(22 de agosto del 2021. El Venezolano).- El diputado de la Asamblea Nacional electa en 2015 José Manuel Olivares abandonó el país en julio de 2018, tras hacerse pública una orden de detención en su contra, de su hermano, Juan Carlos Sosa, quien ya había estado preso un año en el Sebin, y su esposa en ese momento. En Colombia, país en el que se refugió, continuó trabajando en el área de la salud, pero esta vez para atender la situación de los migrantes y refugiados venezolanos.
En julio, pero de 2021, el doctor Olivares regresó al país y se dedicó visitar todas las comunidades del estado Vargas para conectar de nuevo con sus electores, los que han votado consecuentemente por él desde hace años, y los oficialistas que están descontentos de la gestión del fallecido Jorge García Carneiro y los múltiples alcaldes del PSUV.
Aboga por una política de inclusión, por proyectos comunes y un liderazgo que aglutine a todos los sectores descontentos, tomando las elecciones regionales y municipales, previstas para el 21 de noviembre, como punto de partida.
En conversación con TalCual, Olivares -quien todavía no ha informado públicamente su postulación a la Gobernación de Vargas– asegura que aquellos políticos que vean esta elección como una campaña tradicional, de visitas de candidatos a sectores en caminatas ofreciendo el desarrollo o hacer del estado un emporio turístico, están equivocados.
“¿Para mí cómo es esta elección? No es el que tenga más tarjetas en el bolsillo, esta elección la gana quien tenga y aglutine los liderazgos, quien construya una política que nos aglutine a todos más allá de una candidatura y que tenga organización”, dice.
Además, hace una reflexión a la oposición y asegura que deben ganarse nuevamente el derecho a que la población escuche a los dirigentes, debido a los errores que han cometido en el pasado.
“Soy un convencido que el 80% del país, como lo dicen las encuestas, adversa a Maduro, pero el problema es que no quiere escuchar a nadie. Lo que debemos hacer hoy, a mi juicio, es ganarnos el derecho a que nos vuelvan a escuchar. Eso no lo hacemos más que con honestidad, desprendimiento, diciendo la verdad, asumiendo nuestros errores y pidiéndole a la gente que no deje de luchar y nos acompañen”, señala.
Eso es lo que he hecho toda mi vida, continúa Olivares. “Yo estoy luchando desde el año 2007 cuando fui presidente del Centro de Estudiante de la Escuela de Medicina de la UCV, lo que hemos hecho es luchar y este es un momento para hacerlo con cosas concretas y reales, que nos acercan a la gente y que nos permiten recuperar el poder del voto”.
– ¿Qué ha visto en el estado Vargas luego de su regreso? ¿Cuáles son los principales problemas?
—El problema del agua es lo principal, incluso lamentablemente es un negocio para la Gobernación: las cisternas de la Gobernación la gente tiene que pagarlas en 40 y 60 dólares para que lleven agua, entonces hay un tema del agua muy grave, que es el tema transversal de todos los habitantes del estado Vargas.
También hay un tema de transporte que yo tengo años denunciando, que ha sido el mal manejo del transporte, pasas dos y tres horas en una parada y esto se convierte en un pueblo fantasma a las 4 de la tarde, todo el mundo se recoge porque no hay transporte ni como movilizarse.
Tienes el tema del gas, que por lo menos la crisis del gas en Caracas no ocurre. ¿Por qué no ocurre en Caracas como ocurre en Vargas? Porque aquí hay un compromiso o un negocio de mandar los camiones primero a los hoteles y no a la gente, y además de eso es inentendible como es la Gobernación la que tiene centralizado la repartición de las bombonas. La gente tiene que cargar su bombona porque no hay transporte, debes ir a pagar las bombonas, eso es un negocio que tiene la Gobernación.
Entonces hay crisis del agua, transporte y gas. Además como en el resto de Venezuela, la destrucción de la economía, la falta de empleo, el salario que no alcanza, y en Vargas además tenemos un problema adicional que es la salud.
Nosotros tenemos totalmente abandonado el hospital de Pariata, la red de ambulatorios en Catia La Mar, lo que hace que tengamos una tasa de mortalidad bastante elevada. No contamos con unidad oncológica, para radioterapia o quimioterapias, casi no hay unidades de cuidados intensivos. Entonces la solución es irse a Caracas, donde también se enfrentan los problemas de transporte, los hospitales están colapsados ¿Cómo te atienden? ¿Quién te cuida? Es un panorama complicado, pese a ser un tema tan sencillo como debería ser la atención en ambulatorios y hospitales.
Así puedo pasar una hora hablando de problemas. Por último, otro problema inherente a Vargas es la paralización del puerto y el aeropuerto. La actividad aduanera, que era importante para la economía en Vargas, está paralizada. Los buques, los vuelos, que generaban una gama inmensa de empleos están paralizados.
– En todos esos recorridos, ¿ha visto que la población esté dispuesta a votar por una alcaldía o una gobernación?
—Yo he tenido una grata sorpresa, y lo voy a tratar de explicar. Por ejemplo, fui a una reunión en Maiquetía a las 8 de la noche en una casa, y estaba con dirigentes del PSUV, y había cierto aire de complicidad por la necesidad de cambio.
Hay un segundo elemento que está pasando, que me ha sorprendido mucho, y es que los sectores populares están decididos a votar. Yo no he anunciado candidatura a nada, no hemos hecho nada, y la gente dice ‘vamos a ganar’, ‘vamos pa’ esa’, ‘no podemos perder, hay que votar’. Hay un sector de la población que entiende o comprende que el país está mal y que el camino es votando. Yo creo que estamos enfrentando el momento más difícil de la política, lo cual exige lo mejor de nosotros, lo cual requiere mucha honestidad, mucho desprendimiento, mucho compromiso y decir la verdad. Yo creo que a la gente hoy hay que pedirle disculpas, tienen razones para estar molestos. Lo mínimo es pedirle disculpas.
Yo trato de graficar esto como una señora que se sienta en su casa, ven un candidato del PSUV y le dice su hijo se fue del país, no hay agua, no hay transporte, el que quiere ser gobernador ya fue alcalde o ministro de Maduro y no ha podido ni recoger la basura. ¿Qué les dice? Yo no quiero más nada con ustedes. Pero esa misma señora nos ve a nosotros y dice ‘ustedes tienen 21 años y no han salido de esta gente’, ya sea con marchas y no marchas, votes o no votes. Ojo, sin dejar de aclarar que esta ha sido una lucha desigual.
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