(18 de marzo del 2025. El Venezolano).- El gobierno de Estados Unidos de América ha decidido suspender Radio Martí, y no puedo más que aplaudir. No porque me falte interés en la libertad de Cuba, sino porque insistir en este vetusto medio es como intentar revivir el telégrafo en la era del internet. Los tiempos han cambiado, y los hábitos de los cubanos también. No tenemos ninguna garantía de que alguien en la isla siga escuchando estas transmisiones.
Lo cierto es que los únicos realmente preocupados por la desaparición de Radio Martí son sus empleados, que se aferran a sus puestos como náufragos a una balsa. Y ya que hablamos de radios financiadas con dinero público, ¿por qué no aprovechar el empujoncito y eliminar también NPR (Radio Pública Nacional)? Su programación está plagada de ideología de izquierda, y su noticiero –ironías de la vida– ni siquiera es nacional, sino de la BBC. Sí, el mismo noticiero en un inglés con acento británico que casi no se entiende, dado que es como si estuviéramos escuchando al mismísimo Shakespeare.
Así que adiós a Radio Martí. Si alguien todavía quiere enviar mensajes de libertad a Cuba, que lo haga con métodos más eficaces, sin tanta burocracia y más económicos para los contribuyentes americanos.