El empresario estadounidense Elon Musk calificó de «poco fiable» la manera en la que Víktor Yanukóvich llegó a ser presidente de Ucrania, pero aseguró que, sin duda, el cambio de Gobierno que se produjo en el país en 2014, y que echó del poder a Yanukóvich, fue «un golpe de Estado».
El multimillonario publicó estas palabras en su cuenta oficial de Twitter este sábado, al comentar la publicación de un usuario que compartió un artículo de John Mearsheimer, profesor de la Universidad de Chicago, titulado ‘Por qué la crisis de Ucrania es culpa de Occidente’.
En el artículo, publicado en 2014, Mearsheimer argumenta que la «ampliación de la OTAN» y la intromisión occidental en la política ucraniana fueron los factores que permitieron a Rusia recuperar Crimea. «Para Putin, el derrocamiento ilegal del presidente democráticamente elegido y prorruso de Ucrania, que calificó correctamente de ‘golpe de Estado’, fue la gota que colmó el vaso», reza el extracto del artículo.
«Podría decirse que esas elecciones fueron poco fiables, pero no hay duda de que hubo un golpe de Estado», tuiteó Musk en respuesta.
¿Qué pasó en Ucrania?
El 21 de noviembre de 2013, el Consejo de Ministros de Ucrania emitió una orden de suspensión del proceso de preparación del Tratado de Asociación entre Ucrania y la Unión Europea, basando su decisión en la necesidad de desarrollar las relaciones económicas y comerciales con las antiguas repúblicas soviéticas y, de manera particular, con Rusia.
En respuesta a esta decisión, centenares de personas se reunieron en el centro de la capital ucraniana para protestar contra la suspensión del acuerdo. Las manifestaciones no tardaron en desembocar en disturbios y choques con la Policía. Las protestas se intensificaron, volviéndose cada vez más violentas. Los manifestantes ya no solo exigían la firma del acuerdo con la UE, sino también la renuncia del presidente y la dimisión del Gobierno.
El 22 de febrero de 2014, y poco después de haber pactado una tregua que no duró ni un solo día, la oposición apartó del poder al presidente Víktor Yanukóvich, nombró a Alexánder Turchínov como presidente interino y convocó elecciones anticipadas. Además, disolvió el Tribunal Constitucional y revocó la ley que garantizaba el uso del ruso como lengua oficial en Crimea y otras regiones.