(08 de junio del 2023. El Venezolano).- El 8 de junio de 1945, en la calle Brasil, casa número 4, del barrio Ciudad Jardín, ubicado en el centro de Las Palmas de Gran Canaria, España, nació “Manolín”. Falleció el 30 de junio de 2020, hoy estuviera levantando la copa por los 78 años, pero lo sorprendió la muerte. Guillermito González el 8 de junio de 2020, cumplió 75 años rodeados de sus seres queridos, de sus hijos Guillermina y Temy, con sus nietos Gabina y Manolín (como gustaba decirle al varoncito porque así le decían a él cuando niño en Gran Canaria), y Gloria Valderrama, esa fue la última vez que nos saludamos por el celular.
Por Mario Valdez
Disfruten este Homenaje que en vida le rendí al Amigo. “Manolin” (publicada el 05 de junio de 2015), y “El hombre de la esquina” (publicado el 20 julio de 2020).
El Hombre de la esquina
Siempre he comparado a Guillermito González, “Fantástico”, “Rolo e vivo”, con el hombre de la esquina en el ring de boxeo, que cuando suena la campana pone el taburete para que se siente su pupilo, sube al ring, le echa agua en la cara y lo seca, le unta la grasa cicatrizante para pararle la sangre por los golpes recibidos, todo en fracciones de segundos. Ese que le da las mejores instrucciones al boxeador, pendiente del próximo paso, donde golpear y cómo evitar los golpes. El que le dice a su pupilo mantén la guardia alta, baila a su alrededor, sácalo de quicio, pelea en las cuerdas, no salgas al centro del cuadrilátero porque con cualquier mano puedes caer. Es, ese que ve cuando su pupilo baja la guardia y, el contendor se percata de la flaqueza, y comienza a lanzarle golpes con más odio que con destreza. El que está pendiente cuando lleva al contendor al rincón del cuadrilátero, y le aconseja a su muchacho, tienes que aprovechar el momento, tiene que noquearlo. Desde la esquina grita las instrucciones, pegale un Jab de izquierda en la zona de los riñones, cuando doble le metes un Uppercut con la derecha en la mandíbula, tirale un gancho a la cabeza, dale dale que doble las rodillas, si cae besa la lona. Es que Guillermito, con su gente con sus amigos, es como el hombre de la esquina, que con su voz fuerte y recia, dice “Salte de ahí, salte de ahí, pelea en las cuerdas, mantente en el ensogado, no salgas al centro del cuadrilátero puedes coger un golpe de nocaut”.
Cuando recibes el golpe que te lleva a la lona del ring y caes, con el réferi contando Uno, dos, tres, y tú sientes que se te fue la vida, que perdiste la pelea, te sientes sin fuerza y derrotado, él está ahí, Guillermito dándole golpes y manotazos a la lona, animándote para que te levantes, dándote aliento para que sigas de pie, y te dice Toco Gómez, un round más, un round más. Te levantas con renovados bríos y sacas una gran pelea, porque tuviste un buen entrenador, un buen manager. Así es Guillermito con todos los que lo han necesitado. Pero es que nuestro homenajeado siempre fue un hombre de mano tendida. Todos sus amigos que necesitaron ayuda se las dio o las consiguió, medicinas, intervenciones quirúrgicas, dinero para solventar apuros. Recuerdo que “Er Conde del Guacharo” tuvo un percance, no recuerdo si en la Gran Sabana o el Llano, lo cierto es que no encontraban cómo traerlo a Caracas, y Guillermito llamó a Roberto Cohen, “El Conde está en apuros necesitamos traerlo, Roberto busco una avioneta, fueron a buscarlo y se lo trajeron. Sólo por nombrar dos de sus grandes amigas, “La Flaca” Carmen Victoria y Rosario Prieto, fuimos testigos de cómo se preocupó por su salud.
Por eso en retribución y afecto estamos dándole golpes a lona, golpes a la lona, pidiendo en tu cumpleaños larga vida. Guillermito, Fantástico, Rolo e vivo, que Dios y la Virgen te den la fortaleza y salud para que sigas compartiendo con tu familia y tus amigos que te queremos por muchosss años más.
Para Conchi Afonso, una de sus personas más cercanas, dice: “Guillermito en una sola persona reúne las cualidades y las virtudes de buen hijo, buen hermano, buen amigo y buen padre”.
