(11 de junio del 2024. El Venezolano).- La Convención de Belém do Pará, primer tratado internacional contra la violencia de género, celebró hoy su trigésimo aniversario con una nueva conferencia en Chile destinada a afrontar los nuevos retos e impulsar nuevas medidas para combatir esta lacra.
“El desafío de esta conferencia es concordar estrategias para acelerar el proceso de cambio para que esta generación sea la última que viva bajo condiciones de violencia de género estructurales”, aseguró la ministra chilena de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana.
Este encuentro tuvo lugar en la sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en la capital chilena, en el noveno aniversario de la Conferencia de Estados Parte.
La convención contra la violencia de género entró en vigor en 1994 y fue suscrita y ratificada por Chile ese mismo año.
“La Convención de Belém do Pará es el instrumento más importante que tiene, me atrevo a decir el mundo, para enfrentar y ponerle un límite a la violencia que viven las mujeres. No obstante, cada dos horas muere una mujer, o vive una violencia una mujer en nuestra región”, denunció la secretaria ejecutiva de la Comisión Interamericana de Mujeres, Alejandra Mora, reportó EFE.
Orellana subrayó que es imperativo redoblar los esfuerzos en los próximo treinta años.
“No bajemos la guardia, menos en los momentos que vive nuestra región y el mundo: Graves vulneraciones a los derechos de las mujeres, tanto de las mujeres palestinas como de las mujeres que están en Haití, como de las mujeres que están en Darfur o en Ucrania se observan ahí”, dijo.
Asimismo, la ministra añadió que “América es hoy un continente de paz conseguida con mucho esfuerzo, con mucho dolor en el caso de algunos países, pero de paz y democracia”.
Esta reunión coincidió con la promulgación, este sábado, de la ley integral contra la violencia hacia las mujeres en Chile por su género, iniciativa que se tramitó durante siete años en el Congreso Nacional y que regula mecanismos de prevención, protección, atención, reparación y acceso a la justicia para las víctimas.
“Nos corresponde hoy discutir cómo aceleramos nuestras acciones para que las futuras generaciones tengan otro campo de mayor libertad, autonomía e igualdad (…) Continuaremos avanzando hacia la erradicación total de la violencia”, concluyó Orellana.