(23 de abril del 2019. El Venezolano).- Maracaibo, la capital del estado Zulia es una de las ciudades más afectados por los apagones registrados en los últimos meses en Venezuela, sus habitantes relatan que en muchos sectores tienen más de 24 horas sin servicio eléctrico.
Maracaibo es la ciudad más rica y poblada luego de Caracas, además de ser una de las más calurosas del país, ya que la temperatura puede llegar a más de 40 grados, en este sentido, los marabinos han tenido que ingeniárselas, para aguantar las altas temperaturas y hacer sus actividades cotidianas.
Norma despacha con rapidez la solicitud de una entrevista por periodistas de EFE, ya que quiere volver a encerrarse en su habitación y sentir el frío del aire acondicionado durante las ocho horas con electricidad que recibe a diario.
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Esta inmigrante salvadoreña que sumó en marzo más de 300 horas sin electricidad, señaló que tuvo que tirar a la basura varios alimentos que se le habían descompuestos, por los apagones.
Relató que “en este sector afortunadamente tenemos agua cada cinco días, somos afortunados (…) otros sectores tienen un mes (sin agua)”
Norma es, en efecto, una suertuda si se compara con la mayoría de los cinco millones de habitantes que tiene Maracaibo y lo es más frente a Alberto López, quien es un obrero de 50 años que se encontraba en ese momento dándose un baño en un barranco, ya que según él las tuberías de su casa están secas, ya que desde hace tiempo no llegaba el vital líquido.
«El apagón me ha quemado el frizer (congelador), me ha quemado la nevera, todo, yo no tengo nada ahorita, no tengo nada, estoy arruinado”, denunció con la misma vehemencia con que resaltaba el hecho de vivir frente a la sede de la estatal eléctrica y aún así solo puede mantener encendidas las bombillas dos horas diarias.
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Mientras que Chindi Núñez agobiada y en la penumbra, esperaba junto a uno de sus hijos conseguir algún medio de transporte que la devuelva a su casa de noche, cuando la oscuridad es total y la anarquía en las vías es mayor.
Señaló que “tengo más de 24 horas sin luz. Nos llega a veces, no es que se nos va (la electricidad), llega a veces, llega dos horas, tres horas y se vuelve a ir”, además destacó no recibir agua en su residencia desde diciembre pasado.
Indicó que debido a la problemática del agua, ha optado por comprar el líquido a quienes llenan recipientes de 300 litros por unos 8 dólares, el doble del salario mínimo mensual que devengan los venezolanos en medio de la hiperinflación nacional.
Nuñéz comentó además que «Carne no compro”, y sus hijos tienen que estar “todo el día fuera” de casa para escapar de las altas temperaturas y que solo reciben clases “dos veces a la semana porque no aguantan el calor en el aula”.
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Destacó «las personas ahora vivimos afuera de la casa, en la cera, en una hamaquita», reiterando asó la otra realidad de los cortes de luz: muchos marabinos están durmiendo en los techos y áreas abiertas de sus casas para mitigar el calor en la madrugada cuando el viento es más fuerte en esta región costera y tropical.
El resto de Venezuela, que con excepción de Caracas y por dictamen gubernamental registra 18 horas por semana sin luz, mira con lástima y cierto alivio lo que soporta el Zulia, siempre bajo su sol perenne.
“Un poquito de agua fría” es, como diría a Efe la comerciante Esperanza Veliz, el lujo al que aspiran los habitantes de la llamada tierra del sol amada.