Cumpleaños en la “Gurru”
“El Fantástico” es un ser que se desvive por atender a su gente, le gusta, el detalle, el orden, el buen servicio y en sus casas la cocina las atiende él, es un cocinero de primera con sus paellas, la fabada, la pasta y pare de contar, un anfitrión como ninguno. Son tantas las cualidades, y las anécdotas con él que puedo narrar y decir, cuánto podrán decir y contar sus amigos de toda la vida.
El 8 de junio de 2020, día del cumpleaños de Guillermito, la “Gurru” de Cerro Verde no abrió las puertas, la pandemia de Coronavirus, Covid 19, nos impidió el encuentro. Las fiestas son inolvidables, de antología, una casa en lo alto del cerro, rodeada de flores y arborizada, con una gran vista de Caracas.
Los años anteriores sus amigos invitados, llegábamos desde temprano, dos o tres conjuntos musicales ambientando, con el calor de la fiesta, los tragos y la variedad de pasapalos que iban desde carne asada, pinchos de queso y aceitunas, bolitas de carne, ojos de buey, huevos de codorniz, tequeños, consomé, etc., los espontáneos cantaban. Era un reencuentro de sus amigos que pasaban tiempo sin verse, y que Conchi Afonso su administradora se encargaba de monitorear, recuerdo a Toco Gómez y Australia, Carmen Victoria Pérez, Gloria Valderrama, don Salomón Cohen y sus hijos (Roberto, Carlos, Freddy, Fanny), Raquel Bernal, Chang Cheng y María Regina Azacot de Chang, Chelique Sarabia, Mirla Castellanos, Gilberto Correa, Raúl Amundaray, Vicente Ciulla, Gustavo Soto, Fernando Castelar, Arturo Casado, Rosario Prieto, Marina Baura, Trino Mora, Ivo, Rudy Márquez y La Nena, Argenis Carruyo “El Volcán de América”, Miguel Benathal, Moncho Martínez, Nancy Ramos, Pierina España, Rolando Salazar, Rumy Olivo, Laureano Márquez, Hugo Carregal, Enrique Villamizar, Carlos Baldasano, Fernando Aizaga, Diana Patricia “La Macarena”, Belkys Martínez “La mujer de las mil voces”, Osmel Sousa, Andrés Galarza, Reynaldo Armas, Antonio Chambra, Cristina Dieckmann, Norma Méndez, Judith Castillo, Dora Mazzoni, Cherry Núñez, Marisela Berti, José Luis Rodríguez “El Puma”, Benjamín Rausseo “Er Conde”, Chelo Rodríguez, Julio César Pineda, Herminia Martínez, Oswaldo Muñoz, Sabrina Salenni, Álvaro Lusinchi, Thalma Cohen, José Eduardo Baralt, Jerry Valentiner, Ricardo Naranjo, El Pollo Brito, Raquelita Castaños, Edith Ruiz, Henry Stephen, Luis Guillermo Rangel, Fernando Martínez, Heriberto Durán, Rubén y Eduardo Ortíz Bucaran, Pancho Hernández y la Capriles, Antonio Morral, Belén y Roberto Marrero, Miguel Dao, Joel Rengifo, Oswaldo Álvarez Paz, Alm. Juan Carlos Torres y Sra., Denis Hernández “La malandra Isabel”, Armando Baralt, Miguel Sierralta, Miguel Salazar, Julio Colina, Teulin León, Gustavo Caraballo, Gustavo Limonchi, Miguel Valdez y Lisbeth Chacón de Valdez, Germánico Pérez “Obama”, José Ramírez “El negro”, este escribidor Mario y La Nena Valdez, le ruego disculpas a los otros amigos que no apunto acá, porque se me escapan de la mente.
Guillermito y sus amigos de ayer y hoy
Los Chaguaramos de Caracas marcaron una etapa de adolescente y juvenil grata para Guillermito, allí conoció muchos de sus amigos de siempre y que hoy siguen juntos. Antonio Morral me dice que ellos eran vecinos y se conocieron en 1955, cuando tenían 10 años de edad, estudiaron en el Colegio San Pedro, al lado de la Iglesia del mismo nombre frente a la Universidad Central de Venezuela. Los padres de Antonio eran conserjes del edificio “Macuto”, él era monaguillo, todos los días a las seis de la mañana en la Iglesia San Pedro, el Padre Juan D’Angeli daba la misa en latín, el niño Antonio lo acompañaba, pasaba el cepillo, recogía las limosnas y se quedaba con parte de ellas. Los fines de semana acompañaba al Padre en los oficios de los matrimonios y bautizos, ahí le quedaban 100 bolívares semanales, 70 se los entregaba a su madre doña Encarnación, y con los 30 restantes invitaba a sus amigos Guillermito, Noel Vera Sandoval “El Gato Vera”, Héctor Cabrera, Cherry Navarro, José Luis Rodríguez, otros, al Cine Arauca con las cotufas, la entrada costaba 0,50 Bolívares (un real). A los 15 años de edad ambos trabajaban en una litografía, ganaban 100 bolívares mensuales, con sus amigos iban a fiestas y daban serenatas, se paseaban en un Citroen. Morral era flaquito, travieso y buscador de pleitos, le encantaba meterse con los portugueses, cuando le daban peleas, decía “aquí está mi guardaespaldas”, lo defendía Guillermito, que era atlético y bueno con los puños. 65 años después siguen tratándose como antier.
