(19 de octubre del 2025. El Venezolano).- La canonización de Hernández y Rendiles marca un antes y un después en la historia espiritual del país. Ambos fueron exaltados por su vida de servicio, humildad y entrega:
- José Gregorio Hernández, nacido en Isnotú en 1864, fue médico, científico y profesor universitario. Su dedicación a los más pobres le valió el apodo de “médico de los pobres”, y su figura ha sido venerada por generaciones como símbolo de esperanza y sanación.
- Carmen Rendiles, nacida en Caracas en 1903, fundó la Congregación Siervas de Jesús. A pesar de haber perdido un brazo desde niña, lideró obras educativas y espirituales con firmeza y discreción, convirtiéndose en ejemplo de resiliencia y fe.
Una canonización compartida con el mundo. Durante la misa, el Papa también canonizó a otros beatos de distintas regiones:
- Ignacio Maloyan, obispo armenio y mártir del genocidio
- Peter To Rot, catequista laico de Papúa Nueva Guinea
- Vincenza Maria Poloni, fundadora de las Hermanas de la Misericordia de Verona
- María Troncatti, misionera italiana
- Bartolo Longo, laico convertido en apóstol del rosario
La Plaza de San Pedro se llenó de fieles de todo el mundo, mientras en Venezuela se realizaron vigilias, misas y transmisiones en vivo desde lugares emblemáticos como el Santuario de La Candelaria en Caracas y el Santuario Niño Jesús en Isnotú.
Más que santos: símbolos de unidad y esperanza
La proclamación ocurre en un contexto de desafíos sociales y económicos para Venezuela, y representa un gesto de unidad nacional. La figura de José Gregorio Hernández, en particular, ha sido invocada en momentos de crisis, epidemias y desarraigo, consolidándose como intercesor popular tanto dentro como fuera del país.
Por su parte, la vida de Carmen Rendiles inspira por su capacidad de transformar la fragilidad en fortaleza, y su legado educativo sigue vigente en comunidades venezolanas.