(14 de julio del 2024. El Venezolano).- Si sigues mi trabajo, sabrás que tiendo a ser pesimista sobre las posibilidades de reelección del presidente Joe Biden. Hay muchas razones para ello; por ejemplo, va por detrás en las encuestas tanto a nivel nacional como en los estados indecisos, y tiene un índice de aprobación por debajo del 40%.
Escrito por: Harry Enten / CNN
Pero a veces merece la pena dar un paso atrás y analizar los argumentos en contra. Biden atravesó posiblemente dos de las peores semanas para un presidente que se presenta a la reelección que yo recuerde, y todavía está al alcance de la mano del expresidente Donald Trump. Si se hace un promedio de las encuestas nacionales desde el debate de hace 15 días, Trump lleva una ventaja de 3 puntos. Una encuesta de NPR/PBS News/Marist College publicada este viernes por la mañana incluso situaba la carrera en un 50% para Biden frente a un 48% para Trump (un resultado dentro del margen de error).
Nadie debería sentirse cómodo en la carrera presidencial con este tipo de resultados en las encuestas. Desde 1972, la diferencia media entre las encuestas a estas alturas y el resultado final fue de 6 puntos.
A veces, la diferencia es mucho mayor. En 1988, antes de las convenciones de los partidos, el demócrata Michael Dukakis aventajaba al republicano George H.W. Bush en un margen de un solo dígito. Cuando terminó la carrera, Bush había derrotado a Dukakis por 8 puntos. La propia historia de Biden y Trump debería hacer que te lo pienses dos veces antes de dar por perdida esta carrera. Biden llevaba una ventaja de 9 puntos en las encuestas nacionales de principios de julio de 2020. Acabó ganando el voto popular nacional por sólo la mitad (4,5 puntos).
Un cambio así en la dirección de Biden esta vez le pondría por encima en el voto popular. Por supuesto, estas elecciones se reducirán en última instancia a los estados más disputados. Los datos posteriores al debate de esos estados son limitados, aunque las encuestas que teníamos antes del debate sugerían que Biden estaba peor en esos estados que a nivel nacional.
El camino más claro para Biden, según los datos públicos (y ambas campañas), sigue siendo a través de los estados del norte, Michigan, Pensilvania y Wisconsin. Ganar en los tres significaría que Biden podría perder Arizona, George, Nevada y Carolina del Norte y aun así conseguir la victoria. Averiguar cómo tener en cuenta toda esta información (o la falta de ella) para entender mejor el estado de la carrera entre Biden y Trump puede ser un reto.
Una forma de hacerlo es a través de modelos de previsión, que tienen en cuenta muchos datos, incluyendo las encuestas nacionales actuales, las encuestas actuales de los estados indecisos, el tiempo hasta las elecciones (es decir, cuánto pueden cambiar las encuestas con el tiempo) e incluso el estado de la economía (por ejemplo, informes de empleo fuertes y datos menos positivos sobre el crecimiento de los ingresos).
Me encanta comprobar estos modelos de previsión e incluso ayudé a crear algunos en el pasado porque nos ayudan a basarnos en hechos objetivos y no en opiniones subjetivas. Los modelos de este tipo no pueden dar cuenta de todo (por ejemplo, nunca tuvimos una revancha entre dos presidentes en la era de las encuestas), pero son mucho mejores que las conjeturas.
Según el modelo de pronóstico medio, Biden gana alrededor del 30% de las veces contra Trump. Algunos podrían considerar que una probabilidad de 3 entre 10 es baja. Yo no lo interpretaría así. Si hay que creer en la media del modelo actual, Biden tiene más posibilidades de ganar estas elecciones que una moneda lanzada al aire que sale cara dos veces seguidas. Cualquier joven estudiante o capitán de la NFL puede decirle que salir cara dos veces seguidas ocurre todo el tiempo, a pesar de no ser el resultado más probable.
Para los obsesionados por la política, un ejemplo diferente puede resultar más cercano. Cuando trabajaba en FiveThirtyEight -mi entonces jefe Nate Silver tiene ahora un modelo parecido a la media actual- dábamos a Trump alrededor de un 30% de posibilidades de derrotar a Hillary Clinton en vísperas de las elecciones de 2016.
Como escribí en aquel momento, Trump estaba a un «error de sondeo normal por detrás de Clinton» -la idea era que las encuestas estaban lo suficientemente cerca como para que Trump pudiera ganar si el sondeo se equivocaba por una cantidad normal-.
Hoy, la situación es algo diferente. El camino de Biden en el Colegio Electoral parece ser más estrecho que el de Trump en 2016. Lo que Biden tiene y Trump no tenía en 2016 es tiempo. Ya hemos visto en las últimas semanas, desde el debate, que muchas cosas pueden cambiar en poco tiempo.