(01 de abril del 2023. El Venezolano).- Hay países que no se pueden contar desde adentro, porque quienes se atreven a desviarse del discurso oficial se ven fustigados, perseguidos y hasta expropiados. Basta con disciplinar a una persona o institución suficientemente visible como para que toda la población entienda que es mejor no hablar de ciertas cosas.
Esto lo vivió en carne propia Miguel Henrique Otero, director del diario El Nacional, de Venezuela. Estaba de visita en Israel cuando se enteró que Diosdado Cabello, funcionario que desde 2002 persiste en la cúpula del poder del régimen de Nicolás Maduro, había demandado al diario por difamación.
«El régimen venezolano no es una dictadura normal, de estructura piramidal; es una corporación criminal que tiene como fundamento económico operaciones ilegales«, afirmó Henrique Otero, según reseñó La Nación.
En 2015, El Nacional, junto con otros medios de distintas partes del mundo, publicó un artículo del diario ABC de España que daba cuenta de una investigación por narcotráfico que involucraba a Cabello. El diario, junto con La patilla y Tal cual, fue demandado. El suceso que relataba la noticia en cuestión fue confirmado, pero también la condena que habilitó la expropiación del periódico. En mayo de 2018, la Justicia condenó al diario por daño moral y a pagar mil millones de bolívares, que entonces eran poco más de 12.000 dólares. Una resolución de abril de 2021 indexó la multa a 13 millones de dólares. Otra, en junio de ese año, la elevó a 30 millones. Desde entonces, Otero vive en Madrid, desde donde dirige el equipo del diario, que trabaja desperdigado en varios países.
En 2022 el edificio del diario El Nacional, con todas sus instalaciones, fue entregado en subasta pública al propio Diosdado Cabello. El caso ilustra el riesgo que implica para un país la pérdida de instituciones que definen la calidad democrática, como la separación de poderes y una prensa libre.
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