(27 de junio de 2019. El Venezolano).- La afirmación contenida en el título del presente trabajo tiene que ver con la reciente visita realizada a Venezuela por la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, la ex presidenta chilena, Michelle Bachelet.
La diplomática ha sido bombardeada desde las redes sociales con malintencionadas críticas cuyos orígenes, en su mayoría, este cronista los ubica en los laboratorios de guerra sucia de los sanguinarios comunistas cubanos que operan libremente en nuestro país auspiciados por el régimen usurpador.
Desde cuentos acerca del pasado de la ex mandataria chilena que la ligan al partido comunista de su país en su juventud, con calificaciones extremadamente subidas de tono que realmente no se compadecen con la actuación de la hoy Alta Comisionada durante su gestión como Presidenta de Chile durante dos periodos.
Incluso, he observado alarmado cómo algunos dirigentes de la oposición, caso concreto de María Corina Machado, han tratado de desestimar la actuación de la Dra. Bachelet en tan delicadas funciones de la agenda que cumplió en Venezuela.
Estos dirigentes parece que pretendían que Bachelet viniera a Venezuela a reunirse única y exclusivamente con los factores de oposición (vale decir, ellos), con víctimas por violación de derechos humanos y le entrara a coñazo limpio a Nicolás Maduro y a los personeros de las instituciones que se encuentran arrodilladas al régimen, con excepción de la Asamblea Nacional dominada por la oposición.
Bajo ningún concepto, según estos rebeldes sin causa, debía reunirse con Maduro ni con los altos personeros que son parte real del gravísimo problema de crisis humanitaria que agobia al pueblo venezolano.
Olvidaron que se trata de una diplomática que estaba obligada a reunirse con todos los factores involucrados en la catástrofe del país.
Pero también demuestran que tienen memoria muy corta o desconocen la condena de la Alta Comisionada al régimen de Maduro durante su exposición del 20 de marzo de este año 2019, en la ONU. Por este informe hasta el despreciable de la fraudulenta asamblea constituyente insultó a Bachelet y el régimen lo calificó de distorsionado.
Tampoco leyeron ni escucharon sus intervenciones con los factores de oposición, las víctimas de agresiones a derechos humanos y sus familiares ni la rueda de prensa ofrecida al momento de salir de Venezuela donde expresó: “la situación humanitaria se ha deteriorado de forma extraordinaria”.
No tengo dudas que Bachelet actuó como estaba obligada a hacerlo. Que todas sus reuniones estaban justificadas, así no nos gustaran. Que cumplió con el cometido que le impuso la ONU, y sólo queda esperar su informe definitivo para que, o le terminen de arrancar los cueros o se retracten sus detractores.
Yo sí creo en la Alta Comisionada Bachelet.