(14 de junio del 2024. El Venezolano).- Cuando los arqueólogos venezolanos hablan sobre los casi doscientos años de investigación de las manifestaciones rupestres en el país, inmediatamente aclaran que los «descubrimientos» no existen y que su labor está lejos de parecerse a la del conocido personaje de ficción estadounidense ‘Indiana Jones’.
En entrevista con RT, la presidenta del Instituto de Patrimonio Cultural (IPC), Dinorah Cruz, se refiere a la ardua investigación arqueológica que se ha hecho en Venezuela —entre el siglo XIX y la actualidad— para registrar, estudiar y reportar los petroglifos (tallado en la roca), geoglifos (grabado en la tierra) y pinturas rupestres que se encuentran a lo largo del territorio.
En días recientes, el IPC publicó un comunicado para hacer algunas aclaratorias a propósito de la información que circuló en los medios sobre el supuesto hallazgo de los «grabados rupestres más grandes del mundo en la cuenca del río Orinoco» por un grupo de arqueólogos británicos y colombianos.
En una de las publicación aparecía una foto del Cerro Pintado, ubicado a 22 kilómetros al sur de Puerto Ayacucho, capital del estado venezolano de Amazonas. Este monumento natural del municipio Atures, cerca del río Orinoco, ha sido investigado en Venezuela desde el siglo XIX, por lo que cualquier incursión posterior se vale de la información que han aportado los estudios previos.
En el escrito, el instituto destacó que son «bienvenidos» los estudios de los petroglifos que se valgan de nuevas tecnologías como drones, cámaras de alta resolución y software para la reconstrucción en 4D porque «traen consigo nuevas herramientas y aportan datos de interés que antes no podían considerarse». Sin embargo, hace la salvedad de que tienen luz verde siempre y cuando «cumplan con los requisitos de protección del sitio, contemplados en la ley».
Lo que hay en Cerro Pintado
En Cerro Pintado, según el catálogo del patrimonio cultural de Venezuela de la región Orinoco, publicado en 2006, se encuentran 14 sitios arqueológicos de diversas épocas donde hay «paneles abiertos de petroglifos, varias pictografías, cuevas con cementerios prehispánicos, cuevas utilizadas como cementerios históricos o modernos por los pobladores indígenas actuales».
Los petroglifos principales, que le dan el nombre al cerro, están en varios lados de las piedras. Son grabados de gran tamaño donde hay representaciones antropomorfas y zoomorfas de serpientes gigantes, tortugas, peces y aves. Además, hay figuras geométricas, de escaleras y líneas rectas y curvas. Se estima que en esa zona hubo ocupación humana desde 6.000 años a.C.
Las tallas en las rocas generalmente se hacen por abrasión, por frotamiento con otras piedras de mayor dureza, con maderas o con sustancias que permitan algún tipo de maleabilidad, refiere la directora del IPC.
¿Qué significan los petroglifos?
Hay tantas lecturas sobre el significado de los petroglifos como investigaciones. El catálogo recoge que varios autores interpretan que el conjunto completo de estos grabados rupestres describe el nacimiento de la vida bajo la influencia del Sol o de la serpiente, como el espíritu del mal o de las relaciones humanas terrenales.
Otros expertos consideran que la figura de ese reptil representa la sinuosidad del río Orinoco, el tercero más caudaloso del mundo; mientras que algunos más relacionan estas tallas con señales de territorialidad para advertirles a los extraños que el lugar estaba habitado.
De igual manera, Cruz menciona casos donde los petroglifos indicaban rutas migratorias o sitios de recreación societaria.
‘Indiana Jones’
Los antropólogos trabajan de una forma ardua, reconoce Cruz, y asevera que su labor no es nada parecida al personaje de ‘Indiana Jones‘, al que considera «el primer saqueador».
«Si ves todas sus películas, comienza saqueando un sitio arqueológico y llevándoselo al Museo Británico. No somos ‘Indiana Jones’, no somos el primero en llegar a un lugar«, dice con referencia a los investigadores que desconocen el trabajo de sus predecesores para aseverar que hicieron un «descubrimiento» o que descalifican la trayectoria de la arqueología venezolana.
En su criterio, esa visión de «descubrimiento» además desconoce el patrimonio cultural, la identidad y los sitios sagrados milenarios de los pueblos indígenas.
Por su parte, la arqueóloga Isabel de Jesús, tesorera del Consejo Internacional de Museos / IPC, manifiesta que es posible «descubrir algo que ya estaba descubierto o interpretado» a través de la lectura, de la búsqueda de fuentes y de la investigación.
«La arqueología llama mucho la atención por esta connotación que se le da a los investigadores, por películas como ‘Indiana Jones’, pero en realidad somos personas normales, comunes y corrientes, que nos gusta una profesión que trata de la investigación del pasado, de hechos fortuitos o no fortuitos que hicieron personas o animales», considera de Jesús.
«No es una competencia»
Aunque la presentación de titulares llamativos está intrínsecamente ligada al periodismo desde sus inicios, en la arqueología el asunto opera de otra forma.
Cada hallazgo, por pequeño sea, tiene la misma relevancia para describir la cultura de un pueblo o sus sitios sagrados, por lo que la monumentalidad no es lo primordial.