El coach, formador y conferencista Marco Cello estuvo como invitado en el programa “911 de mi Alma”, conducido por Nancy Esquivel y transmitido por Doral Voice y Radio Mundo Miami.
En una conversación íntima y reveladora, compartió su filosofía de vida, basada en la idea de que “si lo crees, lo realizas”, y explicó cómo el poder de la mente puede transformarse en nuestro mejor aliado. A continuación, un extracto de la entrevista:
Nancy Esquivel: Marco, tu marca personal refleja propósito, fuerza y una visión clara de transformación. ¿Cómo nace esta filosofía de vida y qué te inspiró a dedicarte al desarrollo mental y empresarial de las personas?
Marco Cello: Mi filosofía nace de mi propia historia. Todo lo que comparto hoy con las personas, ya sean individuos o empresas, son herramientas que primero tuve que aplicar en mi propia vida. Cada técnica, cada estrategia y cada recurso que aprendí surgieron como respuesta a momentos en los que enfrentaba obstáculos o crisis. Y lo que descubrí fue algo revelador: el fracaso no existe. Lo que existen son resultados, algunos positivos y otros negativos, pero todos con un valor. El punto no es si fallaste, sino qué decides hacer con ese resultado, qué aprendizaje te deja y hacia dónde te impulsa.
Eso cambió mi perspectiva para siempre. La mente, dependiendo de cómo la entrenes, puede convertirse en tu socio más leal o en tu peor enemigo. Por eso me dediqué a enseñar a otros a entrenarla para que sea un aliado en su vida personal y profesional.
Nancy Esquivel: En tu experiencia, ¿por qué es tan importante trabajar primero en uno mismo antes de enfocarse en un negocio o en resultados externos?
Marco Cello: Porque un negocio, en esencia, es el reflejo de la persona que lo lidera. Tú puedes invertir en infraestructura, en estrategias de marketing o en procesos, pero si el líder no tiene la claridad mental, la disciplina emocional y la congruencia entre lo que cree y lo que hace, ese negocio tarde o temprano se estanca. Yo siempre les digo a los empresarios: “trabaja más en ti que en tu negocio, porque si tú creces, tu negocio también lo hará”. No se trata de separar lo personal de lo profesional; somos un todo. Y cuando hay incongruencia —cuando piensas una cosa, crees otra y actúas de forma distinta— los resultados nunca llegan de la manera esperada. Por eso el trabajo interior es la base de cualquier crecimiento exterior.
Nancy Esquivel: Hablas mucho del dominio personal. ¿Cómo defines ese concepto y por qué es esencial alcanzarlo?
Marco Cello: El dominio personal significa convertirte en el líder de tu propia vida. Y eso comienza por dejar de vivir en piloto automático, condicionado por la cultura, la familia o las experiencias pasadas, y asumir la responsabilidad de dirigir tu mente y tus emociones. La vida es un don, no es algo que pedimos ni que elegimos, y por eso tenemos la responsabilidad de aprovecharla de la mejor manera posible. Cuando no entrenamos nuestra mente, caemos en la trampa de la víctima: nos quejamos, culpamos a los demás, nos instalamos en la zona de comodidad aunque sea dolorosa. Pero cuando logras el dominio personal, cuando alineas tus pensamientos, emociones y acciones, descubres que estás diseñado para ser victorioso. Ahí es cuando puedes transformar tus relaciones, tu negocio y tu entorno. Un líder auténtico no es el que manda, sino el que inspira, y para inspirar primero necesitas inspirarte a ti mismo.
Nancy Esquivel: Para quienes nos escuchan, ¿cuáles serían los primeros pasos para empezar a recuperar el control de la mente y las emociones?
Marco Cello: El primer paso es tomar una decisión clara. Nada cambia en la vida hasta que tú decides que va a cambiar. El segundo es elevar tus estándares, dejar de decir “me gustaría hacerlo” o “debería hacerlo” y convertirlo en un compromiso: “lo voy a hacer”. Esa diferencia de lenguaje, aunque parezca mínima, transforma tu manera de relacionarte con la acción. Y el tercer paso es actuar de inmediato. Si piensas demasiado, tu cerebro empieza a sabotearte porque busca tu comodidad, no tu felicidad. Por eso enseño técnicas muy simples, como contar “uno, dos, tres” y hacerlo sin pensarlo. Así interrumpes el ciclo del autosabotaje. Con consistencia, en 21 días puedes empezar a generar nuevas asociaciones mentales y, en 12 meses, transformar por completo tu manera de pensar. Es un proceso de disciplina y voluntad, pero sobre todo de entender que nadie puede hacer ese trabajo por ti.
Nancy Esquivel: Marco, trabajas tanto con individuos como con organizaciones. ¿Qué diferencia encuentras entre el coaching personal y el empresarial?
Marco Cello: Aunque parecen dos mundos distintos, en realidad están profundamente conectados. El coaching personal se enfoca en la mente: en cómo superar miedos, bloqueos y hábitos limitantes para alcanzar tu máximo potencial. El coaching empresarial, en cambio, trabaja en los elementos que hacen que un negocio sea exitoso. Pero lo que siempre repito es que un negocio exitoso no es lo mismo que un negocio en funcionamiento. La diferencia está en la alineación entre el líder y la empresa. Si el dueño de un negocio no tiene claridad mental, no desarrolla disciplina, no lidera primero su propia vida, esa falta de alineación se refleja en las decisiones, en los equipos y en los resultados financieros. Cuando logramos alinear la mente del líder con la visión del negocio, se produce un cambio radical: el negocio no solo crece, sino que prospera y se sostiene en el tiempo.
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