(17 de febrero del 2022. El Venezolano).- Vas con tu pareja a un restaurante, lees el menú, pides dos platos de US$15 y una botella de vino de US$20. Total: US$50.
Lo que en otros países se consideraría inadmisible, en Estados Unidos es religión: al pagar en los establecimientos de restauración hay que abonar dinero.
Se concibe como una gratificación voluntaria para agradecer el buen trato recibido, pero en la práctica es casi obligatoria sin importar si el servicio ha sido excelente o desastroso.
Y no solo en los restaurantes. En el bar, la peluquería, el hotel o el taxi el cliente da por hecho que ha de dejar un generoso “tip”, vocablo que significa “propina” en inglés y que también forma parte del léxico diario de los hispanohablantes en EE.UU.
Y, por si hay algún despistado, el recibo de pago incluye un recordatorio (“propina sugerida: 18%, 20% o 22%”) o incluso el establecimiento agrega el recargo en concepto de “servicio” y da al cliente la opción de ampliar su aporte.
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