José Luis Rodríguez “El Puma” comenta, que en su época juvenil de los años ’60, nació su amistad con Guillermito, quien tenía un apartamento de soltero, y frecuentaba con sus amigos el Café Bar “Las Américas”, ahí comenzaron parte de sus sueños y pasaban horas hablando del futuro. Dice, ese “Rolo ´e vivo” es una fiera en todo, sobre todo para los negocios, aunque en Margarita montó un restaurante y quebró.
Renny Ottolina y Guillermito González
Renny Ottolina, tuvo pocos amigos, pero Toco Gómez, fue uno de sus más cercanos, así lo ha dicho “El Puma”. Toco señala que comenzando la década de los años ’70, Renny fue un visionario cuando le comentó “todos los jóvenes artistas y animadores, Gilberto Correa, “El Pavo” Ledezma, Luis Turmero, Carlucho Guzmán, Alfonso Álvarez Gallardo, tratan de competir conmigo, imitan mi estilo”. Ese día le dijo, “te adelanto que a quien le va a ir bien es a Guillermito porque él trabaja para la juventud”.
Guillermito al poco tiempo creció con el programa “Viva la juventud”, “Fantástico”, “Cuánto vale el Show”, ese programa fue tan bueno que lo “fusilaron” e imitan en muchos países, incluso en Estados Unidos. El popular “Don Francisco” vino a Caracas para ver como se hacía el show de Guillermito.
Después de Renny Ottolina, Guillermito es el único artista que hizo buenos negocios con su profesión. Todo lo que ha tenido lo han disfrutado su familia, sus amigos, sus casas, es un libro abierto. Tiene ángel, buen dominio y trato sobre los clientes, supo manejarlos, hizo buenos show.
Comenta “Toco” Gómez, que el día que Guillermito renuncia a RCTV, salen juntos al estacionamiento y se encuentra con Peter Bottome fundador y presidente de Radio Caracas Tv, y este le dice “Guillermito ese Mercedes Benz tuyo es más nuevo que el mío”, y le respondió de manera jocosa y sonriente “Peter para que veas lo bien que me ha ido, llegue al canal en un autobús de San Ruperto y salgo en este último modelo”.
Con CAP en el Tamanaco
En un evento social realizado en el hotel Tamanaco de Caracas, se encuentran Gilberto Correa, Guillermito González y “Toco” Gómez, con el presidente Carlos Andrés Pérez (segundo mandato), Gilberto señalando a Guillermito, se dirige a CAP y le dice, “Presidente ya saludo al número Dos de la televisión venezolana”, Pérez que se da cuenta de la intención de la pregunta y la picardía implícita, le responde “Claro Gilberto, porque el número Uno, sigue siendo Renny Ottolina”. Comenta “Toco”, que Gilberto se sorprende con la respuesta, porque el mismo se ubicó de Tercero. Las risas no se hicieron esperar, los chismes de la farándula “era cuál de los dos galanes era el sucesor de Renny” y CAP lanzó esa bola ensalivada (término beisbolístico).
“El Puma” y el “Fantástico”
La amistad entre José Luis Rodríguez “El Puma” y “El Fantástico”, es de toda una vida desde Los Chaguaramos cuando eran jóvenes, que bonito han pasado los años y siguen tratándose como ayer. Ahora con motivo del cumpleaños de Guillermito, “El Puma” le ha hecho un Homenaje en la televisión y youtube excepcional, con entrevistas a muchos amigos, porque realmente el “Fantástico” es merecedor de los honores porque él está recibiendo lo que ha dado, cariño, afecto y las mejores atenciones.
