(25 de septiembre del 2023. El Venezolano).- De las desérticas tierras baldías, a la desmesura del espectáculo. Emilio González (Caracas, 46 años) parece un ser sorprendente, singular, raro, pero viéndolo bien, es sencillo, noble, agitado en su propia melaza existencial, la cual ha construido con señorial esfuerzo. Nada le ha caído de cielo. Viene de la trinchera del tatuaje, cuando pintarse el cuerpo era extravagante, luego asumió como un evangelio las modificaciones corporales, y en la actualidad es un empresario con el fuego encendido de un oficio que trasciende las modas.
González, con su rostro tatuado, el primero en hacerlo en la cuarta república, previa al chavismo, no vacila en afirmar que es un icono del tatuaje en Venezuela, mientras que lleva cuatro años residenciado en Miami. Es el director general del The All Stars Tattoo Convention, (10901 SW 24th St. Miami, FL 33165) evento que reunirá del 29 de septiembre al 1 de octubre a la quintaesencia mundial de los artistas en el área del tatuaje. Es un promotor único, porque luce esa emoción característica en quien ha luchado contra la insolencia y la ha vencido. Tiene 90 % de su cuerpo tatuado, con modificaciones, pero es sereno, ocurrente y hablador.
-¿De dónde nace el interés por el tatuaje?
Nací en Caracas, pero me críe en La Guaira. Cuando tenía 11 años, no existía el tatuaje. Me han hecho varias entrevistas, y esto nunca lo he dicho. Antes trataba de poner al Emilio González como una figura que a la gente le interesara tanto como para lograr quién es el Emilio hoy día. Ahora si puedo decir abiertamente de dónde sale todo ese proyecto que se llama Emilio González. Siempre digo que soy un ser en evolución. Cuando tenía 11 años vi a un señor, de pequeña estatura, lo que llamamos enano, con un tatuaje de un escorpión en el brazo. Me llamó la atención. Me sorprendió. Le dije, cómo te hiciste ese tatuaje. Me dijo que fue dolorosísimo. Se lo había hecho él mismo. Agarras tres agujas, las amarra y te vas puyando. Y ese día fui, compré mis agujitas, el hilo, una tinta china y me hice en el brazo el nombre de mi banda favorita, Queen.
-¿Cómo asumieron tus padres esa orientación que asumiste de dibujarte la piel?
Mira, mi mamá casi me mata. Mi padre es español, de Islas Canarias, un hombre que emigró a Venezuela, para mantener a su familia, huyendo de la Guerra Civil. Mi madre es venezolana. Me dieron una paliza verbal, ni siquiera golpes. Mis padres me hicieron entender que lo que hice fue malo, y continué mis estudios. Esa paliza la entendí y después, vino la parte donde yo era el chico más popular en la escuela. Todo por el tatuaje. Jugaba beisbol, y me decían “La cosa loca”, como el personaje, que pitcheaba duro, en la película. Y pensé; esto que mis padres me dicen que es algo malo, me está haciendo ser alguien que nunca fui. Con el tiempo, tuve varios tatuajes escondidos que mis padres no veían. Me fui a España, y empecé a trabajar en una tienda de tatuajes. Nunca había montado un piercing, y terminé enseñando a la dueña de la tienda. Luego, regresé a Venezuela, y ya tenía la cara tatuada. Mi papá dejó de hablarme durante un año. Traté de estudiar en la Universidad Central, y el rector no me dejó presentar la prueba porque estaba tatuado.
-Empezaste a estudiar medicina, y terminaste estudiando cirugía plástica en España.
No lo terminé. Hoy día se aprende mucho por internet. Hay quienes hacen cirugías viendo tutoriales por youtube, y en mi época eso no existía. Yo empiezo a hacer modificaciones corporales, y lo hice por el conocimiento que tengo, y eso me hizo ser famoso. Yo tatué, pero sabía que no iba a ser el mejor en eso, así que decidí ser el mejor haciendo modificaciones corporales que fue lo que me permitió recorrer más de 99 países. Todo lo que sabía de anatomía me ayudó a hacer lo que hago.
-¿Cómo se forma Mithos Tattoo?
En 1995-96, cuando decido retornar a Venezuela, que no puedo seguir estudiando, mi mamá tenía un video-club, y rentaba películas. Y trabajé allí entre 3 y 4 meses. Eso fue en Catia La Mar, y yo subía a Caracas dos veces por semana, a tatuar y hacer piercing en tienditas muy chiquitas, que no tenían nada que ver con lo que yo estaba acostumbrado a trabajar en Europa. Entonces, fundo Mithos, a finales de 1996 y principio de 1997, en el Centro Comercial Sabana Grande, donde estaba La Savoy. Era el Sambil de la época. Abrí mi estudio. Mi madre me dijo que me iba a morir de hambre. Me tatué más la cara, tenía que mostrar algo a lo que no se estuviera acostumbrado para atraerlos. Todo un éxito. La tienda tiene 29 años.
