(03 de julio del 2021. El Venezolano).- Es de resaltar la importancia de la reciente declaración conjunta de la Unión Europea, Estados Unidos y Canadá, pues es reflejo fidedigno de la lucha que se gesta en Venezuela por alcanzar elecciones presidenciales justas, libres y verificables, tal como contempla el Acuerdo de Salvación Nacional. Aquí quisiera destacar cuáles son las condiciones mínimas para un proceso electoral libre y una observación internacional calificada dentro de Venezuela.
Para que pueda desarrollarse una elección libre es fundamental que se cumplan un conjunto de condiciones mínimas, las cuales son: devolución de las tarjetas de los partidos políticos a sus legítimos líderes y militantes, depuración del registro electoral, levantamiento de las inhabilitaciones políticas, observación internacional calificada antes, durante y después del proceso electoral, voto de los venezolanos en el exterior, depuración del registro electoral, eliminación de los mecanismos de control social, entre otros.
Además de ello, se requiere la eliminación de los llamados Puntos Rojos, ya que son espacios de propaganda y coacción electoral. Asimismo, debe haber un acceso igualitario a los medios y se requieren garantías que permitan evitar las migraciones forzadas e inconsultas de electores, que solo persiguen obstaculizar la expresión del pueblo venezolano.
La meta de elecciones justas, libres y verificables, también deben contemplar la participación de los venezolanos en el exterior, ya que estamos hablando de una cifra nada despreciable de más de 5,6 millones de migrantes dispersos en diversos rincones del mundo. Como ciudadanos responsables de esta patria, que también es nuestra, tenemos derechos a votar.
En días recientes surgió la declaración conjunta en la que EE.UU., la UE y Canadá señalaron su disposición a “revisar” las sanciones contra el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela si surge una negociación liderada por venezolanos que avance hacia elecciones libres.
Los dos países y el bloque regional, que desconocen el mandato de Maduro iniciado en 2019 y el de la Asamblea Legislativa elegida en 2020 por considerarlos resultado de comicios fraudulentos, anhelan una solución pacífica para la profunda crisis por la que atraviesa nuestro pueblo venezolano.
La observación internacional es clave para garantizar elecciones libres y justas, y se debe estar atento a lo que está proponiendo el régimen de Maduro para las próximas elecciones, que está basada en turistas electorales que llegan tres días antes de las elecciones y visitan los centros de votación controlados por la dictadura. Lo que Venezuela necesita es una misión de carácter técnico que pueda auditar todos los procesos del sistema de votación, y emita informes que sean tomados en cuenta por el árbitro electoral. Para ello es indispensable que dicha misión esté en el terreno mucho antes de la elección.
La comunidad internacional debe estar atenta a no prestarse a este juego y no debe enviar una misión de observación hasta tanto Maduro no permita las condiciones mínimas para una elección libre y restituya los derechos políticos de los venezolanos. Enviar una misión de carácter técnico sin solicitarle concesiones al régimen no solo legitima las decisiones arbitrarias que han socavado el voto libre en Venezuela, sino que profundiza la crisis institucional por la que atraviesa el país y nos aleja de una solución al conflicto.
Lo hemos dicho y lo mantenemos, el Acuerdo de Salvación Nacional es la vía para solucionar de fondo la profunda crisis económica, política y social que afronta nuestro país, y para ello estamos logrando el consenso de todas las fuerzas democrática del país, porque la recuperación de la libertad y la democracia de nuestra patria requiere el esfuerzo de todos, dentro y fuera de Venezuela.
Entre los alcances que persigue el Acuerdo de Salvación Nacional propuesto por el presidente interino Juan Guaidó están: ayudar a la entrada masiva de vacunas contra la covid-19 y el ingreso de ayuda humanitaria; lograr la estabilidad política que permitirá la creación de nuevos empleos, inversión extranjera y recuperación del salario; y el retorno de garantías para la participación política de todos los actores que conlleve a una elección de autoridades que puedan resolver la crisis de servicios públicos que persiste en el país. Seguiremos adelante e insistiremos en todos los espacios posibles para lograr el retorno a la libertad de Venezuela y de esta manera contribuir al fortalecimiento de la democracia en la región.