(18 de diciembre del 2020. El Venezolano).- El año más atípico de la historia reciente nos dejó miles de aprendizajes y también momentos icónicos en el deporte, uno de los motores del mundo
2020: año de fiesta en lo deportivo por los Juegos Olímpicos, la Eurocopa y la Copa América, que se debían realizar en el calendario, acabó siendo crisis, muerte y cancelaciones de los magno eventos.
Comenzamos el año con portadas en los diarios españoles exaltando a sus olímpicos, los grandes deportistas que viven a la ‘sombra’ durante casi 4 años, y este, que era el suyo, tampoco pudieron ver luz por la pandemia.
Enero no solo vivió de la alta expectativa que crean los JJOO, también tuvo el pasaje emocionante de la Supercopa española por Arabia que se acabó llevando el Real Madrid, cubierto y visto por miles de aficionados que se congregaron en el estadio cuando aún se podía.
La Copa del Rey, otro evento que levanta a la gente de sus asientos, también empezó por todo lo alto en este 2020: estrenaba un formato novedoso que permitió a aficionados de equipos ‘pequeños’ ver a los suyos llegar a instancias casi imposibles hace años. Tanto es así, que la final 2020 del campeonato de Copa en España no incluye al Real Madrid, Barcelona o Atlético de Madrid después de mucho tiempo haciéndolo.
La Champions League, por su parte, nunca deja de enamorarnos. Y justo ahí, en la transición de los octavos a los cuartos de final del campeonato 2019/20, empezó a desmoronarse todo. El Atlético de Madrid no solo puede decir que eliminó al que en ese momento era el vigente campeón del torneo, sino que también fueron los últimos de la élite futbolística en jugar con público y sin restricciones.
A partir de ahí, y con una situación atroz a nivel mundial, nos quedamos entre 1 y 3 eternos meses sin fútbol de ningún tipo: ni Liga, ni Copa del Rey, ni Champions, ni Copa América, Eurocopa o Juegos Olímpicos. TODO el deporte se esfumó y por ende, los grandes eventos programados para verano, también.
El desolador panorama actual es algo que nunca le perdonaremos al virus: los estadios fríos, sin gente en las gradas, sin gritos de gol masivos, sin el calor de los aficionados y con muchas dolorosas pérdidas físicas de ídolos del deporte mundial.
El primero en dejarnos fue Kobe Bryant. Un espeluznante 26 de enero llegaba esa noticia desde Los Ángeles y nadie podía creerlo, uno de los jugadores de baloncesto más laureados de la historia se había ido en un abrir y cerrar de ojos por ese accidente aéreo que sufrió.
Tras la pérdida de la Mamba, la situación no remontó y siguió llevándose a gente valiosa del deporte por doquier: Lorenzo Sanz (ex presidente del Real Madrid), Radomir Antic, Michael Robinson, Joe Morgan, Tom Dempsey, Paolo Rossi o Diego Armando Maradona, entre muchas otras figuras.
Tras la reciente muerte de Rossi, Italia perdió una de las cuatro estrellas que adornan su camiseta: «Ciao ‘Pablito’, héroe ‘Azzurro», tuiteó la selección italiana a la que tanto dio el atacante de Toscana. Una enfermedad ‘incurable’, como la catalogó ‘La Gazzetta dello Sport’, apagó a los 64 años la vida de un Rossi que vivió su carrera en una montaña rusa con subidas y bajadas pronunciadas.
Sin embargo, si de figuras relevantes hay que hablar, no podemos dejar en el tintero a Diego Armando Maradona, el que seguro es el deportista a nivel mundial que más gente ha movido para su último adiós aún con la pandemia en auge.
Diego, tras una reconocida vida llena de altos en lo deportivo y bajos en lo extradeportivo, falleció poco después de que se le realizara una intervención quirúrgica por su mal estado de salud y por un coágulo cerebral que fue el principio del fin.
Las imágenes de la pérdida del máximo ídolo de la albiceleste son incatalogables. Nunca se había visto algo igual. Argentina, como el resto del mundo, lloró una pérdida irrecuperable, la de su amado 10.
De duelo en duelo ha pasado este atípico 2020, que por más que la gente lo niegue, no podremos olvidarlo jamás.
El 2021 viene repotenciado, se juntan todos los eventos deportivos en un apretado calendario que ya empieza a hartar a los deportistas.
La luz al final del camino se enciende: los aficionados en Inglaterra ya vuelven a gritar gol al unísono y la vacuna ya empieza a llegar a todos los países del mundo. En España arribará este 27 de diciembre y traerá una buena dosis de esperanza, esa que no se ha perdido nunca y que lo único que viene con ella en ansia, ansia de poder estar, abrazar, celebrar y mantener la respiración sin motivos sanitarios, en los estadios, por un penalti en contra o por uno a favor.
Volveremos a reír, llorar, ir y venir de los templos deportivos en un 2021 que viviremos como si de la última pelota dividida se tratase, porque esa fue la enseñanza de este año: la vida es una y, como bien está demostrado, se puede vivir sin deporte, pero cómo duele…