(30 de noviembre de 2019. El Venezolano).- Los venezolanos acudieron en masa a los centros comerciales de Caracas este viernes para aprovechar los descuentos del “Black Friday”, lo que ocurre por primera vez en el país petrolero luego de que el régimen de Nicolás Maduro flexibilizó este año los controles al sector privado.
Durante sus primeros seis años de mandato, Maduro intentaba mantener bajos los precios de los bienes de consumo, a pesar de la inflación galopante, mediante estrictas regulaciones y fiscalizaciones a las tiendas.
Este año, el país miembro de la OPEP, que enfrenta sanciones financieras de Estados Unidos, ha dejado a los comerciantes operar con menos limitaciones.
“Mi hermana lo vio en las redes sociales y dijo: Mira hay un 70% de descuento en el Sambil, y nos vinimos corriendo”, dijo Elizabeth Díaz, una trabajadora bancaria de 42 años, que reside en las ciudad de Los Teques a 35 kilómetros del centro comercial Sambil de Caracas, donde esperaba en una fila frente a una juguetería para comprar regalos para sus tres nietos.
“Tiene que haber rebajas porque como están los precios uno no puede comprar”, agregó Díaz acompañada de su hija.
Los centros comerciales y las tiendas en las principales ciudades del país anunciaron descuentos de hasta 80% en productos desde zapatos hasta equipos electrónicos, con la esperanza de que el flujo de compradores pueda compensar la disminución de ventas causada por seis años de contracción económica.
En enero, el madurismo empezó a ofrecer más libertad a los empresarios al flexibilizar controles cambiarios y de precios tras casi dos décadas de regulaciones. La medida ha llevado a una mayor circulación de divisas en la economía, los venezolanos buscan dólares, porque la moneda local, el bolívar, se deprecia rápidamente por los alta inflación.
Pero los cambios aún no han reanimado la economía. La inflación acumulada a septiembre fue 4.680% y la actividad comercial cayó 39,2% en el primer trimestre del año, respecto al mismo período del 2018, según los datos más recientes del Banco Central. La crisis ha provocado la migración de más de 4 millones de venezolanos.
Los controles causaron fallas de abastecimiento en los supermercados y llevaron a los venezolanos a realizar largas filas para adquirir los productos básicos, pero con la relajación las tiendas están mejor surtidas, aunque con artículos cuyos precios no están al alcance de quienes ganan el salario mínimo, equivalente a unos 10 dólares mensuales.
“La demanda ha bajado 50% en lo que va de año, así que decidimos hacer el Black Friday para que la gente se anime y subir un poco las ventas”, dijo Rosmary Mogollón, de 42 años, que trabaja en una zapatería en Maracaibo, la segunda ciudad más grande de Venezuela, afectada por los frecuentes apagones y escasez de gasolina.
Las tiendas en la ciudad de San Cristóbal, al oeste del país, se unieron al resto de las zonas del país para ofrecer descuentos, pero miles de sus residentes cruzaron la frontera con Colombia para ir de compras a la cercana ciudad de Cúcuta, donde también las tiendas tuvieron un “Black Friday”.
En otras partes de Venezuela, testigos de Reuters y comerciantes dijeron que el flujo de compradores fue mayor que en meses anteriores, pero muy lejos del frenesí asociado con el evento en otras partes del mundo.
“Es una forma de que la gente se olvide de las colas de gasolina y de toda la crisis”, dijo Maria Sakhr, empleada de una juguetería en la ciudad occidental de Barquisimeto, que ofrecía descuentos del 20% en los productos.