(13 de septiembre del 2020. El Venezolano).- En mi uso diario de las redes sociales me encuentro con las más variadas opiniones, entre apoyos a mis comentarios y mensajes, así como también, observaciones y recomendaciones. Insisto en que no podemos dar por sentado que la ciudadanía está al tanto de las verdaderas causas de la crisis múltiple que agobia al país. Hay quienes incurren en la ingenuidad de desestimar el poderoso recurso comunicacional del régimen que usurpa los poderes en Venezuela. La propaganda con la que bombardean a la ciudadanía es descomunal y atiende a las pautas que marcan desde Cuba los expertos en ese campo de las manipulaciones.
No podemos olvidar que uno de los puntos claves en el pentagrama de los regímenes populistas es concebir su propio “enemigo externo”. Por eso para cualquier excusa tienen a la mano al culpable de todo: “el imperialismo”. Ayer un seguidor de mi twitter me llamaba la atención respecto a lo que publiqué, asegurando que la falta de gasolina es la consecuencia de que Chávez despidió a los más de 22 mil trabajadores de Petróleos de Venezuela. Entre ellos a los técnicos más reconocidos en esa materia, así como a los especialistas en mantenimiento de las refinerías venezolanas. El cibernauta me escribió “que para que repito eso, si todos sabemos que fue lo que pasó con PDVSA”. Ahí está el error. Damos por cierto lo que sistemáticamente trata de desvirtuar la tiranía con su capacidad propagandista. Pero lo más grave es que hay uno que otro vocero que se identifica como parte de la oposición que también le hace coro a esa prédica falsaria de la realidad, asegurando que “no hay gasolina por culpa de las sanciones”. ¡Por Dios!
Está más que comprobado que Chávez y Maduro destruyeron una de las empresas de petróleo más prestigiosas del mundo. Arruinaron nuestro parque refinador, remataron las instalaciones que teníamos en el extranjero y despilfarraron, al mismo tiempo que saqueaban, la colosal riqueza derivada de las ventas de los hidrocarburos. ¿Alguna duda al respecto?
También hay que salirle al paso al sátrapa de Maduro cuando exclama que “no hay comida porque nos tienen bloqueados”. ¡Otra gran mentira! No existe prohibición alguna de que ingresen al territorio nacional alimentos y medicinas. El que ha cerrado las vías es el mismísimo Maduro, sino recordemos como bloqueó las vías para impedir que ingresaran a suelo patrio, desde Cúcuta, los camiones cargados de insumos. La verdad es que esta tiranía no respeta el principio de propiedad privada, ataca y desestima la iniciativa de los productores venezolanos, a los que más bien acechan con expropiaciones, asaltos a sus propiedades y pésimas políticas públicas.
En el tema de la necesaria e imprescindible cooperación internacional surgen opiniones que terminan siendo un peso muerto para nuestra lucha por liberarnos de esas mafias. No comprendo los argumentos de quienes insisten en que la salida “tiene que ser pacífica y electoral”. ¡Claro que sí! Lo que acontece es que nosotros somos los pacifistas y al frente tenemos una corporación criminal con un poder de fuego controlado por factores que nada tienen de pacifistas. No comprenden o se hacen los desentendidos ante la certeza de que en Venezuela está instalada una alianza con las transnacionales del terrorismo y el narcotráfico internacional. Que cuentan con megabandas, colectivos, pranes, narcoguerrilleros y militares subordinados a esos capos.
Ha llegado la hora, otra vez, de articular una verdadera alianza de lucha que sea capaz de despertar confianza en la ciudadanía para que retome la lucha de calles, sin parar hasta que caiga la tiranía. Esa fuerza interna estará en capacidad de interactuar con el espectacular respaldo internacional que aún conservamos. Esa es la agenda. No hay de otra. Para ese objetivo debemos primero liberarnos de los infiltrados. Así será posible de una vez por todas liberarnos de la tiranía.
@Alacaldeledezma