(11 de marzo del 2024. El Venezolano).- La Corte Suprema de Estados Unidos ha aceptado considerar si el expresidente Donald Trump es inmune a ser procesado por su presunta interferencia en las elecciones presidenciales de 2020. Los titulares sugieren que la decisión de la Corte le ha otorgado a Trump un «salvavidas», un «regalo» o una «gran victoria», al tiempo que refuerza su estrategia legal.
El caso, conocido como Trump v. Estados Unidos, ha llevado a la suspensión del argumento oral hasta el 22 de abril, lo que podría permitir que Trump evite el juicio antes de las elecciones de noviembre. Sin embargo, es esencial destacar que la decisión de la Corte Suprema puede no ser respaldada por todos sus jueces, ya que la aceptación de apelaciones, llamada «auto de certiorari», solo requiere los votos de cuatro magistrados.
En este caso particular, el secretismo en torno a los votos certiorari ha suscitado preguntas sobre quiénes fueron los jueces que respaldaron la revisión del caso. Históricamente, los votos de certiorari se han mantenido en secreto, y la falta de transparencia en este proceso ha llevado a críticas sobre la opacidad en una sociedad democrática.
En los primeros 186 años de la Corte Suprema, la aceptación de casi todas las apelaciones presentadas era la norma. Sin embargo, la Ley del Poder Judicial de 1925 otorgó a la Corte Suprema el control discrecional sobre su carga de casos, mediante el auto de certiorari. Aunque la legislación no exige votación secreta ni la «regla de cuatro», la Corte adoptó estas prácticas sin reglas escritas ni anuncios formales, reportó The Hill.
El secretismo en torno a los votos de certiorari se mantiene sin una explicación clara por parte de la Corte Suprema. A pesar de las críticas, algunos argumentan que revelar los votos específicos podría presionar a los magistrados a dar explicaciones, influyendo en su discreción. Sin embargo, la resistencia a la presión popular es fundamental para la independencia judicial.
El caso de Trump v. Estados Unidos resalta la importancia de la transparencia en el proceso judicial. Aunque no conocemos los votos precisos, se reveló que el juez Clarence Thomas no se recusó, a pesar de un evidente conflicto de intereses debido a la participación de su esposa en esfuerzos para subvertir las elecciones de 2020. Esta revelación plantea interrogantes sobre la posible influencia de Thomas en la decisión de aceptar el caso.
La falta de transparencia en los votos certiorari no solo genera sospechas sino que también plantea interrogantes sobre la legitimidad del proceso de revisión del tribunal. A medida que el caso de Trump avanza, la opacidad en torno a los votos certiorari destaca la necesidad de reconsiderar la práctica de mantener en secreto estos votos cruciales que moldean la agenda de la Corte Suprema y, por ende, el curso de la justicia y la política en el país.