(12 de febrero del 2022. El Venezolano). El Gobierno de Estados Unidos colocó en marcha su programa de inversión para instalar 500.000 cargadores eléctricos en las carreteras del país, con el que la Administración de Joe Biden busca potenciar la compra de vehículos eléctricos, crear empleos y combatir la crisis climática.
El Gobierno invertirá 7.500 millones de dólares para este programa, de los que 5.000 millones ya están disponibles para ser transferidos a los estados que justifiquen un uso adecuado de esos recursos, informaron altos cargos de la Administración en una llamada con periodistas.
EFE reseñó que los 50 estados del país, el Distrito de Columbia y Puerto Rico tendrán hasta agosto para solicitar los fondos del Gobierno federal y detallar cómo planean instalar estos cargadores.
«Esta red cargadores para vehículos eléctricos debe ser totalmente accesible para todos los usuarios, independientemente de si viven en una zona urbana o rural», detallaron los funcionarios.
La segunda parte de la inversión, de 2.500 millones de dólares, será un plan de subvenciones que se pondrá en marcha más adelante.
El plan, que pretende haber alcanzado en 2030 los 500.000 puntos de carga, busca fomentar la adquisición de vehículos eléctricos, reducir las emisiones contaminantes y crear empleos en la industria de los coches eléctricos.
Los funcionarios defendieron que se crearán «empleos bien remunerados que ayudarán a desarrollar a la clase media» y se impulsará «la descarbonización de la economía» de Estados Unidos.
Según los altos cargos de la Administración, Estados Unidos cuenta actualmente con solo 100.000 puntos de carga en sus carreteras, y lo ideal es que haya un puesto cada 50 millas (80,5 kilómetros).
Biden visitó el martes una fábrica de estaciones de carga en Tennessee, mientras que el miércoles recibió en la Casa Blanca a un grupo de empresarios del sector eléctrico para abordar su plan de transición hacia las energías limpias.
Esta inversión forma parte del gran plan de infraestructuras de 1,2 billones de dólares aprobado por el Congreso el pasado noviembre como uno de los grandes éxitos de la Administración Biden.
La ley contempla 550.000 millones de dólares en nuevas inversiones en infraestructuras en los próximos cinco años, además de 65.000 millones de dólares para mejorar la banda ancha y 7.500 millones dólares para crear la red de estaciones de recarga de coches eléctricos, entre otras partidas.