(13 de julio del 2022. El Venezolano).- «Es facilito! Cruzas, te entregas a los policías gringos, te meten preso unos diítas, después te sueltan y puedes irte a trabajar». Esta frase, con ligeras variantes, ha sonado en los últimos meses en ciertos círculos de soñadores venezolanos, mientras crece una ola de centenares de migrantes que a esta misma hora marchan a pie por Centroamérica y México rumbo a las frontera sur de Estados Unidos, con la peregrina idea de vivir su propio «sueño americano», conseguir asilo y después llevarse a la familia.
Algunos beneficios migratorios para venezolanos como la renovada vigencia de los permisos TPS han alimentado la creencia de que el venezolano la tiene más fácil.
Pero los venezolanos que llegaron a Estados Unidos después del 8 de marzo de 2021 no son elegibles para el TPS, aclara el gobierno de Biden, a través del Departamento de Seguridad Nacional. Se estima que aproximadamente 343.000 personas de Venezuela son elegibles para el beneficio o, si ya lo tienen, para la prórroga aprobada hasta el 10 de marzo de 2024.
Ahora bien, el asilo es otra cosa muy diferente al TPS y no es tan difícil entender cómo funciona.
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