(29 de diciembre del 2020. El Venezolano).- Recientemente, un amigo maracucho me discutió fogosamente la posibilidad de que Biden no hubiese ganado las elecciones norteamericanas. En virtud de que mi amigo vive en Venezuela y no conoce los detalles del proceso electoral estadounidense, me propuse a explicarle mi punto de vista con la paciencia que merece nuestra dilatada amistad.
Empecé por aclararle que en los EE.UU. no existe un consejo electoral a nivel nacional como en Venezuela sino más bien muchos consejos electorales a nivel de cada municipio e incluso, a nivel de pequeñas ciudades. Esto implica que existen más de 10,000 jurisdicciones autónomas que administran sus procesos electorales.
Cuando los norteamericanos votan en sus respectivas jurisdicciones por su candidato a presidente lo hacen de manera indirecta porque lo que estarán eligiendo es a los miembros del Colegio Electoral (electores) por su estado. De esa forma al congregarse los electores de todos los estados se conformará el quorum necesario para validar la elección respectiva.
En su momento, todos los representantes de las juntas electorales de los municipios y ciudades han presentado ante las juntas electorales de cada uno de los 50 estados y el Distrito de Columbia las actas que certifican los resultados electorales. A su vez, todos los estados y el Distrito de Columbia nombran a sus electores para que voten por los candidatos ganadores en cada una de sus jurisdicciones.
Es el caso que todos estos electores ya emitieron su voto el pasado lunes 14 de diciembre y así los 50 estados y el Distrito de Columbia certificaron sus resultados electorales. Cumplido con este mandato constitucional, JoeBiden obtuvo 306 votos electorales y Donald Trump, 232.
Ahora, el siguiente procedimiento constitucional estipula que los votos emitidos por los miembros del Colegio Electoral sean enviados el próximo 6 de enero de 2021 al Congreso de los EE.UU. para ser computados en sesión conjunta de las dos cámaras. La sesión estará presidida por el vicepresidente Mike Pence quien supervisará el conteo de los votos y anunciará el resultado.
Si al menos un senador y un representante presentaran objeciones a la votación, entonces cada cámara se reunirá por separado para debatir el asunto en debates separados que no deberán durar más de dos horas. Luego, en una sesión bicameral, se anunciarán las decisiones de cada cámara y en forma conjunta se aprobará la decisión mayoritaria de los parlamentarios.
Si ningún candidato llegara a obtener la mayoría necesaria de 270 votos, entonces la Cámara de Representantes se encargará de elegir al Presidente de conformidad con lo preceptuado en la Enmienda 12 de la Constitución Nacional. Pero, a fin de cuentas, si se le da cumplimiento al sagrado mandato popular, Joe Biden se estará juramentando como Presidente y Kamala Harris como Vicepresidente, el 20 de enero de 2021.
Como verás, cristiano, el proceso electoral norteamericano está en manos de más de 450.000 funcionarios a nivel nacional y se vale de tecnologías probadas y sujetas a la severa inspección de expertos de los dos grandes partidos políticos. Por eso, presumir que pudiese haber habido un fraude generalizado es una osadía que carece de toda lógica y no cuenta con soporte probatorio alguno.
Y como será esta teoría conspirativa de absurda que las pretensiones del lado perdedor han sido rechazadas en más de 60 actuaciones judiciales, incluyendo dos de ellas ante la Corte Suprema de Justicia. Y, por si fuera poco, Chris Krebs, director de la Agencia de Seguridad Cibernética y de Infraestructura (CISA), declaró con orgullo que estas han sido las elecciones más seguras en la historia del país.
Conociéndote como te conozco, apreciado amigo, tengo la impresión de que al leer estas reflexiones no te quedará otra alternativa que decirme asombrado: ¡Que molleja Primo!