Guillermito me ha dado muchas muestras de ello. Mi esposa Alba Marina (La Nena Valdez) cumplió años y estábamos en Miami, Guillermito llamó a “El Puma”, fuimos a un restaurante junto a Saúl Campanella, Carlos Méndez, Argenis Carruyo “El Volcán de América”, Oswaldo Muñoz y otros amigos, nos divertimos y cantamos el cumpleaños. Al otro día José Luis nos invitó a todos, a su casa con su señora esposa, nos hizo la atención con un buen domino. Qué familia tan Bella y espirituosa, le doy las gracias a “El Puma” por los gestos conmigo y mi familia, a la vez que reconozco los actos y manifestaciones de afecto que le ha hecho a Guillermito, para ambos le pido a Dios y la Virgen larga vida.
En el detalle hay historias
Son muchos los cuentos y las anécdotas con “El Fantástico”, que van desde Caracas, Margarita, Miami, Madrid, Londres, París, y déjeme decirle que en todas partes tiene sus peñas y encuentro de amigos que lo esperan para hacerle las atenciones, porque así como el ha sido, también son con él.
En la sede de la UNESCO en París en mayo de 2017, fueron Galardonados como “Personalidad Iberoamericana del año”, Guillermo González (Televisión), Salomón Cohen (Empresario), el galardón lo recibió Roberto, y Oswaldo Muñoz (Prensa), por La Organización de Periodistas Iberoamericanos, bajo la Presidencia del doctor Álvaro Martínez, y entre los Directivos Julio César Pineda y este escribidor Mario Valdez, otros. Las noches de París fueron mundiales, ese episodio lo narrará mejor Roberto Cohen.
“El Fantástico” es un aficionado de la tauromaquia, disfruta las tardes de toros como ninguno, recuerdo la Maestranza “Cesar Girón” de Maracay, en una época hasta “compró” un torero, lo patrocinaba, porque lo cargaba de feria en feria, la corridas en San Cristóbal, Valencia, hasta Madrid se lo trajó. “Toco” dice, que ahí se perdieron unos reales pero la diversión fue grata. Comenta José Eduardo Baralt que ellos estaban en el palco presidencial y una señora le gritaba a Guillermito que le diera un autógrafo, al terminar la corrida la señora se le acerca a Abdebis de Baralt con un papelito, Guillermo le firma el autógrafo y la señora cuando se despide, le dice “muchas gracias don Francisco”, jajaja.
Toros y Restaurant
“El Fantastico”, sus últimos 20 años transcurrieron entre Caracas, Margarita, Miami, Londrés y Madrid, su pequeño circulo de amigos, de frecuencia seguida siempre sabíamos donde le tocaba y algunos se daban cita con él, Oswaldo Muñoz, Vicente Ciulla, Gustavo Soto, Miguel Sierralta padre, Arturo Casado, es lógico que se me escapen algunos, presentó disculpas.
Creo que uno de los amigos con quien Guillermito disfrutó más Ferias y las tardes de Toros en la Plaza Las Ventas y los restaurantes madrileños fue con nuestro amigo Vicente Ciulla.
En el pasado mes de mayo se nos quedaron frías las entradas, a la Plaza de Toros de las Ventas en Madrid, con motivo de las Ferias de San Isidro, el hombre ya no estaba en condiciones, el año anterior las disfrutamos. Después de esas faenas le gustaba ir a “Casa Lucio” en la calle Cava Baja. los amigos que pasaban por Madrid, los llevaba al restaurante de Lucio Bláques. A las 7 pm en el restaurante “Ten Con Ten”. En Miami, a las 5 pm estaba Guillermito en la peña de encuentro, era el Café Restaurant “Abracchi”, en Coral Gables, ese día podía faltar su dueño Nino Pernetti, pero Oswaldo Muñoz, Saúl Campanella o Pancho Tosta, no. En Margarita, recuerdo la época que Arturo Casado vivió en la Isla, una fija era el arroz de “El Remo”, “la Casa de Ruben”, “El Fondeadero”. En Caracas, “La Castañuela”, con Joseito Nuñez, “La Punta Grill”, “El Hereford Grill”, y así cada quien tiene su historia. Tantos lugares, sitios y buenos recuerdos.
Guillermito y Oswaldo Muñoz son fanáticos del Real Madrid y yo también, presenciar los juegos de fútbol en el Estadio Santiago Bernabéu desde el restaurante “Puerta 57”, es de primera, por muy lleno que esté el negocio, para él siempre hay una mesa con la vista al campo de juego, ahí presencié los últimos juegos con ellos. En ese restaurante me presentó hace unos años a Alfredo Di Stefano “La Saeta Rubia”, fueron grandes amigos, el mejor futbolista del mundo en los años 60 (el año 1963 fue secuestrado en Caracas por las guerrillas). Esta Crónica fue publicada el 20 de julio de 2020.
