(20 de octubre del 2022. El Venezolano).- El COVID-19 impulsó un incremento drástico en el número de mujeres que murieron por complicaciones del embarazo o del parto en Estados Unidos el año pasado, una crisis que ha afectado de forma desproporcionada a las mujeres hispanas y de raza negra, según un informe del gobierno dado a conocer el miércoles.
El informe muestra una tendencia desalentadora en todo el país para las mujeres embarazadas y sus bebés neonatos. Además el estudio señala que las muertes relacionadas con el embarazo se han disparado casi un 80% desde 2018, y que el COVID-19 fue un factor en un 25% de los 1.178 decesos reportados en 2021.
El porcentaje de bebés prematuros o con bajo peso también aumentó el año pasado luego de mantenerse constante durante años. Además, hay más mujeres embarazadas o que acaban de dar a luz que reportan síntomas de depresión.
“Ya estábamos en medio de una crisis con la mortalidad materna en nuestro país”, dijo Karen Tabb Dina, investigadora en salud maternal en la Universidad de Illinois, campus Urbana-Champaign. “Esto muestra en verdad que el COVID-19 ha exacerbado esa crisis a tasas que, como país, no podemos manejar”.
AP reseñó que la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno de Estados Unidos (GAO por sus siglas en inglés), un organismo apartidista que elaboró el informe, analizó los decesos relacionados con el embarazo después de que el Congreso, en su iniciativa de asistencia contra el coronavirus de 2020, ordenó que se llevara a cabo una revisión de los resultados de salud maternal.
La tasa de mortalidad materna en Estados Unidos es más alta que en muchos otros países desarrollados y había ido en aumento en los años previos a la pandemia, pero el COVID-19 empeoró las condiciones para las embarazadas del país.
Las mujeres que contraen el virus durante la gestación enfrentan riesgos elevados a la salud. La escasez de personal y las restricciones relacionadas con el COVID-19 crearon más obstáculos para que las embarazadas recibieran atención médica presencial. Además, el estrés por la pandemia ha intensificado la depresión, un problema de salud común durante el embarazo.
La tasa de mortalidad materna es particularmente marcada entre las mujeres de raza negra, que desde hace tiempo han enfrentado peores resultados de maternidad que las de raza blanca.