-Dibujarse la cara no es común ¿qué tipos de reacciones favorables y desfavorable recibiste?
Hablamos de hace 29 años, cuando eso no existía de la manera como existe hoy. La gente le teme a lo desconocido. Fue muy fuerte los primeros años. No quería que la gente me entendiera; yo trataba de entender a la gente. Me levantaba todos los días diciéndome; tienes que triunfar para demostrarle a los demás que esto puede ser una profesión a largo plazo, y lo logré. Yo soy icono del tatuaje en Venezuela y de una cultura urbana. En mi tienda estaban los mejores tatuadores del mundo.
¿Eres pionero al tatuarte la cara en Venezuela?
Fui la primera persona con un tatuaje en la cara, fui la primera persona con modificaciones corporales en la cara, fui la primera persona que tuvo una tienda estable en Caracas, y en Suramérica. En el año 2000 hago mi primera convención de tatuaje, en la Hacienda El Arroyo.
-La técnica que se considera más compleja es el tatuaje de puntos, o puntillistas, con técnica monocromática. ¿Se puede lograr un avance con la inteligencia artificial?
Sí claro, ya lo estamos haciendo. El domingo, el 01 de octubre, tendremos uno de los mejores tatuadores del mundo que es venezolano, Darwin Enríquez, y dará una charla sobre la IA en el tatuaje. Todo avanza. Apoyo a la tecnología, pero nos hace flojos, aunque hay de todo para todos. Darwin tiene hoy día una de las tiendas mas brutales en los EE.UU. en el penthouse del Empire State, en Manhattan, Nueva York.
-Eres tatuador profesional, experto en modificación corporal ¿Cuáles son los ajustes físicos más complicado y qué tipo de modificaciones no harías?
Es una buena pregunta, porque cuando comencé la carrera, si me hubieras preguntado eso hace 20 años, te diría que lo haría todo, y lo hice todo, incluso cosas que no podría mencionar. Hoy día no lo haría. Antes modificaba cualquier parte del cuerpo. Yo decía que hacia realidad los sueños de las personas. Viajaban de cualquier parte del mundo a Mithos Tattoo, y se hacían cirugías conmigo. Tenía un lema que era no preguntar.
-Hay como tres categorías a la hora de definir la intencionalidad de rayarse la piel: necesidad de individualización, la pertenencia a un grupo y la estética. ¿Con cuál te defines?
Con la estética. Siempre fui Emilio González. Pude haber sido el hombre oso, cuando comencé. Las modificaciones extremas no me las haría, pero no lo critico, porque cada quien es un individuo único.
-¿Hay conciencia en la gente de lo que quiere expresar a través del tatuaje?
De las personas que se tatúan, 80% sí tienen conciencia de lo que se hacen. Los tiempos han cambiado. Hoy ves vallas publicitarias donde los mejores deportistas están tatuados. La gente busca adaptarse a eso. Yo vivo en Miami y es una de las ciudades con más tiendas de tatuaje y con un alto nivel de población que se quiere tatuar. Los viejitos tatuados, jóvenes tatuados. Antes era difícil ver a un judío tatuado. Hoy se hacen la estrella de David.
-Como coordinador general del evento ¿Cuáles son tus expectativas?
Este evento lo hice en Venezuela durante 18 años, y tenía un excelente nivel, e iba gente de todo el mundo. Tengo aproximadamente cuatro años tratando de realizar este evento. Estoy muy contento con lo que he logrado. Esto comenzó como una convención de amigos, de 100 bookeds, y hoy día atendemos a 450.
-¿Qué es lo más solicitado por la gente?
Los tatuajes de realismo color, sombra, rostros, los tres D, y para eso hace falta tener una piel blanca. Hay quienes no tiene la piel para llevar ese tatuaje. El día de la foto, queda espectacular, luego no sabes lo que es. La tendencia es el tatuaje. La gente quiere tatuarse.
-¿Qué relación tiene el tatuaje con el mundo de la delincuencia?
Nada que ver. Hay delincuentes con tatuaje y sin tatuaje.
-Ahí está la galería-cárcel de Bukele.
Los Maras siempre los han utilizado. El tatuaje está en todas las culturas. El tatuaje ha pasado por muchos conflictos, pero no es el tatuaje; es la mente de la persona. Los mayores delincuentes están de corbata.
¿A quién te gustaría tatuar?Ya no tatúo. Comencé con eso, luego la modificación corporal, los piercings, y ahora tengo mi propia empresa, que hace las máquinas, tintas, agujas. Hay una tinta Dinamics Color, es la más vieja del mundo. Soy socio de esa compañía.