(29 de noviembre del 2020).- Casi un mes después de las elecciones, y con sus múltiples denuncias de “fraude” desestimadas en los tribunales por falta de pruebas, el presidente estadounidense Donald Trump sigue evitando reconocer sus derrota ante el demócrata Joe Biden, quien asumirá el cargo en enero.
En ese tiempo su agenda pública ha quedado reducida a la mínima expresión, y sólo ha comparecido para atribuirse el logro de haber facilitado el desarrollo de vacunas para enfrentar la pandemia de la covid-19.
Atrás quedan sus ruedas de prensa interminables y su querencia por las cámaras, y Trump ahora se limita a jugar al golf y denunciar desde su cuenta de Twitter el “robo” y “fraude” electoral.
Sin embargo, los tribunales han ido uno a uno desestimando totalidad de las denuncias del mandatario.
“Decir que una elección es injusta no hace que lo sea. Los cargos requieren acusaciones específicas y después pruebas. No tenemos ninguna de las dos cosas aquí”, señaló este viernes el juez Stephanos Bibas, de la corte de Apelaciones de Filadelfia (Pensilvania).
Este sábado se conoció, además, que el recuento de votos pedido por la campaña de Trump en el condado de Milwaukee, en Wisconsin, agregó 132 votos al ya amplio margen de victoria de Biden.
En la última semana se han oficializado los resultados en Pensilvania, Michigan y Georgia, tres de los estados claves que Trump perdió en las elecciones y que apuntalan la victoria del demócrata.
Relevo insólito
Por su parte, Biden ya ha comenzado a anunciar a algunos de los cargos que compondrán su gabinete, previa confirmación por el Senado, como el secretario de Estado, Anthony Blinken, y el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas.
Sigue, no obstante, sin recibir la tradicional llamada de cortesía por parte del perdedor en los comicios.
Lo más parecido ha sido a una concesión de la derrota ocurrió este jueves.
En preguntas de los periodistas, y tras una llamada con las tropas desplegadas en el extranjero con motivo del Día de Acción de Gracias, acerca de si dejará la Casa Blanca si Biden es votado en el colegio electoral, respondió: “Ciertamente lo haré, y ustedes lo saben”.
Al mismo tiempo, y durante todo el fin de semana festivo en Estados Unidos, Trump ha continuado clamando “fraude”.
“Los 1.126.940 votos salieron de la nada. Gané Pensilvania por mucho, quizá mucho más de lo que la gente nunca sabrá. Los votos de Pensilvania fueron MANIPULADOS. En todos los otros estados clave también. El mundo está mirando”, escribió anoche desde su cuenta de Twitter, que añade los mensajes del mandatario continuas notas de advertencia ante la falta de evidencia.
Casi un mes después de acudir a las urnas, y en medio de una pandemia que ha dejado ya más de 260.000 fallecidos en el país, los estadounidenses contemplan asombrados las sorprendentes y a menudo contradictorias declaraciones de Trump.
Este lunes, el mandatario dio luz verde al inicio de la transferencia de poder a Biden, al permitir que la Administración Federal de Servicios (GSA, en sus siglas en inglés), comenzase el proceso de transición después de semanas de bloqueo recursos y permitir que el equipo del demócrata vaya tomando control de la burocracia federal.
Su equipo, comandado por el exalcalde de Nueva York Rudy Giulinai, sólo tiene hasta el 8 de diciembre para desarrollar su estrategia legal.
Ese día todos los estados deberían haber resuelto cualquier disputa y el gobernador de cada territorio debe enviar los resultados certificados al Congreso.
Trump ha intentado frustrar la burocracia electoral por que, una vez confirmado el conteo de cada estado, estos consignan los compromisarios que les corresponden dentro del sistema de Colegio Electoral el 14 de diciembre y transmiten el resultado al presidente del Senado y vicepresidente, Mike Pence, el 6 de enero.
Una vez confirmado que Biden supera los 270 votos electorales, el presidente electo inaugurará su mandato en una ceremonia frente al Capitolio el 20 de enero.
Los resultados sitúan a Biden con 306 votos frente a 232 de Trump.
Con información de EFE