Por Mario Valdez
Guillermito González es Manolín
Esta Crónica se publicó el 05 de junio de 2015
Esta Crónica especial, está dedicada a Guillermina González Dager y sus hijos Gabina y Gael (Manolín como le decía su abuelo Guillermo “Fantástico” González, cuando se refería a él).
El 8 de junio de 1945, en la calle Brasil, casa número 4, del barrio Ciudad Jardín, ubicado en el centro de Las Palmas de Gran Canaria, España, nació Manolín. Ciudad Jardín, es una zona exclusivamente residencial, sus casas se asemejan mucho a las casas de estilo británica, la zona se caracteriza por la estrechez y lo angosto de sus calles, es arborizada, con sus huertos y jardines. Es una barriada muy popular y concurrida, que colinda con los barrios Alcaravaneras y Arenales, hoy con el correr de los años ha ido extendiéndose al resto del archipiélago canario.
Manolin pasaban horas frente a la Mar mirando las embarcaciones, imaginándome que iba en ellas
La casa donde vivió Manolín en su infancia, quedaba cerca del parque Doramas y el club de Tenis, relativamente muy cerca de la Mar, con sus playas, sus barcos de velas y yates, una vista recreativa y extraordinaria.
Manolín fue un niño que llevó una vida tranquila, citadina, hacia las cosas propias de su edad, jugar de pistoleros, o a escondidas con los compañeros y vecinos. Era aplicado en el colegio, terminaba las tareas y se iba a los paseos, al parque, gustaba ir a nadar a la playa y me comentaba que pasaba horas mirando las embarcaciones, imaginándome que iba en ellas dándole la vuelta al mundo. Asistía religiosamente a la misa, se colocaba de primero para comulgar, le pedía las Bendiciones a la Virgen de La Candelaria.
Por el amor de Bellita
A los seis años de edad, ya se perfila como todo un galán, en el colegio tenía a su novia, se llamaba Bellita, todos los amiguitos se la cortejaban, pero él les llevaba ventaja porque se metía en los jardines de las casas vecinas y cortaba flores y rosas para llevárselas a su pretendida. De niño aprendió la picardía, la atención, la galantería, el trato amable, la distinción, el detalle que le gusta a las damas, las flores que nunca le faltaron. Es evidente que le dio buenos resultados y lo hizo como un modo de vida.
Bellita era una niña muy agraciada, bonita, con su carita y nariz perfilada, coqueta, la cabellera le caía en los hombros, el uniforme azul con sus medias blancas, a Manolín le encantaba como era ella, su sonrisa y el trato con sus amiguitos, entre ellos Abilio y “Ferrugante”.
A los siete años de edad está estudiando en el Colegio La Salle, era jugador pre infantil de primera línea por su agilidad y despuntaba como un futuro atleta con sus habilidades para el fútbol, jugaba como delantero en el equipo infantil “C” de la Unión Deportiva Canarias.
Entra en la etapa en que empieza a jubilarse del colegio para irse a jugar futbol y a bañarse a la playa Las Alcaravaneras, ya tiene sus amigos más definidos, entre quienes se encontraban “el Ferrugante”, Pepe “El corto”, Antón “El boticario”, Abilio y Antonio, esa era la banda, los cómplices que tenía Manolín, para las rubieras y correrías, tenía más cuerpo que ellos y era peleador, le hacían caso, era el jefe.
Manolín y “El Príncipe Farud”
Por esas escapadas del colegio, los juegos y la playa, sus padres lo reprendieron y como castigo lo inscribieron en el internado del Colegio Salesiano “Arucas”, al decir de su señora madre, para alejarlo de las malas juntas. Pero los fines de semana que regresaba a casa, volvía con sus amigos a los juegos y las correrías de playa.
Al poco tiempo de estar en su nuevo colegio, por su habilidad y su manera de ser, rápidamente hizo un nuevo grupo de amigos. Entre ellos conoce a un joven de piel morena que también jugaba al fútbol, ambos se inteligenciaban y hacían buenas combinaciones en las canchas con el balón, para las gambetas, los dribles y los tiros al arco buscando los goles. El deporte los unió para una gran amistad, siempre se les veía junto haciéndole maldades al resto de los compañeritos, por ser los mejores jugadores del colegio terminaban imponiéndose. Ese muchacho morenito, resultó ser “El Príncipe Farud”, hijo del Rey Farud de Kenia (África). Esta primera etapa de la vida de Manolín, transcurre en plena dictadura del general Francisco Franco, presidente del gobierno de España.
