(13 de marzo del 2023. El Venezolano).- El Gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, aprobó formalmente hoy el cuestionado proyecto petrolero en North Slope (Alaska), que, según los partidarios, podría impulsar la seguridad energética del país, sin embargo, los activistas climáticos lo han calificado como una «bomba de carbono».
El anuncio llega un día después de que el Departamento del Interior de EE.UU. anunciara la prohibición de perforación en casi tres millones de acres del mar de Beaufort y limitara la perforación en más de 13 millones de acres de tierra «ecológicamente sensible» en la Reserva Nacional de Petróleo de Alaska, para garantizar la protección del hábitat de ballenas, focas, osos polares y otros animales salvajes de la zona.
El denominado plan Willow permitiría inicialmente tres sitios de perforación, que de acuerdo al desarrollador del proyecto, ConocoPhillips, incluiría alrededor de 219 pozos en total. Además, la compañía renunciará a los derechos sobre aproximadamente 68.000 acres de arrendamientos existentes en la Reserva Nacional de Petróleo de Alaska.
Por su parte, los ambientalistas han manifestado su indignación sobre el proyecto debido a preocupaciones frente a los «terribles impactos sobre el clima y la biodiversidad«, agregando que es contrario a los objetivos climáticos mencionados por el presidente Biden y el compromiso con el Acuerdo de París.
Según la organización de derecho ambiental, Earthjustice, el proyecto alterará de forma permanente el Ártico occidental, ecológicamente rico, «al interrumpir los patrones de migración animal, erosionar el precioso hábitat, dañar las prácticas de subsistencia y presentar riesgos inaceptables para la salud de las comunidades nativas de Alaska».
«Llegamos demasiado tarde en la crisis climática para aprobar proyectos masivos de petróleo y gas que socavan directamente la nueva economía limpia que la Administración Biden se comprometió a promover», dijo la presidenta de Earthjustice, Abigail Dillen.
Mientras, la compañía asegura que «Willow producirá 180.000 barriles de petróleo por día en su punto máximo y entregará entre 8.000 millones y 17.000 millones de dólares en nuevos ingresos para el Gobierno federal, el estado de Alaska y comunidades del condado de North Slope», con el «potencial de crear más de 2.500 puestos de trabajo durante la construcción y 300 puestos de trabajo a largo plazo».