(20 de mayo del 2023. El Venezolano).- Una de las excusas más utilizadas por los conductores que sobreviven a un accidente fatal es: “juro que miré por el espejo y no lo vi”. Muchos se preguntan, “¿de dónde salió? Y aunque parezca mentira, esas personas no mienten, tuvieron la prudencia de, antes de hacer la maniobra, mirar por el espejo. Sin embargo, no se percataron de que el vehículo contra el que terminaron chocando se encontraba muy cerca de ellos, en el ángulo muerto o punto ciego. Es decir, fuera del ángulo de visión del retrovisor.¿Cómo evitar cometer ese error que cuesta vidas?
Para reducir los puntos ciegos de nuestro auto al conducir, la precaución más simple es, antes de hacer la maniobra de incorporarnos al carril de la izquierda, cambiar el ángulo desde el cual miramos el espejo. Es decir, mirar al retrovisor desde la posición recostado y después avanzar el cuerpo hasta el volante manteniendo la vista en el retrovisor. Con ese simple movimiento reducimos el punto ciego de la izquierda, no lo eliminamos del todo. Es un método efectivo solo para el retrovisor de la izquierda.
Pero el sistema más eficiente es colocar en el retrovisor un pequeño espejo cóncavo que venden en casi todas las tiendas de repuestos de autos. Estos pequeños espejos amplían el ángulo de visión de lo que sucede al lado de nuestro auto, reportó Miami Diario.
Prevención efectiva
Los carros modernos traen sensores que anuncian la presencia de un vehículo en el punto ciego. Son una ayuda increíble pero, de todas formas, siempre conviene cerciorarnos de que efectivamente no hay nada en el punto ciego antes de hacer una maniobra. También los sensores pueden fallar o no detectar a un peatón o a un ciclista.
Un consejo básico para reducir el riesgo es utilizar los intermitentes y advertir la maniobra que vamos a realizar. Si por error no vemos a alguien, éste estará advertido y evitará que se produzca el accidente.