(08 de diciembre del 2021. El Venezolano).- 20 años han pasado desde que el público venezolano se sentó en una butaca por primera vez a conocer la forma de pensar de la vagina venezolana y sus experiencias, esa que sus labios no cuentan, o socialmente las dejan censuradas. Se trata de la célebre obra de Eve Ensler, Monólogos de La Vagina que llega a sus dos décadas en Venezuela.
Con la dirección de Hector Manrique esta obra es interpretada por María Cristina Lozada, Victoria Aleman y Valentina Quintero. Las tres insisten en que los Monólogos de La Vagina no son una obra de teatro, si no una especie representación de la vida misma, con historias reales que develan las violaciones a los DDHH de la mujer, esta vez adaptados a la realidad venezolana. “Una obra de teatro muchas veces es un cuento, este no lo es, es una denuncia sin ser un ataque y es algo que puede ser escuchado por todos, mediante el recurso del humor”.
De las tres no todas son veteranas de la actuación, Quintero ni siquiera es actriz, es periodista. “Lo hice porque no tuve que aprenderme el texto”, dice Quintero quien recordaba que en algún punto le dio miedo enfrentarse a las tablas, pero mucho más a dos grandes actrices, quienes ya han experimentado los monólogos, María Cristina Lozada (La Dueña) y Violeta Alemán (Voltea pa’ que te enamores).
Sin embargo, para sus compañeras Valentina es la ideal, primero por ser una actriz de corazón y segundo porque es periodista. “En el mundo esta obra es hecha mayoritariamente por periodistas. Son ellas las que conocen las cifras. Esta obra es para hacer una denuncia y llamar a la reflexión. Hay mujeres muriendo, mujeres que en esta pandemia han sufrido más violencia que nunca. Son los periodistas los que manejan las datos. Así es normalmente como se hace en el mundo”.
Esta es la primera vez que ambas se presentan juntas, pero no la primera que realizan los monólogos. Para el momento de su presentación en Carabobo, llevan tres semanas de ensayo y Quintero afirma que impera el disfrute y el honor de presentarse en los teatros más emblemáticos, tanto de Puerto Cabello como de Valencia. “Yo dije, me tengo que presentar en este teatro algún día”, dice en referencia al Municipal de Valencia.
María Cristina Lozada no sale de su asombro por las cifras de violencia en Venezuela. “Se supone que somos un país civilizado”, hace una comparación con la realidad de los países árabes y le indigna que casos como los de ellos se presenten en su país.
Lozada es enfática al explicar que cuando se habla de violencia, también se habla de sexualidad. “Se trata de no tenerle miedo a la sexualidad, entendemos que le tienen miedo a la violencia, pero… ¿Tenerle miedo a la sexualidad? Eso también ocurre porque no nos conocemos y tampoco le enseñamos a nuestros hombres sobre la sexualidad de la mujer y nos preocupamos sobre si el hombre es activo o no es activo, pero si no sirve como hombre entonces no cumplió con su actividad”.
Entonces Monólogos de La Vagina no es solo una obra para hablar de la violencia de la mujer, si no ayudar a la mujer a entender y a naturalizar su sexualidad. Dice Lozada la más veterana en los monólogos, quien cuando fue convocada por primera vez hace algunos años sintió mucha pena. “A los días me llamó el director y me dijo ¡Cristina, qué es eso! ¡Tienes que hacer la obra!” y lo hizo, de hecho asegura que los monólogos han sido una de las mejores obras que le ha tocado hacer en su vida.
En el caso de Violeta Alemán, su relación con los Monólogos data de muchos años, pero siempre desde el otro lado del escenario, como espectadora, en donde nunca dejaba de sorprenderse con las historias. “Cuando tienes en tu mano la famosa ficha y te das cuenta que serás la voz de esas mujeres, la emoción es muy grande, porque a veces ahí hay situaciones que a una le han pasado, pero que nunca se han atrevido a decir a nadie”. Sin embargo, en junio se inició como parte del nuevo elenco.
La intención de Monólogos de La Vagina, más allá de la denuncia es permitirle a la mujer reencontrarse con su sexo, es conocerla. “Muchas mujeres nunca han visto su vagina”. Violenta Alemán no lo dice solo en el sentido de verla, es observarla, tocarla, hacerla feliz, pero también saber escuchar lo que ella necesita, en pocas palabras entenderla. “Es nuestro poder, es también mostrarle a ellos que juntos somos una fuerza y si él muestra cómo es y yo también no hay nada que perder”.
Las tres coinciden en que ven con mucha satisfacción que este tipo de obras están llamando cada vez más el interés de los hombres, una señal inequivoca de que el sexo masculino quiere cambiar sus perspectivas y dar su granito de arena para también ponerle fin a esa violencia, que Violeta Aleman y Lozada explican con mayor profundidad. “No solo es violencia hombre-mujer, es violencia entre mujeres y también un yo con yo”.
La violencia también se lleva a grandes instancias sobretodo cuando el Estado es aquel que la perpetra, Valentina Quintero responde que en efecto Venezuela transista por muchos problemas, destacando el aborto, y la transición de hombres a mujeres trans, como alguno de los problemas que el Estado aún no resuelve ni discute. Asegura que es muy lamentable que Venezuela esté tan atrás en este tipo de temas, que países como Chile o Argentina ya discuten y tratan de resolver, pero asevera que en Venezuela el proceso se dilatará aún más porque hay problemas que hoy en día están de primeros en la larga lista que resolver, sin embargo, bajo el activismo se pueden dar los primeros espacios y Monólogos de La Vagina, es el lugar para lanzarse a ese mundo de cambio.
De acuerdo con el Centro de Justicia y Paz documentó 125 femicidios ocurridos en Venezuela en los primeros seis meses de 2021, en el cual hubo 49 femicidios de mujeres venezolanas en el exterior. Cada 20 horas hubo una acción femicida.
Dicho monitoreo también incluye aquellos feminicidios en grado de frustración. En estos seis meses hubo 23 casos en Venezuela y 9 de mujeres venezolanas en el exterior.
Durante la primera mitad del año, 57 niñas y niños quedaron huérfanos por el femicidio de sus madres. De ellos, 34 en Venezuela y 23 en el exterior.
Según el informe “Respecto a la aparente motivación de los hechos, el 23,1% de los femicidios tuvo como aparente motivación una escena de celos o alegato de infidelidad íntima. El 11,5% registra un ataque o agresión sexual; un 7,7% registra venganza de organizaciones criminales. En otro 7,7% de los casos las víctimas habían decidido separarse.
Indudablemente la obra fue un éxito en Carabobo en donde el espectador pudo experimentar diversas emociones, desde la tristeza, el enojo y el asombro, contra las risas, la alegría y el enorme aprendizaje que estas tres mujeres sentadas en un taburete alto en compañía de una mesita para cada una y una hoja con sus diálogos supieron dar.