(06 de enero del 2023. El Venezoalno).- No hay nada más complejo que educar, formar, orientar. Y hacerlo de manera desinteresada, aplacando los llamados mercantilistas, los apegos por la cantidad más que por la calidad académica, convencido de que, a cada graduando, le ha sido inoculado el germen de la libertad, el respeto, la ética. Sin ella, no importa el grado ni el título, es imposible forjar un futuro esperanzador, la fórmula que genere la consciencia que la humanidad merece para medio enderezar los entuertos que han dejado tantos siglos de hostilidades. Y en ese horizonte sobresale el rostro de Oscar Enrique Belloso Medina (Maracaibo, 79 años), y lleva una espada, envuelta en un manto de pedagogía, impulso que le ha llevado a fundar institutos y universidades, con una inquebrantable voluntad, expresada en más de seis décadas de docencia.
Su última cruzada fue erigir, hace seis años, en Miami, la Urbe University, como colosal intento por internacionalizar toda su sapiencia en el ramo de la educación. La universidad ha echado raíces, incluso, más de lo esperado, con una oferta universitaria que ha logrado atraer estudiantes de diversas nacionalidades. “Urbe University ha crecido demasiado, lo que me obliga quedarme más tiempo aquí, que el que debo permanecer”, advierte Belloso, medico-cirujano, de la LUZ, en principio, cuya trayectoria política y académica en Venezuela, no solo se pierde de vista, sino que perfila un ideal de humanista que ha sabido conjugar las oportunidades, sus convicciones, y el servicio.
En 1982 fundó el Colegio UniversitarioDr. Rafael Belloso Chacín, Cunibe, y en 1989 la Universidad Dr. Rafael Belloso Chacín, Urbe, ambas en el Estado Zulia, dos joyas de su reluciente corona. Integró el partido socialcristiano Copei, fue diputado y senador, y jamás perdió el vínculo con su apostolado pedagógico. Se doctoró en Ciencias Pedagógicas de la Universidad de Camagüey, Cuba, y luego en Ciencias de la Educación, en la Universidad Bicentenario de Aragua, entre otras maestrías y títulos Honoris Causa. Su enérgico verbo pone al descubierto una memoria que vitaliza su aquí y ahora. Un sabio narrador de su pasado, su presente y su futuro.
-¿Qué valores de su padre Rafael Belloso Chacín influyeron en usted?
-Creo que todos. En especial, el trabajo, la rectitud, el aporte para el bien común, el entregarse a sus pacientes por entero, sin mirar el aprovechamiento económico que pudiera suceder. Para él era igual que le pagaran a que no le pagaran. Porque venían personas que decían; doctor solo tengo 20 bolivitas. Y él decía; a mí no me debes nada. Ándate a cuidar a tu bebé, cuida tu gestación. Era un hombre de grandes principios, y los tuvo permanentemente. Lo único que yo no le copié a papá, porque nunca me habló de ello, es que era adeco, fundador de Acción Democrática, y uno de los primeros secretarios generales de AD-Zulia, y miembro de la Dirección Nacional, con Rómulo Gallegos, Betancourt, Andrés Eloy Blanco, etc. Para el la corrupción era pecadp mortal. Era muy católico como mi mamá.
-¿Su padre fue gineco-obstetra ¿Por qué siguió la misma ruta?
-Por que él me lo pidió; quiero que un hijo mío me acompañé en la clínica, en el Centro Médico El Paraíso, que era de su propiedad. La compartía con pequeñas acciones de otros médicos, de forma minoritaria, porque no quiso perder la mayoría. Él logró que yo estuviera a su lado permanentemente.
-¿En algún momento pensó que podía estudiar una carrera humanística, distinta a la que estudió su padre?
Sí, yo soy tres veces doctor. Doctor en gineco-obstetricia, bueno, primero me gradué de médico, por lógica. Luego hice un doctorado en Educación, y eso me dio mucha fuerza en la docencia, y posteriormente, dije; aquí me falta algo, me fata pedagogía.
Cómo transmitir el conocimiento a terceros, y cómo evaluarlos. Eso es una ciencia. Me fui a La Habana, Cuba, que me quedaba muy cerca, y saqué pedagogía. Doctor en pedagogía. Luego me fui a Camagüey, e hice una carrera menos que el doctorado, que fue una especialización en evaluación. Estamos hablando de los años 90.
-¿Qué nos puede decir su recorrido en la política? Háblenos de lo bueno, lo malo y lo feo.
De lo feo, sobre todo, tengo mucho. La política es una vocación de servicio, y sus principios son ideales, muy dogmáticos, pero su ejercicio es donde se entra con problemas. Te saltan diez enemigos, diez adversarios y cualquier cantidad de proposiciones indecorosas como el robo, el sobreprecio, el hablar mal del otro, etcétera. Papá se salió de AD por la corrupción que había. A un Andrés Eloy Blanco no le conozco ninguna cortapisa, o hecho delictivo. Al igual con Rómulo Gallegos y Rómulo Betancourt. Los tres eran amigos de papá.
-¿A qué atribuye la falta de solidez de Copei en la política venezolana?
-Al comportamiento de sus grandes líderes. Al ver a quien todavía quiero, por más que murió, fue una gran influencia. Fui el jefe de campaña de Caldera, en el Zulia. Simultáneamente fui presidente de Copei en el Zulia, y pasé por cuatro periodos como diputado, un periodo como Senador, que por cierto fue interrumpido por el Golpe de Estado. Me sacaron con una metralleta por la parte de atrás. Apuntándome en las costillas.
-¿Su vocación de servicio se desarrolla con mejor perspectiva, en el plano político o en la docencia?
Afortunadamente en la docencia, que no me la puede quitar nadie, porque es propiedad privada. No tengo socios. Puedo hacer lo que me recomiende la mayoría y mi consciencia, y desarrollarla a plenitud, mientras que, en Copei, su Comité Regional tiene 14 votos, y yo gané 11. Prácticamente podría hacer lo que quisiera. Con una sola vez que duró el periodo, me fue suficiente. Alimenté, además de mi ego, las circunstancias de poder hacer algo, más por nuestros semejantes en los barrios, en las asociaciones de vecinos, en los colegios profesionales, y en otras instituciones instaladas en el Estado.
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