(6 de noviembre de 2019. El Venezolano).- María Graciela Briceño y sus dos de sus mejores amigas se acomodaron en sus asientos detrás del plato en el estadio de béisbol de la capital venezolana sabiendo que el juego inaugural de esta temporada no estaría a la altura de los últimos años.
Una crisis cada vez más profunda ha dejado a su país en ruinas, y una reciente medida del gobierno del presidente estadounidense Donald Trump ha impedido que los jugadores afiliados a las Grandes Ligas salten al terreno, provocando que el campeonato pierda el brillo de antaño.
Briceño, una maquilladora de 30 años, dijo que poco la mantendría alejada del estadio.
“Sabía que no iba a ser una temporada como las que estamos acostumbrados”, dijo.
En Venezuela, la presencia femenina en los estadios es masiva, casi a la par de los hombres, y se cuentan entre los que celebran con euforia cada jugada.
“Sigo amando el béisbol, sigo estando en Venezuela y en Caracas y no hay manera en la cual uno pueda evitar venir aunque estén siendo las peores condiciones”, agregó.
La popular Liga Venezolana de Béisbol Profesional comenzó su temporada el martes con cientos de fanáticos que se congregaron en el estadio Universitario de Caracas y en otras partes de este país sudamericano devastado por la crisis. Los tiempos difíciles también han acortado la temporada en un tercio de sus juegos y comenzó semanas tarde.
En Venezuela, sin embargo, el béisbol local sigue siendo una pasión. Durante unas horas es un oasis para las personas que se sienten abrumadas por el diario vivir. Es un lugar seguro para beber cerveza, lanzar insultos a los jugadores y desahogarse, reseñó AP.
También es para unos pocos afortunados. El lujo de una noche de diversión para una pareja que compra boletos, cerveza y perritos calientes cuesta fácilmente el doble del salario mínimo mensual equivalente a los 15 dólares que ganan la mayoría de los venezolanos.