(18 de febrero del 2023. El Venezolano).- La venezolana Fabiola Lairet aterrizó en España por la «traumática inseguridad» en su país y levantó un emporio hostelero entre Barcelona y Madrid con miras de expansión centrado en la cocina japonesa, respaldado por su título de «sushi chef», concedido por All Japan Sushi Association.
Fue la primera en España en conseguir este certificado -ahora hay ocho en el país y 800 en el mundo- con el que el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar de Japón pretende que quienes se dedican a esta cocina sepan cuidar de la salud de sus comensales (trabajan con pescado crudo), dominen todas las técnicas de su preparación y velen por su pureza, incluso cuando se occidentaliza.
Formación académica de la «suchi chef» venezolana
Lairet estudió Ingeniería Civil en Venezuela antes de formarse en cocina nipona con Andy Matsuda, uno de los responsables del boom del sushi en California (Estados Unidos). Entre medias llegó a España huyendo de la «inseguridad traumática de Venezuela» con su marido y dos niñas pequeñas, a cuyo cuidado se dedicó.
Empezó a cocinar y quiso decantarse por la cocina asiática, aunque finalmente fue la japonesa la que más le atrajo; completada su formación, en 2010 abrió Monster Sushi en Barcelona y después llegarían su servicio de comida a domicilio y el restaurante Robata. En total cuenta ahora con cuatro restaurantes en la capital catalana, acaba de abrir Robata en Madrid y ya tiene cerradas tres inauguraciones más entre ambas ciudades, cuenta en una entrevista con EFE.
«Nunca pensé que iba a estar donde estoy ahora, gracias a un camino de pasión y cariño», reconoce Lairet, cuya trayectoria atrajo al grupo inversor The Umai Group, el que aporta el «músculo económico» y con el que planea su «expansión por toda España y a lo mejor fuera, aunque siempre manteniendo la esencia artesanal, porque no queremos hacer churros y sí seguir cuidando todos los detalles».
A Lairet nunca le ha importado la leyenda negra sobre las mujeres y el sushi, según la cual no eran aptas para elaborarlo por tener una temperatura corporal superior a la de los hombres que afectaría al manipulado del arroz. De hecho, hay pocas mujeres dedicadas a la cocina japonesa.
«Son leyendas urbanas. Hay hombres que pueden tener la temperatura más alta que las mujeres, pero, en cualquier caso, la solución es fácil: cuando estás armando un nigiri, para lo que necesitas un cuenco con agua y vinagre donde meter las manos para evitar la proliferación de bacterias, pones hielo y se enfrían», explica, reseñó El Nacional.