(08 de junio del 2023. El Venezolano).- Cuando cae el telón, se encienden las luces y los actores vuelven al escenario para despedirse del público, es común ver la catarsis colectiva en cualquier sala de teatro venezolana. Los espectadores estallan en aplausos y se ponen de pie en medio de una emoción burbujeante.
Por diez días, del 8 al 18 de junio, esa energía se sentirá en los escenarios de Caracas y en los 23 estados del país, cuando regrese a la escena nacional el Festival Internacional de Teatro Progresista (FITP), en su segunda edición.
En esta ocasión, México es el país homenajeado y trae las piezas ‘El corrido del Rey Lear’, escrito y dirigido por Fernando Bonilla, y ‘Lo único que necesita una gran actriz, es una gran obra y las ganas de triunfar’, una creación colectiva de Vaca 35 Teatro.
Además, participan grupos y artistas de otras naciones como Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, Egipto, España, Italia, Perú, Portugal, Rusia, Uruguay y Burkina Faso.
En este encuentro teatral participan 22 agrupaciones internacionales y 106 nacionales tanto en la capital venezolana como en el resto del país.
También habrá un eje formativo donde se impartirá el taller ‘Inducción al Teatro del Oprimido’, dictado por Julián Boal, hijo del dramaturgo brasileño Augusto Boal, que fue su creador y la clase magistral ‘Visita guiada a la cabeza de un autor’, del dramaturgo argentino Mauricio Kartun, entre otras actividades presenciales y en línea.
El gigante Amalivaca
Para la inauguración del festival, la noche de este jueves, la marioneta más grande de América Latina, que mide 12 metros de altura, recorrerá la avenida México, que que atraviesa el eje cultural y museístico de Caracas.
La obra ‘Ka’poy yepü‘, que en lengua pemona significa «vengo del cielo, del firmamento, del infinito», recrea el mito de Amalivaca, padre creador del grupo indígena prehispánico tamanaco.
La figura Amalivaca será acompañada por 18 marionetas de varios tamaños, manejadas por 30 integrantes del Laboratorio de Creación de la Compañía Nacional de Teatro y el Estudio Nacional de Teatro de la Fundación Rajatabla. La pieza es dirigida por José Luis León.
Rusia, una segunda vez
A pesar de que aún es un deseo la presentación de un grupo actoral ruso en esta fiesta teatral, por segunda ocasión Rusia tendrá presencia en la programación de este festival.
Entre los eventos especiales se encuentra la realización de una visita virtual a la Casa-Museo de Konstantín Stanislavski, célebre director, actor y pedagogo teatral, creador del Método Interpretativo Stanislavski.
De igual manera, se inaugurará una exposición sobre el Teatro de Arte de Moscú, fundado en 1989 por Stanislavski y Vladímir Nemiróvich-Dánchenko, en la Galería de Arte Nacional, en Caracas.
En esta edición también subirá a las tablas la actriz rusa Evgeniya Lvova Medvedeva, que encarnará a Catalina II, conocida como «la Grande», y que compartirá escenario con los venezolanos Dante Lombardi, Rafael Ortiz y William Pérez en la pieza ‘Delirios de Libertad‘.
Esta coproducción ruso-venezolana, escrita por Rafael Ortiz y bajo la producción y dirección de Lombardi, se desarrolla a partir del encuentro entre Simón Bolívar y Francisco de Miranda en el inframundo, confrontados por la figura Luxfero, también conocido como Lucifer, y Catalina la Grande.
«Una plataforma para el mundo»
En una conversación con RT, el director de la Compañía Nacional de Teatro (CNT), Carlos Arroyo, habló sobre la finalidad de esta cita escénica, las condiciones en las que se realiza y la contundente respuesta de los grupos venezolanos a la convocatoria.
El también director y productor teatral se refirió al FITP como «un espacio para la discusión de las ideas» donde además tiene cabida «el pensamiento crítico y temas como la independencia y autodeterminación de los pueblos, la protección del planeta, la identidad de género y la paz».
Arroyo habla de la realización del este festival en el momento «especial» debido a las medidas punitivas impuestas sobre Venezuela y la campaña mediática internacional en contra del Gobierno de Nicolás Maduro.
El director del CNT afirma que a pesar de esas circunstancias, la presencia de 20 agrupaciones internacionales habla de la apuesta y la apertura del país para intercambiar visiones y posturas con otras naciones.
En su opinión, este festival es «una plataforma para el mundo» que «abre ventanas de comunicación con otras naciones».
‘El espacio vacío’
El impacto que han tenido las sanciones en el país es «innegable», dice. Sin embargo, ha sido precisamente esta condición la que ha hecho que se generen «circunstancias distintitas» como una forma de adaptación al contexto de un país bloqueado.
Arroyo cita el texto ‘El espacio vacío’, del fallecido director británico Peter Brook: «Puedo tomar cualquier espacio vacío y llamarlo un escenario desnudo. Un hombre camina por este espacio vacío mientras otro lo observa, y esto es todo lo que se necesita para realizar un acto teatral», dice un extracto de esta obra publicada en 1968.
«Brook desarrolla toda una teoría desde cómo el hombre y la mujer pueden desarrollarse realmente hablando, sin importar las circunstancias. Si no hay un reflector, está el sol. Siempre habrá una posibilidad de construir», explica Arroyo.
«Un teatro nacional vivo»
Aunque podría esperarse lo contrario, las sanciones en el país suramericano han «empoderado con formalidad y fuerza» a los grupos teatrales venezolanos, considera el director del CNT.
Relata que en la primera edición, cuando se abrió la recepción de propuestas para grupos nacionales, la expectativa era de convocar a máximo 70 agrupaciones y recibieron 160. «Nos sorprendió muchísimo porque nos preguntamos ¿y dónde está ese teatro?».
Este año se encontraron con 280 propuestas teatrales, de las cuales 20 eran entre internacionales y repetidas. «Pero entonces restan 260 que hablan de un diagnóstico de un teatro nacional vivo».
Arroyo sostiene que hay que fortalecer este movimiento teatral, que pasa por lo comunitario, escolar, universitario, amateur y profesional. «Hay que protegerlo, hacerle seguimiento y construir conjuntamente con él«.
Expectativa vs. realidad
A algunos los agrupaciones teatrales que llegan a Venezuela les toca confrontar ‘en vivo’ toda la información previa que recibieron a través de los medios y las redes sociales. Algunos, cuenta Arroyo, cambian ese temor inicial por lo inesperado de toparse con la otra cara, la que no sale en las pantallas.
«Se encuentran con un país alegre, que escucha salsa, que tiene unas dificultades como cualquier lugar del mundo pero que puede tranquilamente estar en el festival».
Expresa que los actores «se llevan una sonrisa» luego de llegar con «mucha tensión». «Se van diciendo: ‘No podemos creer que todo lo que nosotros leemos como noticias a diario no sea cierto'».
Otro factor que destaca es la receptividad del publico venezolano, al que cataloga como «generoso y efusivo».
Cuenta que en el Teatro Nacional –inaugurado en 1905 y que reabrirá sus puertas para este festival tras un trabajo de restauración– el público suele interactuar con los personajes durante las puestas en escena.
En Venezuela «puedes encontrar gente que dura cinco minutos aplaudiendo una obra y gritando bravo generosamente».