(29 de diciembre del 2020. El Venezolano).- Con el primer aniversario de Megxit cada vez más cerca, la ruptura del príncipe Harry y Meghan Markle con la familia real británica ya es casi permanente.
Aún faltan algunos pasos legales que cumplir para hacerlo así, y la pareja parece dispuesta a aprovechar el proceso a su favor.
Uno de los requisitos que tendrán que pasar la pareja es presentar su caso ante la monarquía y demostrar su independencia.
Quieren cambios
De acuerdo a The Sun, los duques de Sussex aprovecharán la revisión para renegociar los términos de su cese como miembros activos de la familia real británica.
El príncipe Harry está ya, de hecho, tratando de cambiar varias cláusulas a través de varias videollamadas, hasta que el coronavirus les permita ir a Londres para tratar el tema directamente.
La intención del matrimonio es seguir formando parte de la familia real británica, aunque sin trabajar para ellos como hasta ahora, y así poder mantener así sus patrocinios reales. La pareja también tiene al intención de seguir residenciada en Estados Unidos.
Entre los patrocionios reales que aún conservan Meghan y el príncipe Harry están: African Parks, The London Marathon Charitable Trust, Royal Marine, Wellchild y la fundación Invictus Games.
Además, el hijo menor del Príncipe Carlos tiene la intención de recuperar los títulos militares que le quitaron con el Megxit, uno de sus mayores disgustos en el proceso.
El encuentro podría producirse en abril, coincidiendo con el 95° cumpleaños de la Reina Isabel II. Pero como todo en estos días, eso dependerá de la pandemia.
Con el viento a su favor
Los duques de Sussex quieren aprovechar el momento, ya que supuestamente el enfado de la Reina y el resto de a familia, por la forma en que ellos hicieron las cosas, se ha desinflado un poco.
Se dice que las últimas discusiones entre ellos han sido “menos confrontacionales” que las celebradas en Sandringham en enero, cuando se forjó el acuerdo de Megxit.
The Sun también afirma que los lucrativos contratos que la pareja ha firmado con Netflix y Spotify (por $100 millones y $30 millones, respectivamente), serán evaluados para asegurarse de que están en consonancia con “los valores de Su Majestad”.