(17 de julio del 2024. El Venezolano).- El diseñador brasileño Cícero Moraes, especializado en la reconstrucción facial forense, recreó el rostro del primer zar ruso Ivan IV Vasílievich (1530-1584), conocido como Iván el Terrible, y publicó los resultados en su página web.
De acuerdo con el científico, citado por Daily Mail, se logró reconstruir la apariencia del gobernador ruso gracias a una una combinación de varios métodos. Se informa que en el estudio utilizó datos de donantes vivos para revelar el grosor probable de la piel en distintos puntos del cráneo del zar.
Además, Moreas aplicó la deformación anatómica digital para ajustar la cara y el cráneo de otra persona con las proporciones de Iván el Terrible. «El busto final fue una combinación de todos estos datos», explicó, agregando que «fue una experiencia muy interesante, ya que no se trataba solo de una aproximación facial, sino del estudio de la historia del zar».
En este contexto, el especialista se refirió a la reconstrucción del rostro del zar en la escultura creada por el antropólogo soviético Mijaíl Guerásimov, que en 1963 abrió y examinó la tumba de Ivan IV en la Catedral del Arcángel Miguel. También enfatizó que su resultado coincidía bien con el del científico de la URSS.
Moraes mencionó que en 2017 se recuperó la única imagen fiable de Iván el Terrible, realizada según la técnica del grabado en cobre y estampada en la parte superior de la primera copia del primer libro impreso ‘Apóstol’, obra de Iván Fiódorov en 1564.
«Según el estudio del Guerásimov, parece que Iván llevaba una vida desordenada de excesos alimentarios y abuso de alcohol. Esto debió de empeorar su estado en los últimos años», explicó Moreas, agregando que sus características contrastan con el aspecto que tenía de joven, cuando se le describía como «alto, con una hermosa cabellera, hombros anchos, músculos fuertes y un rostro agradable».
Asimismo, hizo hincapié en que en el cuerpo del zar se encontró una gran cantidad de mercurio, lo que hizo sospechar a algunos de envenenamiento. «Pero dadas las costumbres de la época, pudo haber sido utilizado como tratamiento para algún problema de salud», precisó.