✍ Por Gustavo Lainette | Activista político-social y Fundador Resistencia Venezolana ONG
Nos complace darle la bienvenida a nuestro nuevo columnista Gustavo Lainette quien debuta hoy en El Venezolano News, trayendo su voz aguda y su visión única sobre temas de actualidad en Venezuela y sus repercusiones en Florida. Cada semana, compartirá análisis y reflexiones diseñadas para conectar con nuestro lector latino en EE. UU.
La invasión silenciosa: presencia iraní en Venezuela, una amenaza para toda la región
Mientras Venezuela se desangra bajo una dictadura criminal que ha destruido sus instituciones, su economía y su dignidad, otro enemigo ha avanzado en silencio por nuestras tierras: la República Islámica de Irán.
Sí, lo que muchos aún no quieren ver —o prefieren callar— es una verdad que llevamos años denunciando: Irán ha convertido a Venezuela en un enclave estratégico para sus operaciones en América Latina. Y no lo ha hecho por diplomacia o por solidaridad internacional, sino por interés geopolítico, económico y militar.
¿Qué busca Irán en Venezuela?
La respuesta es tan simple como alarmante: recursos minerales estratégicos, rutas de escape, y un punto de expansión ideológica y operativa en el continente.
Petróleo, oro, coltán, diamantes, hierro, bauxita, uranio y torio.
Estos dos últimos, minerales clave para el desarrollo de tecnología nuclear, han sido hallados en yacimientos en:
• El Baúl, estado Cojedes
• Tumeremo, estado Bolívar
• San Joaquín de Navay, estado Táchira
Desde hace años, informes de inteligencia —incluyendo documentos del Departamento de Estado de EE. UU. y estudios del Instituto de Estudios Estratégicos y de Seguridad Nacional— revelan que agentes y científicos iraníes han realizado exploraciones en estas zonas, con la anuencia total del régimen chavista.
Presencia física y operativa
La presencia iraní no es solo subterránea. Es visible, notoria y creciente:
• Base de inteligencia en Paraguaná, donde opera una estación de vigilancia electrónica con apoyo del SEBIN y asesores iraníes.
• Fábricas militares en Maracay y Barquisimeto con asistencia tecnológica iraní para la producción de drones y armamento ligero.
• Centro de cultura islámica en Caracas, que ha sido señalado como plataforma de adoctrinamiento y reclutamiento.
• Escuelas y mezquitas radicalizadas en sectores populares del país, promoviendo una ideología ajena a nuestros valores.
• Presencia del grupo Hezbollah, que utiliza a Venezuela como base logística y financiera, operando con pasaportes falsos venezolanos.
Una amenaza para el hemisferio
Esto no es solo un problema venezolano. Es una amenaza para Colombia, Brasil, Perú, Panamá, Estados Unidos y todo el continente.
La dictadura chavista no solo ha entregado nuestra soberanía a Rusia, China y Cuba, sino que ha importado el extremismo islámico iraní, abriéndole las puertas a organizaciones vinculadas con el terrorismo internacional.
Y mientras esto ocurre, los organismos internacionales guardan silencio.
Las alertas de líderes políticos, exiliados y movimientos de resistencia —como el nuestro— han sido ignoradas. Pero ya no hay excusas. Ya no es una teoría conspirativa. Es una operación en marcha.
Nuestro deber es denunciar
Como activista, como venezolano, como ciudadano del mundo libre, no puedo quedarme callado.
Hoy más que nunca debemos alzar la voz.
Debemos exigir que la comunidad internacional actúe.
Debemos pedir a la OEA, la ONU, la OTAN y sobre todo a Estados Unidos que comprendan que esto no es un asunto doméstico. Es un foco de desestabilización regional y una amenaza a la seguridad global.
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🔴 Venezuela no es un refugio para terroristas. Venezuela no es un laboratorio nuclear de Irán. Venezuela no es una base militar extranjera. Venezuela es de los venezolanos, y la vamos a recuperar.
Fuera Irán de Venezuela.
Fuera el régimen que entregó nuestra soberanía.
Y reafirmamos nuestro compromiso con la libertad de Venezuela, cueste lo que nos cueste.