(27 de diciembre del 2023. El Venezolano).- Una importante delegación estadounidense encabezada por el secretario de Estado, Antony Blinken, se reunirá este miércoles con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en un esfuerzo por abordar la creciente crisis migratoria en la frontera suroeste de Estados Unidos. La reunión surge en medio de un aumento significativo en la llegada de inmigrantes a la región, con hasta 10.000 arrestos diarios en el mes actual.
El presidente mexicano ha expresado su disposición a colaborar en la gestión de la migración, pero también ha planteado la necesidad de avanzar en las relaciones de Estados Unidos con Cuba y Venezuela, dos de los principales países emisores de migrantes, así como la demanda de más ayuda para el desarrollo en la región.
«Siempre hemos hablado de abordar las causas (de la migración). Lo ideal es ayudar a los países pobres», afirmó López Obrador antes del encuentro.
Ambas partes enfrentan la urgencia de encontrar soluciones efectivas, ya que medidas anteriores, como la limitación de viajes directos a México y deportaciones selectivas, no han logrado frenar el flujo migratorio. Las repercusiones de esta crisis se han sentido en ambos lados de la frontera, afectando las industrias mexicanas y generando dificultades en la capacidad de Estados Unidos para procesar y albergar a los miles de migrantes que llegan a sus ciudades del norte.
En un intento por abordar la situación, Estados Unidos cerró recientemente cruces ferroviarios clave en Texas, argumentando la necesidad de reasignar agentes de la patrulla fronteriza para hacer frente al aumento. El secretario Blinken dejó entrever que la reapertura de estos cruces podría depender de la colaboración adicional por parte de México, reportó NBC Miami.
México, por su parte, ha destinado más de 32.000 tropas militares y miembros de la Guardia Nacional para hacer cumplir las leyes de inmigración, representando alrededor del 11% de sus fuerzas totales. Sin embargo, la efectividad de este enfoque se cuestiona después de que una caravana de unos 6.000 inmigrantes, muchos provenientes de Centroamérica y Venezuela, atravesara sin obstáculos el principal punto de inspección de inmigración en Chiapas.
La respuesta de México ante estas caravanas ha sido ambigua en el pasado, permitiendo su paso con la esperanza de que se cansen antes de llegar a la frontera con Estados Unidos. No obstante, la actual situación evidencia que este enfoque ya no es suficiente.
En el marco de la reunión, se espera que ambas partes discutan la posibilidad de implementar nuevas estrategias, incluyendo medidas más rigurosas para contener la movilidad de los migrantes a través de México. México, por su parte, busca un compromiso claro por parte de Estados Unidos en términos de ayuda al desarrollo para los países de origen de los migrantes, así como la reconsideración de las sanciones impuestas a Cuba y Venezuela.
La reunión entre la delegación estadounidense y López Obrador busca encontrar un equilibrio entre abordar las causas fundamentales de la migración y gestionar la crisis en la frontera, en un momento en que la presión aumenta y se espera que la caravana de migrantes más grande en más de un año se dirija hacia Estados Unidos.