Ya nadie niega que Venezuela está hundida en la más dramática tragedia de toda su historia republicana. Hasta a los autores intelectuales y materiales que la planificaron y la contabilizaron como “logros de la revolución”, les cuesta negarla.
Es lógico que una catástrofe política, moral, social, institucional y económica de tal magnitud, sólo puede responder a un propósito diabólico
de quienes la concibieron y la promovieron desde hace 30 años.
La historia es un poco larga, pero se puede resumir en los eventos que más influencia han ejercido, a los efectos de la consolidación de tantas calamidades simultáneas. Empezaré por el “Caracazo” del 27 de febrero de 1989. Este dramático acontecimiento, en el que sus promotores utilizaron a los más pobres como “carne de cañón”, fue reivindicado por Hugo Chávez como la primera jornada política de lo que más tarde fue bautizado como “revolución bolivariana”.
Es obvio que si Chávez le asignó tal importancia al “Caracazo”, fue porque él mismo participó en dicho evento y confesó su autoría. A este “colectivicidio” auspiciado por el ya citado Teniente Coronel y quienes después conformarían su pandilla de cómplices, se suma, tres años después, el golpe de Estado e intento de magnicidio, el cual también estuvo encabezado por el indigno militar, materializado el 4 de febrero de 1992. El tercer peldaño que escaló el pueblo, en su ascenso hacia lo que hoy es tragedia nacional, fue la desafortunada reelección de Rafael Caldera y su desastroso gobierno, acompañado del llamado “chiripero”.
Es indudable que esa gestión de Caldera (1994 –1999), estuvo orientada al hundimiento del sistema democrático de Venezuela. Al concluir este período presidencial, Hugo Chávez y su séquito de incapaces y antisociales, aprovechándose del caos que dejó dibujado la administración de Caldera, logró que el pueblo perdiera la confianza en la democracia, y el degenerado
castrense ganó las elecciones de 1998. ¡Este desafortunado acontecimiento colocó al sistema democrático en cuidados intensivos!
En la próxima entrega, si logro superar el drama de la falta de electricidad, agua e internet, continuaré esta interesante historia, la cual nadie deberá olvidar o desconocer. ¡Estén pendiente y súmense a su divulgación!