Manolín en la Finca “El Gato”
Su vida transcurría en Ciudad Jardín de manera normal, un día sin motivo aparente sus padres deciden venirse a vivir a Venezuela, su madre le dice Manolín recoge tus cosas que nos vamos al amanecer. Me comenta que le dio la orden sin mayores explicaciones, y él que le tenía tanto respeto tampoco las pidió. No tuvo tiempo de despedirse de sus amigos, ni de su amor Bellita, para ellos Manolín se fue, desapareció. Buscó en un mapa para ver donde quedaba Venezuela, no conocían a nadie, dejaban atrás todas las comodidades que tenían en Ciudad Jardín, para buscar horizonte en nuevas tierras.
Recién cumplido los ocho años de edad, le toca levantar la carpa y dejar la isla de Las Palmas de Gran Canarias. Se van a otra isla, ahora a Tenerife a un pueblo llamado “Orotava”, era un caserío, un pueblo agrícola donde vivía su abuelo materno, quien tenía una finca llamada “El Gato”. Aquí el joven se compenetra con el campo y la ganadería. Sus días transcurren haciendo las labores de la finca, monta caballos, aprende a ordeñar y a tomar la leche caliente de la ubre de la vaca. Esos dos meses de estadía en el campo fue de gran utilidad, porque además del aprendizaje que tuvo, pudo compartir con su abuelo y la familia, recordaba que su abuelo le regaló un escapulario que conservó por muchos años.
Donde estaba enclavada la finca “El Gato”, hoy es una de las urbanizaciones más lujosas y agradables de Tenerife, se llama “Las Lagunas”, muy cerca se encuentra el aeropuerto Norte de Los Rodeos (Tenerife). Para el año 1953, que fue la época que Manolín estuvo allí, el aeropuerto era una pequeña pista de aterrizaje, que casi siempre estaba cubierta por la neblina. La explicación es que el arquitecto que estaba a cargo del diseño marco con una “X” el sitio donde no se debía construir. El arquitecto muere repentinamente y quien lo sustituyó, creyó erróneamente que ese era el lugar que su difunto colega había elegido para construir el aeropuerto. Craso error.
De El Puerto de Tenerife a El Puerto de La Guaira, Venezuela
El 24 de diciembre de 1953, Manolin sale en compañía de su señora madre doña Carmela Regalado de González, zarpan desde el Puerto de Santa Cruz de Tenerife, con destino a El Puerto de La Guaira, Venezuela, en un Trasatlántico llamado “Franca C”. En la medida que el buque va adentrándose en la Mar, Manolín siente y ve como la isla se va poniendo pequeña y se va perdiendo en el firmamento.
En la travesía hace amistad con dos jóvenes, hijos de un dentista polaco de apellido Burger, uno de ellos Bruno Burger, hoy un famoso médico y comentarista deportivo, conocedor de “la Fórmula 1” en Venezuela y América Latina. Las cosas y las vueltas que da la vida (50 años después lo contrató para la televisión). Viajaban en los camarotes de segunda clase, con sus amigos correteaban por todo el barco; un día estaban jugando, había pocos turistas en ese momento por el área de la piscina y se cayó en la parte honda, empezó a hundirse y se fue al foso, no podía reflotar, afortunadamente el hermano mayor de Bruno se lanzó al agua y lo rescato. Un buen susto se llevó Manolín.
Un Marinerito en la travesía
El 31 de diciembre celebran la fiesta de fin de año en el barco, como es tradicional el Capitán de la embarcación estaba impecablemente vestido con su uniforme blanco de Gala, sus condecoraciones y charreteras. Los marineros y el resto de la tripulación con sus uniformes. Los adultos estaban formalmente vestidos, los varones con flux y corbata, damas con vestimenta elegante, recordaba que el vestido y la ropa que llevaba doña Carmela, era de una elegancia que sobresalía al resto de las damas. A Manolín lo vistieron de “Marinerito”, quedó deslumbrado con toda la elegancia de la gente, bailaron al son de una Orquesta, cenaron e interpretaron las 12 uvas del tiempo. Recibieron el año nuevo, fue inolvidable esa primera fiesta de su vida, nunca había visto una orquesta con sus músicos, la fiesta terminó con el alba. Yo era un marinerito en la travesía, nos dijo tiempo después.
