(17 de mayo del 2023. El Venezolano).- Ante el bloqueo y las medidas coercitivas impuestas por EE.UU. y la Unión Europea (UE) contra Caracas, el Gobierno de Venezuela adelanta una serie de acciones con las que buscan diversificar sus fuentes de ingreso para no depender exclusivamente de la exportación de petróleo, una industria que está limitada y afectada tanto por las sanciones como por las mafias de corrupción que recientemente se descubrieron en la estatal petrolera PDVSA.
Estas medidas han venido acompañadas por decisiones tomadas por el Ejecutivo que apuestan a cortar precisamente con la dependencia exclusiva del crudo, al incentivar la producción de otros sectores industriales como alimentos, ganadería, agricultura, turismo, materia prima, entre otras áreas, que ayudarían al país a mejorar su situación económica y exportar insumos para captar divisas.
Además, el Gobierno también ha impulsado la captación de inversionistas para que impulsen distintas áreas comerciales que no solamente son necesarias para el consumo nacional sino también para dinamizar el aparato productivo y las exportaciones, debido a que los negocios con la industria petrolera obligan al capital extranjero a gestionar licencias o permisos con la Oficina de Control de Bienes Extranjeros de EE.UU. (OFAC, por sus siglas en inglés) para poder operar en Venezuela y no ser castigados.
Bajo este régimen de sanciones, el Ejecutivo venezolano ha logrado dar un paso importante para que, incluso, la misma industria petrolera diversifique sus ingresos y no dependa exclusivamente del crudo. Así, a inicios de mayo, Venezuela concretó un acuerdo energético importante para la exportación de gas natural a otros mercados, especialmente el europeo, afectado por el conflicto entre Rusia y Ucrania y las sanciones impuestas a Moscú.
El convenio energético firmado entre la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), con su par italiana ENI y la española Repsol, ambas con licencias de la OFAC, permite la exportación de líquidos de gas natural (LGN) —condensados— de la planta de Cardón IV, detalló el ministro venezolano para el Petróleo, Rafael Tellechea.
El pacto entre PDVSA y sus pares europeas se concreta tras años de conversaciones en la que buscan construir un proyecto para aprovechar los excedentes de gas que tiene Venezuela para insertarlos en mercados con escasez o necesidad del recurso.
«La franja caribeña»
Sobre esto, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, adelantó que su Gobierno trabaja en un ambicioso proyecto que busca convertir al país en uno de los mayores exportadores de gas natural del mundo, que tendría como principal fuente la instalación de una zona industrial dedicada a la explotación de gas que estaría ubicada en el eje norte-costero venezolano.
La declaración del jefe de Estado se da a raíz de la firma del acuerdo entre PDVSA, ENI y Repsol, que abre las puertas a que el gas venezolano que en la actualidad es quemado, pueda ser negociado en el exterior e ingresar fondos que hasta la fecha no ha logrado captar la República.
«Venezuela está haciendo una certificación de lo que pudiera llamarse ‘La franja caribeña’. Todo el eje norte-costero venezolano está lleno de gas», resaltó Maduro sobre la zona en la que se instalaría el aparato industrial para la exportación de gas natural.
«Somos un país bendecido con grandes riquezas. Tenemos más de 50 bloques (de gas)«, agregó el mandatario, quien comentó que en esa región del país suramericano podría estar la cuarta reserva de gas del mundo, lo que le permitiría a Venezuela dar un salto para no depender en el área energética exclusivamente del petróleo, fortalecer su economía y atender demandas sociales y financieras de cara al futuro.
«Bienvenidos los inversionistas que vengan del mundo. El gas que ustedes necesitan en Europa está en Venezuela, aquí lo tenemos. ¡Bienvenidos!», agregó el mandatario venezolano, quien lidera la intervención de PDVSA, entre otras empresas estatales, como parte de su política de lucha anticorrupción que le permitió detectar diversas irregularidades en la industria petrolera y otras empresas estratégicas productivas del Estado.
Cuando se concretó la firma con las petroleras europeas, que se anexa a la extensión de licencia otorgada a la estadounidense Chevron para operar en Venezuela, Maduro resaltó que ahora PDVSA se encamina «paso a paso» hacia la restauración de su productividad y sus relaciones «con el mundo», no solo en el mercado petrolero, sino también a través de sus filiales como el gas, la industria de insumos petroquímicos, plásticos, combustibles, aceites, entre otros derivados.
Mayor producción de gas y recuperación del crudo
De acuerdo a datos obtenidos por Bloomberg, el acuerdo para exportar el gas venezolano, es de sumo interés para ENI y Repsol, debido a que se ha registrado un aumento importante en la producción de este recurso en la planta Cardón IV.
La producción de gas natural en esa planta se encuentra en 580 millones de pies cúbicos (unos 14 millones de metros cúbicos) por día, es decir, 31 % más que lo que se producía en 2019. En mayo, la producción media de condensados se situó en 16.000 barriles diarios.
Además, el Gobierno venezolano, tras la intervención de PDVSA, ha iniciado un plan para recuperar y aumentar la capacidad productiva, con un primer objetivo que busca alcanzar en corto plazo el millón de barriles de crudo diarios.
Además, Tellechea dijo recientemente que en el caso del gas, la meta es que la producción alcance su máxima capacidad en Cardón IV, unos 1.300 millones de pies cúbicos (más de 30 millones de metros cúbicos).
«El gas oficialmente no está sometido a sanciones»
El alto representante para Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, que ha sido duro con respecto a la imposición de sanciones contra Caracas, reconoció en una entrevista con El País que este tipo de proyectos energéticos son importantes porque benefician a Europa y al país suramericano.
«Venezuela ahora mismo está quemando gas que no puede utilizar, cuando el gas oficialmente no está sometido a sanciones, solo el petróleo. Es uno de los países que más metano produce en beneficio de nadie, mientras en la UE necesitamos gas», afirmó, aunque aclaró que para que este paso se diera, hacía falta el permiso de EE.UU. que ya fue avalado.
Según Washington y Bruselas, las «flexibilizaciones» para permitir negocios petroleros y gasíferos con Venezuela, buscan también abonar el camino para resolver el conflicto político venezolano y que se retome el proceso de diálogo en México entre el Gobierno y la facción radical opositora venezolana, que dejó un acuerdo parcial firmado en noviembre de 2022 que hasta la fecha la parte opositora no ha cumplido.
Por esta razón, el retorno de los representantes del Gobierno al diálogo en México está condicionado. Además, Caracas exige el cese total de las sanciones y la devolución de sus bienes y recursos retenidos en EE.UU. y Europa, que se traducen en miles de millones de dólares pertenecientes a las arcas del Estado venezolano a los que no ha podido tener acceso a pesar de las dificultades económicas que han afectado la calidad de vida de la población y su poder adquisitivo.