(17 de diciembre del 2020. El Venezolano).- Considerando la antigua conclusión de la unidad sicofísica del hombre que es, para la mayoría de los humanistas, la que merece más importancia, no podríamos obviar que aun en dicha unidad bien podría parcelarse la energía vital y sus posibles derivados, del mismo modo que en la corporalidad de una persona podría haber más energía cardíaca que hepática o más fuerza en la actividad esplénica que en la medular, así, hasta podría pasar para la energía mental y física. Pero, Volcándonos hacia la maraña sicosomática difícil de nuestro Libertador, por un lado hay actitudes suyas que enfatizan su fuerza moral y espiritual, sin que de esto excluya la de su temple, que es biología pura y, por otro lado, se observan actitudes donde esta parte de su organicidad, la hiperactiva, sin que su espíritu deje de ser el mismo. Es asunto de grados de energía, cuyo primum movens es muy poco posible establecerlo. Sinembargo, podríamos enumerar algunas actitudes propias de su raciocinio y citar acciones donde domina su espíritu: Carta de Jamaica, Manifiesto de Cartagena y Discurso de Angostura, además de la mayoría de sus proclamas, así como en la constitución de Bolivia y apostura ante el Congreso de Panamá.
Tampoco podríamos obviar las acciones donde reina su temperie, tales como: exaltación en el Monte Sacro y el paso de los Andes.
Asimismo, las acciones en las que quizá obran por igual tanto su espíritu como su temple: fusilamiento de Piar, Delirio en el Chimborazo, su actitud ante el coronel Matías Escuté y Decreto de Guerra a Muerte.
Tengamos claro que en Bolívar jamás hubo divorcio de espíritu y cuerpo. Dualismo del que se observa lo más cimero de su identidad: su adhesión; no era un individuo excéntrico o de medias tintas; solo que mayor predominio de uno sobre el otro en circunstancias determinadas, fenómeno muy propio de todo ser huano. Si hubiese habido en él tan solo fuerza natural y vagas pulsaciones espirituales no habría pasado de ser el “guerrillero” al cual se rfiere Boussingault u otro general más de la emancipación. Pero, al contrario, de haber solo inteligencia portentosa, con latidos débiles de su poder orgánico, jamás habría pasado de ser un general de gabinete, estadista como pocos o escritor brillante. Pero, nunca libertador de pueblos ni creador de repúblicas.
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