(07 de enero del 2021. El Venezolano).- La seguridad del Capitolio de Estados Unidos ha quedado este jueves en entredicho después de que una horda de seguidores del presidente saliente del país, Donald Trump, irrumpiera en el emblemático edificio para impedir así la certificación de los votos y la ratificación de la victoria de Joe Biden en las elecciones del 3 de noviembre.
Los incidentes, que se han saldado con cuatro muertos y decenas de detenidos, han hecho saltar las alarmas en la capital del país norteamericano, donde congresistas, políticos y expertos se han mostrado incrédulos ante la aparentemente poca seguridad desplegada en torno al Capitolio de cara a una jornada de especial relevancia.
Si bien las fuerzas de seguridad apuntaban la semana pasada a un detallado plan para mantener a salvo el Congreso mientras se certificaba la victoria de Biden, lo sucedido el miércoles por la noche ha sido calificado por muchos como un «fracaso» policial.
Entre ellos se encuentra el presidente de la Comisión de Asignaciones de la Cámara de Representantes, Tim Ryan, encargado de supervisar la financiación destinada, precisamente, a la Policía del Capitolio.
Tal y como ha explicado en declaraciones a la cadena CNN, «claramente se han registrado fallos enormes, de carácter estratégico y de planificación por parte de la Policía del Capitolio, así como de los sargentos de armas y de todos aquellos que tuvieran un papel relevante a la hora de coordinar una defensa de este tipo».
El político demócrata, congresista por el estado de Ohio, ha matizado así que no han estado a la altura de un lugar como el Capitolio de Estados Unidos para una jornada «fundamental para el proceso electoral». Además, ha recordado que está prohibido acudir a la plaza colindante y que nadie tiene acceso a las escaleras del edificio.
Para la mayoría es un misterio cómo los casi 2.000 agentes del Capitolio –que cuentan con una financiación de 515,5 millones de dólares (420 millones de euros)-– no han podido proteger con éxito el Congreso. Es por ello que Ryan ha sugerido que habrá cambios en la jefatura de la Policía. «Está claro que hay mucha gente que se va a quedar sin trabajo muy, muy pronto por culpa de este asalto embarazoso», ha matizado.
Además, los congresistas han abogado por abrir una investigación al respecto. Zoe Lofgren, congresista por el estado de California, ha lamentado que la situación «haya hecho saltar todas las alarmas y haya sembrado dudas sobre la seguridad» en el Capitolio.
En este sentido, ha garantizado que tanto congresistas como senadores abordarán esta cuestión durante los próximos días a petición de la Comisión de Administración de la Cámara de Representantes, que ella misma preside.
El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, ha instado a abrir cuanto antes una investigación al respecto, la cual espera que sea abordada de forma «bipartidista». «Los culpables de lo que ha pasado son los criminales que han roto ventanas y han ensuciado nuestra bandera, que han luchado contra los agentes y han golpeado nuestra democracia», ha aseverado. «Ellos y los que los han incitado», ha condenado refiriéndose a Trump.
Por contra, ha apuntado que «esto no impedirá que se analicen los fallos cometidos», especialmente en cuanto a los «protocolos de seguridad» del Congreso. En un comunicado, ha trasladado su apoyo a los que se mostraron «valientes» e hicieron frente a los asaltantes hasta lograr acabar con la «insurrección».
«Dicho esto, quiero resaltar que lo de ayer representa un fallo institucional, protocolario y de planificación cuando se suponía que había que proteger al poder legislativo. Debe realizarse una profunda investigación (…) que lleve a grandes cambios», ha asegurado.
VANDALISMO Y HURTOS
El grupo de seguidores ‘trumpistas’ ha dejado tras de sí ventanas rotas y pequeños hurtos, como el denunciado por el senador demócrata Jeff Merkley, que ha asegurado que los «saqueadores» han robado uno de los ordenadores portátiles que se encontraban en su despacho.
«Rompieron la puerta, la sacaron de las bisagras», ha aseverado en un vídeo difundido en su cuenta de Twitter. Así, ha explicado que «arrancaron las cosas de las paredes» y se llevaron el portátil. El senador ha asegurado que su oficina ha sido saqueada y ha insistido en que «se pueden ver incluso escombros en el suelo».
En una rueda de prensa, el jefe de la Policía Robert J. Contee ha explicado que se han incautado de cinco armas tras la detención de los sospechosos. Ninguno de ellos era residente de Washington.
Por su parte, el fiscal general de Washington, Karl Racine, ha roto una lanza a favor de la Policía y ha matizado que la «decepción» proviene, en realidad, de los agentes a nivel federal. «Los policías de Washington, francamente, hicieron su trabajo. Ayudaron a la Policía del Congreso a restituir el orden y arrestaron a la gente que estaba violando el toque de queda», ha sostenido. «Los que nos decepcionaron fueron nuestros colegas a nivel federal», ha dicho.
Racine ha detallado, además, que los agentes a nivel local carecían de la jurisdicción necesaria para presentar cargos por la mayoría de delitos cometidos, una tarea que recaería sobre las fuerzas federales.
Sin embargo, los vídeos difundidos a través de las redes sociales apuntan a una presunta complicidad por parte de los agentes, que aparecen sacándose fotos con los seguidores de Trump o ejerciendo escasa resistencia a la entrada del Capitolio.
LA POLICÍA CALIFICA EL INCIDENTE DE AMOTINAMIENTO
El jefe de la Policía del Capitolio, Steven Sund, ha calificado el incidente como un «comportamiento criminal cercano al amotinamiento» y ha advertido de que la actitud de los seguidores que irrumpieron en el edificio era «violenta».
Sund, que ha matizado que se está investigando lo ocurrido, así como la planificación de la seguridad y los procedimientos puestos en marcha, ha hecho hincapié en que los agentes «sí tenían un robusto plan de seguridad».
No obstante, ha matizado que el plan no contemplaba «este tipo de disturbios» y ha reiterado que lo ocurrido fue prácticamente una sublevación. «Los seguidores de Trump atacaron a los agentes con tuberías de metal e hicieron uso de sustancias irritantes y otro tipo de armas durante el asalto», ha expresado.
El jefe de la Policía ha confirmado que uno de los agentes abrió fuego contra una mujer, que falleció posteriormente debido a la gravedad de las heridas y que ha sido identificada como Ashli Babbitt. Dicho agente ha sido suspendido de empleo y sueldo, tal y como ha confirmado.
NUEVO DESPLIEGUE DE LA GUARDIA NACIONAL
La Guardia Nacional ha decidido desplegar a otros 6.200 efectivos en Washington para ayudar a los agentes sobre el terreno.
Está previsto que desde el estado de Nueva York lleguen 1.000 efectivos, mientras que Maryland y Nueva Jersey enviarán a unos 500 cada uno, según han revelado a la CNN fuentes del Departamento de Defensa, que señalan que otros estados, como Pensilvania, Delaware y Virginia también enviarán efectivos.
Así, permanecerán en Washington durante un plazo de 30 días para garantizar la seguridad del Capitolio y el área colindante más allá del 20 de enero, fecha de la toma de posesión de Biden. Anteriormente, la Guardia Nacional había desplegado 1.100 efectivos en respuesta al asalto del Capitolio.
Por su parte, la alcaldesa de la ciudad, Muriel Bowser, ha informado de que en total son 68 las personas detenidas durante el asalto, 36 de ellas por violar el toque de queda, 25 por saltarse el toque de queda e irrumpir en el Capitolio, cinco por posesión ilegal de armas de fuego y otras dos por posesión ilegal de otro tipo de armas.