(02 de octubre del 2021. El Venezolano).- Leopoldo López recibió al periodista Juanma Lamet de El Mundo en los jardines sevillanos de Villa Luisa, en un receso de la convención nacional del PP en la que participó el jueves.
A poco más de un mes de las elecciones regionales en Venezuela, el líder opositor lamenta que el alto representante europeo para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, haya decidido enviar una delegación comunitaria a unos comicios que López no considera «ni libres, ni transparentes, ni verificables». Por eso pide encender «todas las alarmas» ante «el riesgo de que la UE legitime el fraude electoral en Venezuela».
-La UE ha anunciado una misión de observación a Venezuela previa a las elecciones del 21 de noviembre. ¿Le parece precipitado?
-Una misión de observación que baje los estándares y los niveles de observación que tiene Europa me parece un riesgo. Nicolás Maduro quiere la misión de observación de la UE para buscar una legitimidad en retroactivo. Aquí el problema está en que la elección planteada para Venezuela no es libre: los partidos han estado proscritos, expropiados y entregados a acólitos de la dictadura, hay cientos de personas inhabilitadas, no hay ningún control sobre el sistema electoral, no hay prensa libre ni comunicación libre, existen presos políticos…
-¿Le parece que la UE puede legitimar o «blanquear» un fraude, como ha dicho Leopoldo López padre?
-Yo creo que es un riesgo que está ahí. Y precisamente ante ese riesgo de legitimidad creo que hay que prender todas las alarmas, porque el corazón de la disputa no está en la elección, está en la legitimidad. Insisto, Maduro está buscando una legitimidad que no tiene, y yo creo que es muy peligroso que Europa se preste a eso. Pero ya que la decisión de mandar una misión de observación está tomada, hay que estar muy alerta en el desempeño de la misión, en la composición de quiénes son las personas que van a estar y que no se presten a una manipulación de la dictadura. Al relativizar el tamaño del problema, como ocurrió en el pasado muchas veces, se evita que se pueda buscar una solución a la dictadura.
-¿Usted, personalmente, cree que la oposición debería presentarse a las elecciones del 21 de noviembre? ¿O cree que hacerlo es una manera de lavarle la cara a Maduro?
-Mire, yo creo que es un evento que permite a los sectores democráticos de Venezuela luchar. Nos permite organizarnos, movilizarnos, hablar, articular, pero siempre en el entendido de que esto no son unas elecciones. Y lo segundo es que permite mantener una posición unitaria dentro de lo que es la lucha [de la oposición] en Venezuela.
-Pero ni usted ni Juan Guaidó abogaban por presentarse a estas elecciones y si lo hacen es porque así lo han apoyado las bases de su partido, Voluntad Popular, ¿no es cierto?
-Bueno, es que precisamente es una oportunidad de poder recorrer el país, de poder organizarnos. No creo que esto sea una elección ni libre, ni transparente, ni verificable, y solo creo que es una oportunidad de salir a las calles y que no se apague esa llama. Porque cuando ya han salido [al extranjero] más de seis millones de venezolanos y ha habido un proceso muy intenso de deterioro de las libertades en Venezuela, corremos el riesgo de que se apague la llama de la lucha por la libertad y la democracia y que lleguemos a una situación mucho más parecida a la que ha tenido Cuba durante estos últimos años, en donde simplemente no existe una alternativa.
-¿Cómo se ha traducido el cambio de ministro de Exteriores de España en las relaciones con la oposición venezolana? Arancha González Laya tenía más interlocución con Capriles y parece que el nuevo ministro, José Manuel Albares, tiene más interlocución con Guaidó y con usted.
-Yo espero que sea positivo. Yo tuve una reunión con el ministro Albares y fui muy claro al expresarle nuestra preocupación, como usted mismo menciona, por la política de la canciller anterior, que dividió a los sectores democráticos en Venezuela. Y eso, por supuesto, tuvo consecuencias lamentables en mi país. Yo espero que eso no ocurra [más], porque España es el país a través del cual se define la posición de Europa hacia Venezuela y América Latina.
-¿Qué más le pidió usted al nuevo ministro de Exteriores?
-Le expresamos nuestra preocupación por una política que no fue acertada, en la gestión anterior. Y que para nosotros es fundamental que exista una articulación entre Europa desde España, pero con Colombia y con los Estados Unidos, porque son los países que más directamente están vinculados con el tema de Venezuela.
-Su partido, Voluntad Popular, sigue incardinado en la Internacional Socialista, pero usted ha participado en la convención nacional del PP. ¿Cómo es su relación con la izquierda española?
-Tengo una relación con diputados del PSOE y con el Gobierno. Fui recibido por el presidente Pedro Sánchez cuando llegué y tuvimos una muy buena reunión. Yo en lo personal estoy muy agradecido al presidente Sánchez por haberme permitido estar en la Embajada de España durante un año y medio, pero en lo político… con Exteriores y la política hacia Venezuela ha habido diferencias. Sí las hay. Y yo creo que España debe tener un liderazgo para que se pueda presionar en la dirección correcta, que es abrir la compuerta hacia una elección presidencial en Venezuela.
-Una nueva encuesta pone cifras demoledoras a la realidad venezolana: 95% de la población está en situación de pobreza y la mortalidad infantil se ha disparado a 27,5 niños por cada 1.000 nacidos. ¿Venezuela está peor que en una posguerra?
-¡Mucho peor! Es el enfermo más crítico que han tenido los sistemas autoritarios. El PIB de España después de la Guerra Civil cayó un 39%; el PIB de Europa, durante la II Guerra Mundial, cayó un 40%; y el PIB de Venezuela ha caído un 80%. No tiene comparación en el hemisferio occidental.
-¿Y qué papel puede jugar España para paliar esa situación catastrófica y para amparar al éxodo venezolano?
-España debe tener una posición muy, muy firme con respecto a lo que es la búsqueda de elecciones libres. Debe presionar a la dictadura. Se puede hacer mucho más. Aquí en España, por ejemplo, viven los jerarcas de la dictadura y sus familiares, y muchos de ellos tienen negocios. La realidad es que la estructura de poder de la dictadura ha visto en España un espacio más cómodo en el que estar. Yo creo que eso puede cambiar. Tiene que haber un compromiso decidido desde el gobierno.
-¿El gobierno español debería liderar una iniciativa para congelar las cuentas a esos jerarcas?
-Las herramientas las tiene a disposición. Yo esperaría de España mayor protagonismo, mayor compromiso con una política en donde se ejerza mucha más presión a través de sanciones a los corruptos y a los violadores de derechos humanos. Solo con presión se puede lograr un buen resultado en una negociación. Este es el momento de hacerlo. A lo que yo aspiro es a que el tema de Venezuela no sea un problema de política interna en España, sino que sea un tema de unión de los políticos españoles.