(03 de noviembre del 2021. El Venezolano).- Casi un año después de que los votantes estadounidenses expulsaran a Donald Trump de su cargo, muy pocas personas que viven en un grupo de 17 países occidentales piensan que Estados Unidos es un buen ejemplo cuando se trata de ser una democracia funcional.
Según una nueva encuesta del Pew Research Center, solo el 17 por ciento de los 18.850 adultos encuestados en 17 países para su Encuesta de Actitudes Globales creen que el sistema político de Estados Unidos es un buen ejemplo a seguir.
Casi una cuarta parte de los encuestados de fuera de Estados Unidos (23 por ciento) dijo que Estados Unidos nunca ha sido un buen ejemplo de democracia, mientras que más de la mitad (57 por ciento) dijo que la democracia estadounidense “solía ser un buen ejemplo, pero no lo ha sido en años recientes”.Artículos Destacado
Los estadounidenses encuestados fueron igualmente pesimistas sobre su propio país, pues poco menos de una quinta parte (19 por ciento) ven a Estados Unidos como un buen ejemplo de democracia. Casi dos tercios (72 por ciento) consideran que Estados Unidos “solía ser un buen ejemplo” hasta hace poco.
Los pésimos resultados para la imagen global de la democracia estadounidense se producen casi un año después de que el expresidente Donald Trump comenzara a esparcir mentiras sobre que su derrota en las elecciones de 2020 ante el presidente Joe Biden fueron resultado de un fraude.
Trump, quien a diferencia de casi todos sus predecesores no reconoció la elección ni participó en el proceso de transición, continuó mintiendo sobre los resultados electorales durante varios meses, mientras sus abogados hacían presión sin éxito para que los tribunales rechazaran votos legítimos en varios estados clave.
Su campaña para deslegitimar y descartar los resultados de las elecciones se mantuvo hasta el día en que el Congreso certificó la victoria de Biden del colegio electoral; el mismo día que Trump incitó a una multitud de simpatizantes a asaltar el Capitolio, con la esperanza de evitar que el Congreso validara su condición como primer presidente de Estados Unidos en perder una candidatura a la reelección en tres décadas.