Llegó con los Reyes Magos a Venezuela
El 5 de enero de 1954, el barco entra en aguas territoriales de Venezuela, en la madrugada oscura el Franca “C” llega a su destino, atraca en El Puerto de La Guaira. Manolin al despertarse el 6 de enero, se asomó por el camarote, nunca se imaginó lo que vieron sus ojos, era el puerto de La Guaira de los años cincuenta, inmensamente grande comparado con su Puerto de embarque. Estaba maravillado viendo la Mar, sube con su Mamá a la cubierta del barco, la mamá le dice: “Mira, llegamos a un pueblo grande y hoy estamos llegando a Venezuela con los Reyes Magos”.
Contaba su madre que cuando se bajaron del barco, quedaron fascinados viendo el agua, el puerto rodeado de embarcaciones y container, al frente esa gran montaña, es el cerro El Ávila del litoral. Recuerda Manolín que estaba regocijado de la alegría, muy contento y atento por donde caminaba, viendo para abajo, para todos lados. Ella nota que él se agacha y recoge algo del suelo y se lo metió al bolsillo; en la primera oportunidad le pide registro al hijo, “que recogiste del suelo y te metiste al bolsillo, enséñamelo”, el muchacho le enseña la moneda que se había conseguido, era un fuerte de plata conocido como “cachete”, que tenía un valor de 5 Bolívares. Era evidente que Manolín, llegó con suerte, y de lo astuto que era se lo escondió y no le había dicho nada a su madre. Está claro que desde chiquito le gustaron los centavos.
Manolín va a notar el contraste, va a conseguirse con una ciudad totalmente distinta a su Ciudad Jardín. Caracas estaba en franco crecimiento en materia de vialidad y otros servicios, la autopista de Caracas a La Guaira estaba recién inaugurada. Acababan de inaugurar el teleférico que comunicaba a La Guaira, con el hotel Humboldt y Maripérez, Caracas. Venezuela era gobernada por el dictador general Marcos Pérez Jiménez. Más adelante notará que salió de un país gobernado por militares y llegó a otro también gobernado por los uniformados.
“Tú te llamas Guillermo José Manuel”
El taxi tomó la autopista vía Caracas, quedó impresionado con esa carretera de seis canales, de asfalto, señalizada y pintada de amarillo y blanco, totalmente alumbrada en la mañana. Para un niño recién llegado de Canarias, sintió el cambio, venía de un pueblo donde las carreteras de asfalto eran escasas y muy estrechas, esa imponente autopista lo deslumbró.
El taxi subió y enrumbo para Caracas, cuando llegaron a la avenida Sucre, que vio las casas con techos rojos, le dijo “Mamá hemos llegado al paraíso”, el conductor se fue directo al Hotel “Comercio” en Quinta Crespo, esa era la referencia que traía doña Carmela para hospedarse con su hijo.
El Hotel “Comercio” era el sitio donde llegaban los artistas, los cantantes que venían a actividades particulares a cantar o a trabajar en Radio Caracas Televisión (RCTV). Allí se alojaron Jorge Negretti, María Félix, Lola Flores, El Chaval de España, Pedrito Rico, Pedro Infante, Miguel Aceves Mejías, entre otros.
Manolín que se la pasaba jugando y correteando con otros niños por los alrededores del hotel, se da cuenta que ya casi nadie lo llamaba Manolín, sino Guillermo. Un día por curiosidad le pregunta a su Mama, el porqué ya no me llaman Manolín, y ella le contesta “es que tú te llamas Guillermo José Manuel”. “Ese día supe mi verdadero nombre”, comentó tiempo después. Desde ese momento dejó de ser Manolín y se convirtió en Guillermo.
Vuelta a Gran Canarias
En junio del 2014, Guillermito regresa nuevamente a la isla que lo vio nacer, por invitación del Presidente del Gobierno de Gran Canarias, Román Rodríguez (RR), quien lo invita a hospedarse en su casa, pero prefiere hacerlo en el hotel que fue construido en el sitio donde él acostumbraba ir a comer dátiles con sus amigos.
