(01 de marzo del 2023. El Venezolano). – ¡Epa vale, un momento! ¡Yo PABLO MEDINA CARRASCO soy un demócrata! Yo estoy a favor de cualquier tipo de elecciones. De reina pa’ feria, de carnaval, reina de cuarto grado, presidenciales y primarias. ¡Claro que sí!
He dejado claro a todo lo largo de mi vida política que cuando he perdido en una no me molesto, ni echo tierrita, ni me voy. ¡Me quedo! Como hice en el año 2012 con Capriles. Hice lo mismo que hizo casi todo el país: me puse un pañuelo en la nariz y salí a votar por Capriles, con tal de sacar a Hugo Chávez. ¿O no?
Y cuando el CNE esa noche dio los resultados, inmediatamente vi la trampa. Chávez, muriéndose, no dejaba de ser como el alacrán de la fábula con la ranita. Y me encontré con María Corina en el comando de campaña de Capriles. Que me desmienta si estoy cuenteando, y le dije: «Nos robaron más de 700 mil votos para poner a ganar a Chávez, que se está muriendo. Salgamos a la calle, levantemos al país. Yo me arranco para los barrios de Caracas, tú empuja a la gente del Este». Y todavía estoy esperando que me diga qué es lo que hay que hacer. ¡No mejora nada el enfermo!
Esas no son historias ni de la Colina ni de la Guipuzcoana; eso pasó hace poquito. Esa es una de tantas razones por las cuales yo estoy en este país como perseguido y exiliado.
Yo sí creo en las elecciones y creo también en las elecciones primarias. Pero, eso sí: ¡que la cosa sea en serio! Que no quieran montar un parapeto para componer las sinvergüenzuras de un sistema electoral enfermo y venenoso, que solo funciona a favor de la casa. En esas Primarias de 2011 introduje un amparo al TSJ, por cuanto el comando opositor cobraba 700 mil dólares por cada precandidato presidencial, con el cuento de que era para pagar las máquinas Smarmatic, que son del CNE.
Y es que, de pronto, al régimen no le dé por meter el dedo en cualquier tecla que inyecte votos o mueva gente o invente actas que son imposibles de confrontar con la totalidad de cuadernos electorales. Y de pronto hasta gana el más votado por la gente, en el entendido de que vayan a votar y logren superar el miedo de que con sus nombres y números de cédulas creen una nueva Lista Tascón; ¿o eso pasó al olvido?
En el mejor de los casos, el régimen va a utilizar la confianza de la oposición en su sistema electoral mafioso, para validar la transparencia del mismo. Con un argumento fundamental: si para las primarias funcionó y todos quedaron felices, el año que viene, con el mismo sistema, midamos a Maduro. Lo que es bueno para el pavo, también tiene que ser bueno para la pava.
Repito, soy un demócrata convencido; lo que sí que no soy es pendejo.