(20 de noviembre del 2021. El Venezolano).- El pasado 13 de noviembre, el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela intentó romper el récord Guinness como la Orquesta más grande del mundo. La actividad se realizó a cielo abierto en el patio de honor de la Academia Militar de Venezuela, ubicada en Los Próceres, municipio Libertador. Dentro de la organización se incluyó la convocatoria de 12 mil músicos, en su mayoría de niños y adolescentes.
A pesar de la alegría y otras emociones que desataron los artistas al tocar la Marcha Eslava de Piotr Ilich Tchaikovsky entre otras piezas, el gremio de la salud venezolana manifestó su preocupación ante la posibilidad de un aumento de nuevos casos de la COVID-19 por las escasas medidas de bioseguridad que se implementaron durante el recital y en los días previos.
Tamara Salmen, presidenta de La Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría, y Saúl Peña, presidente de la Sociedad Venezolana de Salud Pública, aclararon que no están en contra del concierto, sino de la manera en cómo se organizó. Los especialistas recordaron que continúa en vigencia el decreto sobre el Estado de Excepción de alarma debido a la COVID-19. En la disposición gubernamental se estableció la suspensión de eventos públicos en todo el territorio nacional que impliquen la aglomeración de personas, reseñó Crónica Uno.
“Los numerosos testimonios gráficos del evento evidencian que las medidas de distanciamiento físico y de bioseguridad no fueron cumplidas a cabalidad y que los asistentes estuvieron expuestos a mayor riesgo de contagio”, indicó Tamara Salmen.
Efectividad dudosa
La doctora señaló que, según los organizadores del concierto, a los participantes se les aplicaron pruebas diagnósticas para descartar que fueran portadores de la COVID-19. Sin embargo, cuestionó la efectividad de esos exámenes y que los laboratorios que se habilitaron contaran con certificación para aplicar pruebas de detección. También dudan si los padres y representantes de los jóvenes recibieron los resultados.
Otra de las fallas que identificaron en la logística del concierto fue el incumplimiento del esquema de inmunización para los participantes. En una revisión de los lapsos de traslado y preparación de los músicos, se evidenció que no alcanzó el tiempo para garantizar la vacunación con las dosis, que se aprobaron para su uso en menos de edad apenas 19 días antes del evento. Por lo tanto, se desconoce cuántos participantes de la actividad recibieron al menos la primera dosis y cuántos no están vacunados.
La autorización para aplicar la vacuna Sinopharm en el grupo de 12 a 18 años de edad se aprobó el pasado 25 de octubre de 2021 por el Ministerio de Salud. Es decir, nueve días antes del evento. El intervalo de aplicación de las dosis es de 21 días, por lo tanto no fue cumplida”, expresó Salmen.
Se conocían los riesgos
El doctor Saúl Peña enfatizó en que el Ministerio de Salud debe realizar una vigilancia epidemiológica en los músicos, acompañantes y de los participantes del evento, “con el fin de identificar posibles casos de la COVID-19 y reducir el riesgo de posibles cadenas de transmisión a nivel nacional. Así como dar apoyo a aquellos que se enfermaron luego del concierto”.
Asimismo, exhortó al Ministerio Público a que abra una investigación para determinar si hubo funcionarios u otras personas que incumplieron con las disposiciones del decreto del Estado de Excepción de alarma.
Ambos aseguraron que ni la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría ni la Sociedad Venezolana de Salud Pública fueron consultados para la organización del concierto. Tampoco se contactó a la Academia Nacional de Medicina.
Transmisión en ascenso
Del 11 al 18 de noviembre se diagnosticaron 6725 nuevos casos de COVID-19 en Venezuela, de los cuales, al menos 300 fueron detectados en menores de edad. Caracas fue la zona del país con más infecciones durante estos siete días, con 614 casos reportados, por lo que la región central es la que sigue acumulando mayor incidencia. Hasta esta publicación, Caracas, Aragua, La Guaira, Miranda y Carabobo contabilizan en total 187.136 contagios, según los reportes oficiales.
Los datos que maneja la Organización Panamericana de la Salud (OPS) sobre la vacunación en Venezuela calculan que solo el 32,30 % de la población venezolana, que sobrepasa los 28 millones de ciudadanos, cuenta con las dos dosis de alguna de las vacunas disponibles en el país. Mientras que, 48,3 % tiene al menos una dosis. Estos datos contradicen las afirmaciones del gobierno de Nicolás Maduro, cuyos voceros insisten en que el país sobrepasó el 70 % de cobertura de vacunación contra la COVID-19.
Manuel Figuera, médico infectólogo y presidente de la Sociedad Venezolana de Infectología, explicó que las medidas de prevención de contagios por COVID-19: uso de mascarilla, lavado de manos y uso de gel antibacterial al 70 % de alcohol, no son solo para la protección individual, sino que buscan la protección colectiva de la población.
Lamentablemente, muchos de los pacientes que estamos atiendo últimamente son personas que por condiciones de salud o por edad no habían salido prácticamente en dos años y lamentablemente se enfermaron por alguien del entorno familiar o por algún cuidador o alguna persona que los estuvo acompañando. En lo colectivo, el descuido de alguna persona sana y joven puede generar problemas a otras personas más vulnerables”, reveló.
Figuera detalló que las infecciones asintomáticas o con síntomas leves pueden llegar a representar 40 % de los casos de COVID-19, por lo que recomienda el uso del tapabocas entre toda la población, más en las personas que presenten síntomas que puedan confundirse con gripe, resfriado o alergia, debido a que con tan solo el uso de la mascarilla se puede evitar infectar a otra persona en su entorno. “La responsabilidad implica cuidar a los demás”.