Desayunando en la terraza del hotel vio el panorama, la ciudad, la playa donde iba a bañar con sus amiguitos, a los parques donde jugaban, le embargaron los recuerdos, las añoranzas, decide caminar por el barrio de donde había salido hacía más de 60 años; se fue directo a la calle Brasil número 4, donde nació; de allí pasó viendo su antiguo colegio “La Salle”; luego fue a la playa Las Alcaravaneras, y se metió en un chiringuito de esos que hay en las playas para refrescar el calor; recordó que los frecuentaba, le llamó la atención un letrero que decía “en alquiler”, y le pregunta al dueño, cuánto tiempo tiene este negocio, el hombre le contesta, “tendrá como 35 años”, y Guillermo le dice “este negocio tiene más de 60 años”, un señor que se encuentra acompañado con una niñita catirita, dice “el señor tiene la razón este chiringuito tiene más de 60 años”, el hombre le pregunta, “¿y usted como lo sabe si no es de por aquí?, Guillermo le contesta “porque yo vivía por aquí”, el señor insiste “y Usted como se llama”, le contesta “Guillermo González”, el señor de la niñita dice “Yo soy Abilio Fernández”, Guillermo se queda viendo a aquel hombre, que no se parece en nada al mejor amigo que tuvo Manolín, que una vez pelearon a puños por quien de los dos tenía el amor de Bellita, todo eso le pasó en fracciones de segundo por la mente, y le dice “Te conozco de toda la vida, yo soy Manolín”. Abilio sorprendido exclama: “¡Coño, Manolin, me cago en diez; esta niñita es mi nieta, mi hijo se casó en Londres!”.
“Manolín por la puta madre que parió a Maneque”
Le pregunta por los amigos de entonces, le contesta que todos se han ido. Abilio le dice “pero vamos hasta el mercado que queda cerca de tu casa, a esta hora se reúnen los quedan ahí”. Al llegar, Manolin se da cuenta que a todos les ha pegado el sol y el tiempo, están tostados, arrugados, barrigones. “Muchachos, tal vez no recuerdan a este amigo, mírenlo bien, es nuestro amigo de toda la vida”. Manifiesta Abilio. Todos lo miraban escudriñando de arriba abajo, “no lo reconozco, no recuerdo a ningún Guillermo González”, niega “Ferrugante”. Entonces, alzando la voz y dirigiéndose al recién llegado, Abilio le dice: “Aquí todos te recordamos porque un día sin despedirte te llevaron para América, te hemos buscado, hemos preguntado por ti, pero nadie nos daba noticias. Decíamos que a Manolín se lo tragó la tierra”. Todos gritaron de alegría, “Manolin por la puta madre que parió a Maneque”; todos los presentes entrados en años y canas festejaron ese grato encuentro y brindaron. Manolin preguntó por Bellita, “¿se acuerdan de ella?, que hermosa era”. Farrugante, señala a una señora de cabellos blancos y dice “es aquella que está allá, de espaldas rodeada de tres nietos”, insiste vamos a llamarla, Manolín voltea a verla, a lo lejos la detalla, está sentada de espaldas, un poco rellenita rodeada de niños. De inmediato cómo el rayo le comunica a sus amigos que mejor se quedan tranquilos, “no le digan nada, quiero seguir recordándola como era, mi primera novia, porque por ella le agarre odio a los pulpos. No vaya a ser que se vuelva a enamorar”. Jajaja
“Fantástico” González, el hombre de la Televisión, el Caballero Barón de la Casa Real de Trastámara, Gran Canarias.
Gloria Valderrama, fue su compañera de vida, comparto con Ustedes esta bella nota que me envió.
Guille tenía la adorable costumbre de hacernos sentir especiales a las personas que formábamos parte de sus afectos. Cuando yo llegaba a su casa, mandaba a su persona de confianza de la casa a encender fuegos artificiales para “celebrar” que yo estaba allí.
¿Cómo no derretirse? La estrella era Guillermo, pero a mí me hacía sentir como una estrella de Hollywood. Guille disfrutaba de la buena gastronomía y de la compañía de sus amigos, pero lo más agradable era la sobremesa, las risas no podían faltar.
Recuerdo que cuando pedía la cuenta preguntaba al camarero:
– Guillermo: ¿Tiene champaña?
– Camarero: Sí
– Guillermo: ¿Cuál es su mejor champaña?
– Camarero: pues tenemos varias…
– Guillermo: tráigame un café negro
Ese giro de comedia nos hacía desternillar de la risa. Nunca perdió esas ganas de vivir y de reír. Incluso en sus momentos más difíciles conseguía la manera de sacar energías para ver el lado bueno de las cosas.
Hoy en el día de su cumpleaños, celebró los años que compartí con él. Celebro su amor por la vida…ese siempre será Guille, el Rolo e Vivo
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