Rosales o la pierde de manera insólita en medio de las fracturas más infantiles de todos los tiempos.
Por Fernando Velásquez.
La ecuación es sencilla. Maduro no va a permitir la candidatura de Maria Corina ni la de factores asociados a esa forma de hacer política. No solo que lo ha dicho, sino que ha ido ejecutando el plan milimetricamente sin vergüenza alguna, a los ojos del mundo.
A la par Maduro estimula al menos 6 candidaturas de aparente oposición preparando el terreno para octubre, fecha acordada con los gringos en reuniones face to face.
Maduro aprovecha la arrogancia de quienes se aferran a la primaria como la carta de obligación para postular a Maria Corina. Considera que son excluyentes, divisionistas, narcisos, puristas, racistas y mentes de pollo sin burdel político.
Luego está el escenario Rosales.
El tipo ya perdió la cuenta de las veces que ha derrotado al chavismo en el Zulia, no solo en gobernación sino en alcaldías y concejo legislativo. Como gobernador se le reconoce como el único que sobresale en la actualidad y sus gestiones desde comienzos de siglo lo convirtieron en sinónimo de súper gerente.
Rosales es de buenas relaciones con los partidos, con EE.UU, con los sectores productivos y tiene calle. Fue un duro hueso de roer para Chavez en el 2006 cuando el comandante tenía el petróleo en 100 dólares y repartía plata a montones. De esa dura contienda salió al exilio y luego a la cárcel porque Chavez aseguró que lo volvería polvo cósmico. Pero recuperó su libertad y volvió a derrotar al chavismo.
¿Cómo lo hace? Con calle, maquinaria y testigos.
Los laboratorios chavistas se han encargado de fomentar el chisme de que Maria Corina y Rosales son enemigos. A estas alturas mucha gente lo cree. Incluso, el propio chavismo mueve sus baterías para hacer ver a Rosales como vendido al régimen. También mucha gente cree eso.
Pero Rosales ha demostrado con hechos que no es enemigo de María Corina, ni es un vendido. Lo que Rosales tiene es sagacidad y audacia de otro nivel. Sabe pelear desde las cuerdas y salir pegando al centro del cuadrilátero como hacía Carlos Monzón. Nada es más peligroso para los cálculos políticos que subestimar a Rosales. Saquen cuentas desapasionadas y lo verán.
Ahora veamos las encuestas. En todas gana Maria Corina, pero en todas el segundo lugar sólido lo ocupa Rosales entre los opositores de verdad. El tipo no tiene redes sociales ni laboratorios, armas imprescindibles para las luchas del siglo XXI. Es un pica piedra que solo cree en calle, maquinarias y testigos. Aún así es la opción “no pura” para ganarle a Maduro.
Bajo ese escenario surge la pregunta para los 8 millones de votos opositores dentro de Venezuela y los 4 millones de votos chavistas:
¿Gana la oposición con Rosales o le regala otros 6 años a Nicolás Maduro?
Fernando Velásquez.