(26 de noviembre del 2022. El Venezolano).- Tanto dentro como fuera de Venezuela, el personaje que seguimos ha dejado el rastro de su obra. Si frecuenta o no las categorías que sustenta un legado, ya es asunto de quienes prefieren apelar a las teorías, pero en el fondo Michel Hausmann, ha logrado lo que ha querido, y en perspectiva, seguirá haciendo lo que más le fascina: presentar premieres mundiales.
Por: Ramón Navarro
Desde hace rato vive en Miami, y dirige el “Miami New Drama”, ubicado en el Lincoln Road, que recientemente presentó la pieza “Elián”, todo un esfuerzo teatral por darle representación a unos hechos, cuyos episodios originales, soslayaron verdades esenciales. Hausmann y el dramaturgo cubano, Rogelio Martínez, rastrearon como auténticos periodistas de investigación, paso a paso la conduta del Departamento de Justicia, ese 22 de abril de 2000, cuando el “balserito cubano” fue tomado por la fuerza, y hallaron elementos que prueban que la diosa griega Temis –que encarna la justicia– estaba supremamente equivocada.
Más allá del montaje, de la opinión que cada quien se hizo del lamentable capítulo, hoy y hace 22 años, Hausmann está consciente que lo que pasó, aún sigue pasando. “Hoy día hay también niños separados de sus padres tratando de entrar a EEUU, y aún se politiza la vida de los inmigrantes de un lado y otro”.
-¿Cómo se inicia Michel en el teatro?
Siempre me llamó la atención las historias y los cuentos. Cuando estaba en el colegio, había unas clases de expresión corporal, que era un preludio a la actuación, que me gustó bastante. De allí le pedí a mi mamá que me inscribiera en una escuela de teatro, un poco más seria. En ese entonces, en el antiguo Banco Consolidado, participé de unos talleres con el grupo Altof. No sé, tendría nueve años. Estuve allí un par de años. Claro, en bachillerato hacia teatro, en El Hebraica, y ya en quinto año bachillerato sentí que eso de actuar no era para mí. Que me gustaba mucho dirigir, y entonces, dirigí una obra en 5to año de bachillerato, y desde entonces no he vuelto a actuar. Luego, estudié cine en EEUU, regresé y empecé a hacer comerciales para televisión. No me encantaba, y más bien recordaba lo mucho que me gustaba el teatro. Empecé a hacer teatro y fundé la compañía Palo de Agua.
-¿Es viable retomar al dirección teatral en Venezuela?
No. Ojalá y en algún momento el país esté para eso. Por ahora, no me parece. Tengo, además, compromisos muy grandes aquí, no solo con el teatro, mis hijos nacieron acá. Me encantaría, eventualmente, hacer trabajos en Venezuela, nada me daría más ilusión, pero no lo veo posible bajo esas circunstancias en el país. Aplaudo de pie a quienes hacen teatro en Venezuela, como Javier Vidal, Héctor Manrique, Orlando Ochoa, quienes son unos héroes para mí.
-Antes de entrar en la obra Elián, ¿A quién consideras el mejor director de teatro en Venezuela, en la historia?
El teatro es una disciplina tan efímera que solo existe cuando estás sobre el escenario. Me perdí de muchas obras, de los años 70, el comienzo del Rajatabla, el Nuevo Grupo, etcétera, que no los vi por mi edad. Lo que sí te puedo responder es que una de las personas que mas impacto ha tenido en el teatro venezolano es Isaac Chocrón, que fue mi padrino, una persona muy cercana, y que tuve el privilegio de dirigir la última obra de teatro que él escribió. No solo lo admiro como escritor. Tuvo una gestión cultural con el Nuevo Grupo, en el Teresa Carreño, que es de admirar.
-La odisea del niño Elián, ¿En qué consiste la novedad de este montaje?
Rogelio Martínez, el escritor y yo, pasamos los dos últimos años entrevistando a las personalidades involucradas en el tema de Elián, desde los abogados de la familia, hasta el alcalde. El tema de Elián fue tan impactante cuando sucedió. Luego de eso, nadie escribió un libro, y lo que existe es solo un documental, que es bueno, pero tiene sus fallas. Nosotros, antes de contar el cuento de Elián, hicimos una investigación profunda, sobre exactamente qué pasó. No hay un libro que te lo cuente. Esa investigación nos llevó a conclusiones distintas a las que surgieron en el momento. Por ejemplo, que la familia en Miami se rehusara a llegar a un acuerdo con el Departamento de Justicia. Que el Departamento le pidió a la familia que accediera a seis puntos, y la familia accedió. La obra se mete dentro de la casa donde estaba. También se mete en la cabeza de Manny Díaz (Manuel Alberto Díaz) el abogado de la familia en Miami, que luego del caso de Elián, se convirtió en alcalde de Miami. Es un collage de eventos y personalidades.
-¿Qué te llamó la atención del texto del dramaturgo cubano, Rogelio Martínez?
Los personajes que están sobre el escenario son gente de importancia en nuestra comunidad. Esa gente vino al estreno, y sentíamos la responsabilidad de hacer justicia ante los hechos, la responsabilidad de presentar los personajes de una manera justa.
-¿Qué más sobresale en la agenda para el próximo año en el Miami New Drama?
Tenemos varias obras, casi todas son premieres mundiales. La próxima es el XX Aniversario de la pieza “Ana en el trópico”, de Nilo Cruz. Es primera vez que un hispano gana el Pulitzer (Cuba-2003) en la disciplina teatral. La obra está dirigida por el propio Cruz. Luego, la premier mundial que se llama “Defancing Michael Jackson”, y la temporada cierra con “Create Dangerously”, una obra basada en un libro de Edwidge Danticat.
-¿Qué nueva información abordaron director y escritor sobre el caso Elián?
Lo más importante fue descubrir la razón por la cual el gobierno usó la violencia para entrar, con armas, a la casa y llevarse al niño. La familia sí accedió a las peticiones. Personas cercanas a Janet Reno (la fiscal general, en ese momento) confirmaron que sí accedieron. Lo que más nos sorprendió fue eso: una narrativa que decía que Reno no tuvo otro remedio que entrar a buscar al niño porque la familia entró en desacato, pero según nuestra investigación, eso es falso
-¿Has tenido la oportunidad de conocer a Elián González?
No. Vive en Cuba. La obra trata sobre los eventos que sucedieron alrededor de él, más que su vida personal.
-El pasado 25 de noviembre se cumplieron 23 años del rescate en el mar ¿Cuál es el mensaje que intentas transmitir?
No sé si la obra intenta trasmitir un mensaje, o no. No sé si eso es necesariamente el rol del arte. Bombardeamos a la gente con información de una manera muy divertida, entretenida, y a veces, dramática. Invitamos a la gente a tener un pensamiento crítico sobre los hechos. Lo que sí me gustaría, es que no piensen que este es un tema que ocurrió hace 20 años, sino que hoy día hay también niños separados de sus padres tratando de entrar a EEUU, y aún se politiza la vida de los inmigrantes de un lado y otro.
-¿Qué obra te gustaría dirigir?
No me interesa tanto dirigir algo que exista. Lo que más me entusiasma es desarrollar nuevas vías. En los últimos años hemos presentado 15 premieres mundiales. Me gustaría seguir haciendo nuevas obras, representaciones de la nueva sociedad, nuevos americanos, de emigrantes, colonos.