(24 de mayo del 2023. El Venezolano).- Unos tenis, dos pañales, una toalla, una carcasa de celular y una tapa de biberón son los nuevos hallazgos reportados por las Fuerzas Militares, que desde hace 24 días trabajan en la búsqueda de los cuatro hermanos indígenas desaparecidos tras un accidente aéreo en las selvas amazónicas del departamento colombiano del Caquetá.
Según el diario El Tiempo, el equipo de búsqueda detalló que el primer hallazgo se produjo a 500 metros de lugar del accidente, cuando una mujer de la etnia Nukak encontró unos tenis que, por la talla, pertenecen al menor de cuatro años. Junto a los zapatos había una toalla de color verde y un pañal usado.
Por otro lado, un Comando de las Fuerzas Especiales, en colaboración con un grupo de indígenas también de la etnia Nukak, localizaron a 428 metros de distancia del siniestro otro pañal, una tapa de tetero color rosa y la carcasa negra de un celular.
Los militares informaron que «dos tanques de planeamiento de operaciones especiales realizan los análisis respectivos para determinar cuál habría sido la trayectoria que al parecer tomaron los cuatro niños».
«Conocimiento indígena»
En el momento del accidente, el pasado 1 de mayo, la avioneta Cessna 206, siglas HK 2803, cubría la ruta entre Araracuara –en el departamento de Amazonas– y San José del Guaviare, capital de la entidad homónima.
Se recuperaron los cadáveres de tres adultos: Magdalena Mucutuy Valencia, perteneciente a la etnia muinane, y madre de los cuatro niños extraviados; Hermán Mendoza Hernández, líder indígena del pueblo Uitoto y Hernando Murcia Morales, piloto de la aeronave.
Sin embargo, dentro del aparato siniestrado no estaban los menores: Lesly, de 13 años; Soleiny, de 9; Tien Noriel, de 4; y Cristin Neruman, de apenas 11 meses.
El coronel Gustavo Narváez Orozco, comandante del regimiento de Fuerzas Especiales, explicó que «todo indica que los niños definitivamente están solos», porque no se encontraron rastros de que estén acompañados de algún adulto.
Los uniformados colombianos trabajan codo a codo con más de 100 miembros de diferentes comunidades originarias, que brindan su experiencia en rescate y áreas selváticas. «Valoramos muchísimo el apoyo y conocimiento que estamos recibiendo de nuestros hermanos indígenas», aseveró Orozco.
La última pista se logró el 18 de mayo y correspondía a unas huellas encontradas cerca de un riachuelo. Días atrás, las autoridades compartieron en sus redes fotos de restos de frutas, un biberón, unas tijeras y un refugio improvisado hecho con vegetación selvática.
El comandante comunicó que se amplió el área de búsqueda y que esta se mantendrá hasta que se encuentren a los menores o hasta que las operaciones técnicas y tácticas digan los contrario».