(11 de septiembre del 2022. El Venezolano). – El caos reinaba en la casa donde creció Nikolas Cruz, autor de un tiroteo masivo en una escuela de Florida en febrero de 2018, de acuerdo con los testimonios que se han escuchado durante su juicio.
Él y su medio hermano Zachary atormentaban a su madre adoptiva Lynda, quien además era viuda. Cuando Cruz ingresó a secundaria al iniciar la década de 2010, los medios hermanos golpeaban las paredes con los puños y bates de béisbol, dejando agujeros. Destruyeron televisores y rayaron muebles, dijeron testigos.
Zachary era unos dos años más joven, pero era más alto y más fuerte y molestaba sin cesar a su hermano. Un trabajador social recordó cuando Zachary se subió a una repisa y pisó el cereal que Nikolas comía.
AP reseñó que Lynda Cruz tuvo que pedir a la policía que acudiera a su casa al menos una veintena de veces entre 2012 y 2016 para lidiar con un hijo, el otro o ambos. La mayoría de las llamadas fueron por pelear, destruir su propiedad, faltarle el respeto o huir.
“Nikolas se disgustaba muy fácil y creo que Zachary obtenía algo de placer haciendo enojar a Nikolas”, testificó Frederick Kravitz, uno de los psicólogos infantiles de Cruz. A su vez, “ambos eran muy buenos presionando los botones (de su madre)”.
Nikolas Cruz, de 23 años, se declaró culpable en octubre de asesinar a 17 estudiantes y miembros del personal en la Escuela Secundaria Marjory Stoneman Douglas, en Parkland, Florida, el 14 de febrero de 2018. Su juicio es solo para decidir si es sentenciado a muerte o cadena perpetua sin libertad condicional. El juicio se reanuda el lunes después de una semana de receso.
El caso del fiscal Mike Satz fue sencillo. Reprodujo videos del tiroteo y mostró el fusil AR-15 que usó Cruz. Maestros y estudiantes testificaron sobre ver morir a otros. Mostró fotografías gráficas de autopsias y de la escena del crimen. Familiares hicieron declaraciones llenas de lágrimas y enojo sobre sus pérdidas.
En un intento por contrarrestar eso, la defensa hará de la historia de Cruz la pieza central de su caso, con la esperanza de que al menos un miembro del jurado vote contra la pena de muerte, ya que este veredicto debe ser unánime.
La defensa quiere demostrar que Cruz nunca recibió la ayuda que necesitó, ni siquiera cuando estaba cada vez más fuera de control, cayendo en la prostitución, el alcoholismo y el consumo de crack.