(01 de octubre del 2024. El Venezolano).- A pesar de las advertencias de evacuación y la inminente llegada del huracán Helene a la Bahía de Tampa, varios bares y restaurantes decidieron mantenerse abiertos para servir a sus comunidades, incluso en zonas donde las autoridades habían emitido órdenes de evacuación obligatoria. Uno de los ejemplos más notorios fue The Shipwreck, un bar en Clearwater Beach, cuyo gerente general, Jeff Hickman, decidió abrir sus puertas hasta el último momento.
Hickman permitió que los residentes locales, que optaron por no evacuar, disfrutaran de una última bebida antes de que la tormenta tocara tierra. Sin embargo, su decisión de permanecer cerca de su negocio le costó caro. Esa misma noche, mientras regresaba a casa con su perro Nacho, su auto quedó atrapado en las inundaciones. Hickman se vio obligado a salir del vehículo y atravesar las aguas a pie hasta llegar al Sandpearl Resort, donde finalmente pudo resguardarse para pasar la noche. Su automóvil, al igual que muchos otros objetos, quedó varado y parcialmente sumergido por las crecientes aguas en la avenida Mandalay de Clearwater Beach.
Aunque las autoridades del condado de Pinellas habían emitido la recomendación de cerrar los negocios antes del mediodía del jueves, algunos propietarios, como Hickman, decidieron desafiar las advertencias. En su caso, The Shipwreck tenía una tradición de mantenerse abierto durante tormentas tropicales, habiendo operado sin interrupciones durante más de 25 años. Para él, era una especie de “insignia de honor” ser un refugio durante el mal tiempo. Sin embargo, esta vez, la magnitud del huracán fue demasiado. El bar sufrió graves daños, quedando inundado con más de 30 centímetros de lodo en el suelo, lo que complicó su reapertura, que ahora se estima podría tomar semanas o incluso meses, reportó el Tampa Bay Times.
Esta situación no fue única. A lo largo de las islas barrera y zonas costeras de la Bahía de Tampa, varios establecimientos, tanto en Clearwater Beach, Treasure Island, como en el Channel District de Tampa, decidieron seguir operando. Algunos de ellos, como Southside Coffee Brew Bar en San Petersburgo, abrieron sus puertas hasta las 1:00 p.m. del jueves. La propietaria, Sheila Smith, señaló que su negocio tiene una reputación de ser un punto de encuentro para los vecinos en situaciones de tormentas. A lo largo de sus 10 años de operaciones, siempre han permanecido abiertos en condiciones climáticas adversas, por lo que no vieron necesario cerrar durante Helene. Incluso, varios empleados se ofrecieron como voluntarios para trabajar ese día, y al final, el negocio no sufrió daños significativos.
Otros establecimientos también siguieron esta misma lógica. Por ejemplo, en La La’s Sangria, un bar situado en una zona de evacuación obligatoria en el Channel District de Tampa, los empleados trabajaron hasta la madrugada del viernes. Según el propietario, John English, su prioridad era seguir brindando servicio a los residentes locales que no habían evacuado. De hecho, mientras las calles circundantes comenzaban a inundarse, el bar continuó sirviendo a los clientes que no quisieron o no pudieron salir de la zona.
Sin embargo, no todos los negocios corrieron con la misma suerte. Ka’Tiki, un popular bar de música en vivo en Treasure Island, decidió operar hasta las 6:00 p.m. del jueves, pero el huracán causó estragos en su local. Días después, imágenes del lugar mostraban montones de arena y escombros arrastrados por la tormenta, lo que llevó a que el negocio tuviera que cerrar indefinidamente para realizar reparaciones.
La decisión de mantenerse abiertos no fue solo motivada por la lealtad a los clientes o el sentido de comunidad, sino también por razones económicas. Dan Schmidt, propietario de Uptown Eats en San Petersburgo, explicó que el verano había sido particularmente difícil para las pequeñas empresas, y que cerrar representaba perder ingresos cruciales. Por esa razón, mantuvo el café abierto hasta el mediodía del jueves, permitiendo que sus empleados ganaran horas adicionales antes de que la tormenta golpeara con toda su fuerza.
Sin embargo, esta decisión de algunos propietarios de negocios de permanecer abiertos, incluso en medio de órdenes de evacuación obligatoria, ha generado cierto debate. Aunque los dueños afirmaron que no forzaron a sus empleados a trabajar, ofrecerles la opción de trabajar podría haber puesto a algunos en una situación complicada. Según Chris Wilkerson, portavoz del condado de Hillsborough, algunos empleados pudieron haber sentido presión para elegir entre ganar un salario y evacuar a tiempo para ponerse a salvo.
Finalmente, aunque algunos negocios lograron salvarse del daño significativo, otros no fueron tan afortunados. Las reparaciones y la recuperación en varias áreas de la Bahía de Tampa, especialmente en los puntos más afectados por la tormenta, tomarán tiempo. Las inundaciones, los escombros y los daños estructurales han retrasado la reapertura de muchos de estos establecimientos, que ahora enfrentan el desafío de reconstruir no solo sus instalaciones, sino también sus vínculos con la comunidad.
En resumen, la decisión de muchos negocios de Tampa Bay de permanecer abiertos hasta las últimas horas antes de la llegada del huracán Helene puso de manifiesto la resistencia y el compromiso de estos propietarios con sus comunidades, aunque a veces a costa de su propia seguridad. Los próximos meses serán cruciales para que estos negocios puedan recuperarse y volver a operar con normalidad.