(08 de abril del 2022. El Venezolano).- El fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Karim Khan, aseveró que con la instalación de una oficina en Caracas esperan «entender la cultura, el contexto, las historias» y poder «separar la propaganda de la verdad, separar la verdad de la ficción».
En una entrevista con El País de España, el fiscal habló sobre sus investigaciones en Ucrania sin la colaboración de Rusia y, en oposición, la apertura que ha encontrado en Venezuela para investigar presuntos crímenes de lesa humanidad.
Durante una visita de tres días, y que culminó el 30 de marzo, la administración de Nicolás Maduro autorizó la instalación de una oficina de la CPI en Caracas, con el objetivo de proveer asistencia técnica al sistema de justicia venezolano «para que ellos puedan llegar a la altura (judicial)».
El británico precisó que su investigación continúa en paralelo con el trabajo de cooperación técnica que realizará la oficina que acordó abrir en Caracas. «Vamos adelante con la investigación y cumpliremos nuestro mandato de forma independiente e imparcial».
Por ello señaló que continuarán colectando evidencia para cumplir con su mandato, además de trabajar con el gobierno venezolano bajo el principio de cooperación, una cuestión sobre la que el fiscal de la CPI ha insistido desde que asumió su mandato a mediados de 2021.
«Creo que la gente no esperaba que Venezuela reaccionara como reaccionó en noviembre. Ellos acordaron que podríamos abrir una oficina en Caracas, que podemos contar con visas con múltiples entradas, que podemos seguir teniendo más diálogos, y que podremos trabajar con organizaciones internacionales como la oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos. Trabajaremos respetando la soberanía y al mismo tiempo yo voy a continuar con las investigaciones, imparciales e independientes», destacó Khan.
En respuesta a quienes temen que esté confiando demasiado en el régimen de Maduro, Khan respondió que este no es su «primer rodeo (…) Tenemos experiencia, ninguno de nosotros nació ayer, sabemos cuál es nuestro trabajo».
El fiscal de la CPI aseveró que hay que darle a los países una «oportunidad de buena fe» para que avancen hacia un cambio de «la arquitectura legal (…) Yo he dicho que si un país intenta ponerse en el nivel que debe para cumplir con sus obligaciones del Estatuto de Roma, yo me retiro. Pero eso no es un favor, no es un regalo, es una obligación que tengo».
Recordó el caso Colombia, donde se cerró el examen preliminar sobre ese país a cambio de un acuerdo de cooperación entre el Estado colombiano y la CPI. «No di un cheque en blanco, fue una situación condicional a que continúe la Jurisdicción Especial para la Paz, y el financiamiento para esta, y que no haya intervención política contra esta. Si no, por supuesto, podría volver a entrar».