(31 de mayo del 2021. El Venezolano).- El ciudadano común y corriente quiere que el país cambie. Ha comprobado que protestar quedándose en casa de brazos cruzados, o esperar que factores extranjeros resuelvan nuestro destino, no era el camino. Nada de eso funcionó.
Las cosas siguieron igual, o peor. Las mayorías fueron engañadas con el cuento del cese de la usurpación y la montaña de consignas huecas que pretendieron hipnotizar a un pueblo que reclama cambios de verdad y al que algunos sólo han usado como tontos útiles de sus empeños en aumentar la conflictividad, promover sus odios y las retorcidas ideas según las cuales a quien piense distinto hay que exterminarlo.
Ir a votar es el primer cambio, el que está a la vuelta de la esquina, y depende de cada uno de nosotros. Será un ejercicio complicado porque son muchos los cargos que tendremos que elegir: gobernadores, alcaldes, legisladores regionales y concejales. Así será en todo el país, salvo en Caracas, donde sólo se votará por concejales y un alcalde.
No se trata de un plebiscito en el que baste decirle al funcionario que no queremos que continúe en funciones. La cuestión no es tan sencilla como sacar a alguien del cargo porque lo ha hecho mal, o porque no ha hecho nada, que para el caso es lo mismo. Ese mal alcalde, mal gobernador, o concejal ausente e inconsecuente, debe ser castigado con un voto de rechazo, pero debe además ser sustituido por alguien quien represente lo contrario a su gestión, que de verdad signifique un cambio y no una mera renovación de la plantilla de funcionarios electos. No se trata de un cambio de caras, de un “quítate tú pa ponerme yo”. Debemos aprovechar la oportunidad e impulsar cambios verdaderos.
Desde Soluciones para Venezuela insistimos en que el voto debe ser para candidatos quienes promuevan entendimiento y concordia, que trabajen por instancias públicas en las que se construyan acuerdos que beneficien a la colectividad. No vamos a postular gente conflictiva, buscadores de pleito de oficio, gallitos de pelea profesionales que creen que sus odios y rencillas valen más que el reclamo del pueblo por soluciones concretas a sus problemas.
Vamos a presentar candidatos que promuevan el diálogo con las comunidades, que abran las puertas de las instituciones a la sociedad civil para que las propuestas que orienten las decisiones públicas tengan que ver con las necesidades sentidas de la gente y no con el “yo te dije que tú me dijiste”, las intrigas, y los monotemas de gastadas élites partidistas. Vamos a presentar candidatos que exploren coincidencias con otros partidos para buscar soluciones, no gente que enguerrille las instituciones en una pelea permanente con el necio argumento de que representan lo contrario.
Desde Soluciones para Venezuela vamos a presentar candidatos comprometidos a reorientar el gasto público hacia salud, educación, producción de alimentos, infraestructura, seguridad, y protección del ambiente. Esas serán nuestras prioridades. Para eso queremos llegar a concejalías, alcaldías y gobernaciones. Es verdad que a los venezolanos de hoy nos hace falta todo. Es cierto. Pero gobernaciones y alcaldías no pueden ocuparse de todo, ni meterse en todo. Por lo contrario, tienen que dejar de ser “toeras” y concentrarse en las obligaciones del servicio público que le son propias.
Aspiramos que los servidores públicos sean reclutados por sus experticias, por sus calificaciones y méritos, no porque se pongan una gorra o franela de determinado color. Urge la profesionalización de nuestros organismos públicos para que la comunidad obtenga resultados eficientes.
Nos comprometemos a que los programas municipales y regionales serán para beneficio de todos los ciudadanos y no exclusivamente para los que tengan un carnet o pertenezcan a la rosca que gobierna.
Queremos un cambio verdadero y votar el 21 de noviembre será un buen comienzo para lograrlo.